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Con la celeridad que me caracteriza, agonizando ya enero, vamos con la segunda parte (y última) del resumen del año pasado. Ahora toca activar el modo caos. Aquí cabe desde una horda de pequeñas (y grandes) delicatessen que no se deben dejar pasar, hasta el grupúsculo de las que yo sí he dejado pasar, pasando por los truños más gordos del año, debidamente categorizados. Sin más dilación, entramos en el primer bloque, algunas de las cuales, sin problemas, podría ir dentro la lista de las 10 mejores a la vez que en las peores, seguramente. Cosas de SESIÓN GOLFA. Todas ellas, por supuesto, altamente recomendables, y algunas de ellas ya comentadas en el blog, pinchando en sus posters. Por supuesto, hubo otras destacables o recomendables, pero aquí tenéis mi lista, sin orden ni concierto:

8 DELICATESSEN

HOBO WITH A SHOTGUN
Cuando el cine grindhouse y las midnight movies parecían condenadas a la fugaz y efímera reivindicación de los Tarantinos/Rodriguez o a la caterva de heces serie Z sin fundamento, llega este HOBO y te encañona para poner las cosas en su sitio. Mucha mierda es lo que hay. Película cerda, enervada, de texturas alucinógenas, furiosa y demente, bastarda entre una de la Troma y las de justicieros callejeros: irresistible. Apta sólo para paladares exquisitos, con un nivelazo ético y estético que la eleva por encima de todas las de su liga, HOBO es y será, también, la jeta de un Rutger Hauer inmenso, bestial, su mejor papel desde que puso carne a aquel mítico Nexus 6.


STAKE LAND
Jim Mickle es un crack. No me canso de recomendar su MULBERRY ST, pero con STAKE LAND sube el listón. Road movie apocalíptica en un mundo infestado por vampiros rabiosos (muy cerca del zombie moderno y trotón), historia de iniciación y amargo canto a la esperanza, esta "tierra de la estaca" supera a las que juegan en su misma liga (miriadas de series B insustanciales con la invasión zombie como reclamo) por su tono y su aspecto indie. Porque STAKE LAND es una peli realmente muy triste, por momentos desoladora, en realidad un jodido drama existencial, jugarreta que, en el buen sentido, Mickle nos cuela con su apariencia de género estándar. Sólida como una roca, carismática, intensa. Hermosa.


RANGO
En el conservador mundillo de la animación a veces pasan cosas. Con Pixar bajando el pistón, Dreamworks a lo suyo y Blue Sky tirando a rebufo, mediocre año para los píxeles animados, llega este camaleón tan friki como parece en la peli familiar más marciana del año. Tampoco es que sea revolucionaria, pero la intención de Gore Verbinski y los suyos de alejarse de todos los citados es admirable, y a ratos brillante. Sólo así puede entenderse las constantes citas cinéfilas y contraculturales (desde el spaghetti-western hasta Hunter S. Thompson, oiga), el estrambótico diseño de personajes, la construcción delirante de algunos de sus gags y su cuidadísimo tratamiendo de la luz y las texturas. Una atrevida virguería.


CARNE DE NEÓN
O cuando la copia casi roza a sus referentes. Paco Cabezas, señor al que SESIÓN GOLFA le tiene especial cariño, guionista/director de nuestra generación, se desquitó a gusto en 2011 con CARNE DE NEÓN, puesta de largo (literal) de un corto previo. Guy Ritchie + Mr. Tarantino son sus únicas influencias (mas unas gotas Almodóvar), a las que magrea con furia y empuje en esta comedia negra de balas perdidas, redención, violencia y sarcasmo, ingobernable joyita que logra identidad propia más allá de las evidencias. Mención especial para una estratosférica Ángela Molina y Mario Casas, el único actor joven rescatable de esa panda de efebos televisivos de los que soy incapaz de distinguir unos de otros.


ATTACK THE BLOCK
Ni SUPER 8 ni PAUL, la ganadora retro-ochentera del año es esta modesta delicatessen inglesa que logra destilar por los cuatro costados ese estilo tan de moda ahora, antes despreciado. La falta de pretensiones y la sencillez son sus mejores bazas, una aventura adolescente que mira de reojo a los 80 pero que, por ese brillante retruécano del guión, resulta actual y, ¡aleluya!, con subtexto inquietante, sin perder su encantador aliento inglés y rindiendo pleitesía tanto a LOS GOONIES como al maestro John Carpenter. Hasta cuando los marcianos invaden la Tierra, los que pierden siempre son los mismos. Lo dicho, una delicia macarra que ya ha colocado a Joe Cornish (también coguionista de TINTÍN) en el mapa.


ANOTHER EARTH
Cambio de tercio para una muestra de eso que llaman hard sci-fi (jaaarl: ciencia ficción de concepto, sin efectos), que se confronta con todo aquel que piensa que es un género que sólo aspira a la evasión. Por lo tanto, aviso, el pistón narrativo baja hasta ritmos comatosos e intimistas, buscando la contemplación y la reflexión, en una película que no sé si es un drama con disfraz de género o todo lo contrario. De hermosísima factura visual y andares indies, su lento devenir hacia el corazón humano, multiversos mediante, se beneficia, además de por un polémico final (para mí impecable en su sencillez), por la sentida y sutil interpretación de Brit Marling, también coguionista del film. Una preciosa miniatura cinematográfica.


SECUESTRADOS
El cliché del asalto violento a un chalet de lujo ya es un subgénero dentro del thriller, a veces jugando con el terror, torture porn mediante. Sobre todo desde que Michael Hanneke lograse la beatificación crítica con sus dos FUNNY GAMES. Desde entonces, miriadas de films de idéntica estructura han campado a sus anchas, la mayoría puras explotations-basura, pero algunos, como LOS EXTRAÑOS o ésta, pequeñas joyas de orfebrería visual. Un tour de force de Miguel Ángel Vivas tan intenso, brutal y enervante que quita el aliento. Montado alrededor de seis o siete planos secuencias, sus alardes narrativos funcionan como una jodida espoleta hasta que todo estalla con ese final, sencillamente, atroz. Una obligación para los estómagos y corazones más curtidos.


SED DE VENGANZA
Con semejante título y el careto de Dwayne "cachocarne" Johnson en portada, lo lógico es salir huyendo en dirección opuesta. ¡Craso error! FASTER (su mucho mejor título original) es el reverso anabolizado de DRIVE amigos, ideal para zamparse en una sesión doble los dos mejores thrillers del año. Obviamente, ésta tira más por el desenfreno y la acción pura (y tan pura que la cosa se pone abstracta, hasta en el nombre de los personajes), lo que no impida que nos encontremos con una peli sólida y maciza como su protagonista, directa y al grano, cojonudamente rodada y de trepidante ritmo, y que ofrece hora y media de disfrute sin complejos. Hacedme caso.


Pasemos ahora a lo que muchos buscan con sano sadismo: lo peor del año. Como siempre, advierto: aquí no hay pelis malas per se. Paso de las comedias de Adam Sandler, el último horror de ardillas parlantes,  las peripecias de pijas de shopping en Nueva York, gores de serie Z que ya se gestaron desde el vertedero, historias de sonrojantes vampiros pedorros aficionados a la castidad o chuscas comedietas patrias con policías grasientos. Que el infierno se las trague. Aquí van esas películas que, teniendo potencial o atractivo a priori, les ha salido el tiro por la culata. Debidamente premiadas.


LO PEOR DE 2011

Premio "Colesterol a paladas" para... 
CONAN EL BÁRBARO
Normal si el encargo se lo hacen al inútil de Marcus Nispel, que nunca dice "no". El intento de "actualizar" algo tan potente como el Cimmerio naufraga en desastre total entre bostezos, cámara con Parkinson, guión de dos páginas y peleas a lo Street Fighter, con el obligatorio despiporre digital saltarín. La destrucción de la puesta en escena. Larga, reiterativa y aburrida, sonroja ver a un Conan enamoradizo (¿?) soltando gilipolleces a la luz de una hoguera (???). Si acaso, salvar entre tanto colesterol fílmico la siempre gratificante presencia de Ron Perlman. Muchachada, ¡que no os engañen estos mequetrefes repeinados de Hollywood!. Jovenzuelos nacidos en los 90, tirad de redes y haceos con la obra maestra de John Milius y Schwarzenegger. ¡A la voz de ya!


Premio "Truño con tentáculos" para...
LA SOMBRA PROHIBIDA
Si fuese una trilogía, fijo que la tercera ya tenía su puesto entre lo peor de 2012. Afortunadamente, mortales, la cosa se quedó en dos. Gracias. Es difícil describir con palabras la alta traición que Jose Luis Alemán ha perpetrado con el universo del maestro de Providence. Es difícil hacerse una idea de lo mal que está todo en esta película. Y lo que es peor: es difícil siquiera pensar en una distancia mayor entre pretensiones y resultados. Eso si que es terror abisal, angustioso y cósmico, no este folletín sectario de bolsilibro, de demencial guión, seriedad impostada, dirección de teatrillo de parvulario y unos diálogos... ¡qué diálogos! recitados por unos actores... ¡qué actuaciones amigos!. Terrorífica.



Premio "¿Pero en qué estabas pensando?" para...
THE WARD
Esta duele. Que la peor película de uno de tus directores-fetiche sea la última, y sobre todo después de siete años en el dique seco... duele. Ignoro si rodada por obligación o por devoción, pero aquí el maestro John Carpenter tan sólo roza el aprobado, seguramente  la única mancha negra de una filmografía intachable y admirable. Carpenter se apunta a la moda de fantasmas en un manicomio y a los giros de guión imposibles y finales epatantes, pero le sale una cosa amorfa sin garra ni nervio, muy fofa en sus secuencias de suspense (incomprensible), pero que al menos regala algunos destellos de ese genio y elegancia como narrador que, esperemos, no haya perdido para siempre. La decepción más gorda del año.



Premio "¡Que vienen los comunistas!" para...
INVASIÓN A LA TIERRA
Este pedazo de mierda hollywoodiense es tan anacrónico, reaccionario, pro-bélico, estúpido en esencia e imperialista de facto que cuesta creerlo. Una especie de viaje mental sesenta años atrás, a plena guerra fría, tratando de mimetizar aquellas pequeñas delicias fílmicas patrioteras e inocentes que hacían creer a los espectadores texanos que sus USA eran el ombligo del universo, y todo lo demás un peligro para el  sacrosanto "american way of life". El problema es que estamos en el s. XXI, amigos. Pues supongo que esos rednecks endogámicos han debido pasarlo teta con este panfleto sonrojante, carente de cualquier atisbo de ironía o inteligencia, a la vez que se masturbaban con el programa del Tea-Party en la otra mano.


Premio "Que nos la dan con queso" para...
SUPER 8
Paradigma de película con todos los ingredientes para ser grande, que ya es una obra maestra antes del estreno, y que después se desinfla como un gurruño. Que si J.J. Abrams es un visionario moderno, que si Spielberg le produce el juguete y le da su bendición, que si os enseño un trailer soberbio lleno de sugerencias...  SUPER 8 es un perrillo mojado que te mira todo el rato con cara triste, suplicando tu cariño porque sabe que te recuerda a ese otro que tuviste en tu infancia. Una fotocopia escaneada que, si sólo hubiese aprovechado alguna de las ideas que maneja, hubiese sido puro gozo. Pero no. No basta con jugar sólo con los recuerdos del respetable. Además hay que hacer una buena película. Y SUPER 8 es el triunfo del mercado. Nada más. Si queréis recuperar ese cine que tanto reivindica Abrams, tenéis ATTACK THE BLOCK.

Y otro año sin una ración de LYNCH que llevarnos a la boca...

Finalizo ya la parrafada con un listado a botepronto de todo aquello que se me ha escapado en 2011, que tengo pendiente y que, espero, vosotros completéis debidamente con vuestra sabiduría y recomendaciones. EVA, la opera prima de Kike Maillo; NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS, de Enrique Urbizu; HUMAN CENTIPEDE 2, del puerco de Tim Six; EL TOPO, del sueco que nos regaló DÉJAME ENTRARVERBO, salto al largo de Chapero-Jackson; LIVIDE, de los responsables de aquella barbaridad llamada A L´INTÉRIEUR; THE GREEN HORNET, o Michael Gondry con una de superheroes... Y aquí termina mi repaso a lo más granado de 2011. Gracias por pasaros, malandrines.


Así es amigos. Los camaradas de SCIFIWORLD, recordemos, única revista especializada en el género fantástico que se publica en España (y una de las mejores del planeta) incluyen en su nº 46 (febrero) un reportaje de 5 páginas e ilustrado sobre AGES OF MADNESS, proyecto muy conocido por estos lares, inspirado en el universo literario de H. P. Lovecraft, que incluye entrevista a Darío Sánchez (productor ejecutivo), Helio Mira (guionista y director) y un servidor golfero. Con el orgullo y el subidón que me provoca que aparezca en portada al lado de un titán como Phillip K. Dick. Ya disponible en vuestros kioskos preferidos, ¡por los tentáculos de Cristo!


Las SS del FBI de los USA ha decidido dar matarile a Megaupload, el sistema de almacenamiento de archivos que, se estima, movía cerca del 4% de flujo de información en Internet. El gestor que todos hemos usado decenas de veces en nuestras actividades online, para muchos la base operativa del libre uso y desarrollo de sus blogs y webs. A la mierda con toda esa información, y con buena parte de los blogs asociados, imagino que pretenden. Cuidadito que ahora vamos en serio, mascullan. La vil excusa es la de siempre, tan chapucera y farisea que ni siquiera merece la pena recordarla, razonamientos bastardos que sus homólogos en todos los países no cesan de aplaudir, obedientes, babeantes. Lo interesante del asunto es por qué aquí y ahora se han dado tanta prisa en actuar bajo el amparo de la llamada ley SOPA (que me descojono oiga). Qué efectiva es la "justicia" cuando interesa en los grandes despachos. Nos venden la moto y la imagen, porque entra muy bien por los ojos y es tope correcta y pintoresca, de un gordito sonrosado yanqui haciendo ostentación de sus jets privados y botellas de Moet Chandon, el tal Kim Schmitz, el gerifalte de Megaupload, por supuesto, que se ha hecho de oro robando a pobres músicos y cineastas que ahora, los pobres, no tienen dónde caerse muertos. El cuentecito habitual para asustar a niños e incautos. Evidentemente, detrás de esto (y lo que está por llegar) sólo subyace una idea: control. Control sistémico desde el sistema, que no está bien que el personal, desde los cuatro puntos cardinales del planeta, se dedique a intercambiar vaya-usted-a-saber qué tipo de información, ideas, cultura y reflexión en las afueras del pensamiento único. Piensan que cercenar las conexiones de este libre entramado de inteligencia colectiva, como el que desconecta las terminaciones nerviosas para lobotomizar el cerebro del demente, será un gran paso. Que a los ciudadanos cuya única patria es una entelequia conceptual la ostia de peligrosa les va a entrar el tembleque y, temerosos de que sus subversivos huesos acaben entre rejas, agacharán la cabeza. Resumiendo: ni puta idea de qué va todo esto. Recordad Napster, amigos. Son tan estúpidos que ni siquiera entienden lo que pretenden censurar de raíz. O quizás ya son conocedores de su potencial, y esa es la razón del machetazo. Maniobra tan chapucera que sólo ha conseguido, a corto plazo, el inmenso cabreo de millones de cibernautas y blogueros, nada más. Desde SESIÓN GOLFA, mis ánimos para todos estos colegas agraviados, que somos todos, sabiendo que, desde ya, están maquinando nuevas formas de sacar adelante sus rincones virtuales. En todo el planeta. Nuestro siguiente paso ya se está gestando. Ahora mismo.

Para terminar, interesante recuperar MANIFIESTO CYBERPUNK publicado en 1997, cuando todo esto no era más que una idea dando sus primeros y balbuceantes pasos. Una idea. Qué peligro.

Ya era hora...


Diversos menesteres me han obligado a estar lejos de este cochambroso cubículo, con el retraso (mental) consiguiente, que todo el mundo ya ha publicado la suya. Que nos gustan las listas más que a Garci una ventana con lluvia y una mirada bobina, oiga. Que todos lo sabemos: que las listas rozan lo absurdo en su concepto, y cada vez se me hacen más cuesta arriba, pero que se agradecen como método-resumen para no dejar escapar sensaciones, placeres y escalofríos, vengan de donde vengan. También, en las últimas horas, he recuperado algunas de las que habían pasado de largo, que no eran pocas. 2011 se fue para no volver. Año raruno amigos, hasta en lo cinematográfico, con un primera mitad que fue un erial y una segunda en las que los títulos apetecibles y apetitosos se fueron amontonando sin piedad, hasta su mismita recta final, en una agonía de buen cine para recordar. Año, a diferencia de 2010, sin taquillazos de calidad (apenas hubo un blockbuster decente que llevarse a la boca en verano). Muchos de los grandes no han estrenado este año tampoco, así que nos hemos refugiado, para variar, en festivales, tierras lejanas y la bendición de la red de redes, que sigue facilitando el acceso a verdaderas gemas relucientes que tarde o nunca llegan por vías "oficiales" a estos lares, lo que nos impide disfrutar en pantalla grande de muchas que sí lo merecen, tal es la ya crónica enfermedad de los distribuidores españoles: la ceguera, la idiocia y la falta de riesgo. Resaltar también que la convulsa existencia sobre la Tierra ha hecho que muchos autores levanten su mirada hacia los cielos, literalmente. Muchas de ellas ya fueron comentadas, así que si queréis leer más, probad a pinchar en los posters. Y por último, malandrines, agradeceros a todos/as vuestro interés, participación y riqueza verbal con esta SESIÓN GOLFA, parte de eso que entre todos vamos construyendo y que por ahí llaman inteligencia colectiva. Porque si no, todo esto no sería más que un estéril acto de onanismo. Así pues, vamos al lío.

10. IMMORTALS
El pobre Tarsem no tiene suerte. Hasta en su carrera a cornadas hacia la taquilla se la pega con el muro de la incomprensión. Error. IMMORTALS es la peli mitológica más potente, estética y vibrante de los últimos tiempos, lejos de bodrios como TROYA o FURIA DE TITANES (remake), y un escalón por encima de 300, de la que bebe su esencia y destila todo su potencial. Tarsem es un visionario (de verdad), y nos regala algo comercial pero raruno, kitsch, supergay (el Olimpo es Chueca en junio), apabullante en su belleza cinética,  gore al ralentí que es pieza de museo y secuencias minimal cuasi teatrales. No se merece el olvido entre las miasmas de las multisalas. Rescatadla.


09. MEDIANOCHE EN PARÍS
Fiel a su última costumbre de alternar bodrios con joyas, en 2011 tocaba delicatessen. Cuando acaricia el fantastique, Woody Allen rejuvenece treinta años. Manoseando sus más queridas referencias culturales, pero esta vez sin pedanterías por la cara, haciéndolas carne e insertándolas en una sitcom de época, MIDNIGHT IN PARIS es una comedia deliciosa: ligera, entretenida, moderadamente divertida y con ese encanto especial del amigo Allen cuando está inspirado. Owen Wilson rubrica la enésima representación de un Woody jovenzuelo con gracia y desparpajo, y la peli supura pura vida. Sólo le falta una ración extra de delirio y riesgo con una idea que lo merecía.


08. LA PIEL QUE HABITO
Como Woody, Almodovar insiste: una de cal y otra de arena. Y esta es canela fina amigos. Inmersión algo temerosa en los terrenos del género con mad doctor incorporado (tremendo Banderas), su improbable trama de venganzas cruzadas y experimentos imposibles es tan delirante que acaba enganchando por su gélida mirada, cercana a un Cronenberg aséptico. Aunque con las salidas de tono marca de la casa, algo forzadas esta vez, me regocijo como un mono por el valor del manchego con una de las marcianadas más grandes de su filmografía (y del año) a la vez que le doy collejas por su cierta tibieza, por no haber echado el resto como merecía semejante delirio. Si te tiras a la piscina, hay que mojarse el culo. Del todo.


07. LAS AVENTURAS DE TINTÍN
En el año de "Spielberg hasta en la sopa", adorado y citado sin medida, resulta que la mejor es la suya. Retomando el estilo y el tono que nunca debió perder con el último INDIANA JONES, su visión (definitiva) de TINTÍN, maquinada a cuatro manos con Peter Jackson, es la peli de aventuras del año, género que es cine en esencia y cuyo secreto, pura alquimia, parece que ya nadie controla. Arriesgando con un personaje que en los USA no conoce ni el tato, el ya viejuno maestro se hace un lifting neuronal y recupera felizmente el disfrute por el disfrute, el sentido de la maravilla que pone erecto y algunas incorrecciones políticas que ya creíamos desterrados de su cine. Una gloria.


06. MIENTRAS DUERMES
Relativo cambio de registro en Jaume Balageró, película de suspense con todas las letras que abandona momentáneamente sus registros más oscuros y explícitos para abandonarse al elegante mal rollo, pero sin perder ni un poco de su sordidez, su sarcasmo soterrado y su mala leche. Obra "de cámara" en todas sus acepciones (por su minimalismo y por su exacta y estilizada puesta en escena, magistral), decir que es su peli más hitchcockiana es casi una redundancia. Ese ogro nihilista, omnipresente en la narración, que encarna con su habitual perfección Luis Tosar, será uno de los personajes que recordaremos en el 2011.


05. DRIVE
Para un servidor, el danés Nicolas Winding Refn es la sorpresa de 2011. Con una nutrida filmografía a descubrir (me pongo ya con VALHALLA RISING), DRIVE es el thriller del año. Una peli de persecuciones sin persecuciones, extraña, dura, estilizada, muy atmosférica, tan hiper-romántica en su esencia (magnética la pareja protagonista, ejemplo de eso que llaman "química") como descarnada en sus estallidos de violencia, ambas facetas en perfecta simbiosis en la escena del ascensor, para recordar. Película que mira de reojo a clásicos de los 70 y 80 (con ese trasunto de Steve McQueen que resulta ser Gosling) pero que logra levantarse con orgullo, talento y mirada propia.


04. EL ÁRBOL DE LA VIDA
Hacía años que no presenciaba la huida de espectadores en plena proyección. Atraídos por la jeta de Brad Pitt en el cartel, estos incautos, nerviosos y de risa floja, se rindieron del todo cuando Terrence Malick nos encasqueta esa pieza sinfónica, pura poesía, que visualiza el origen de la vida en el universo en medio de un melodrama familiar. Efecto lisérgico que desarma las defensas del respetable, sólo comparable al 2001 de Kubrick, todo y parte de una obra mayúscula, suicida, monumental, inabarcable en un primer visionado (pero también irregular y discutible en su fondo), que busca la trascendencia en medio del ruido existencial que nos tapona las neuronas, pasándose por el forro todas las convenciones.


03. MELANCHOLIA
El ser ladino y oligofrénico que responde al nombre de Lars Von Trier sigue en sus trece. Esta vez se aleja del esputo en la cara para volverse mucho más sofisticado, esteticista y, claro, melancólico. Crónica de un doble Armageddon, ese que va de lo íntimo a lo universal, el danés chiflado se revuelca cual chamán misántropo en el fin de todas las cosas, escarbando en las miserias (¿y grandezas? ¡oh cielos!) de un proceso depresivo capaz de tumbar a un elefante, divide la película en dos bloques diferenciados, casi antagónicos (tengo colegas que adoran uno y repudian el otro) y regala al querubín de Kirsten Dunst el papel de su vida. ¿Su mejor película? Probablemente.


02. CONFESSIONS
Nunca falta como mínimo una oriental en esta lista, año tras año. El nivel medio de esta gente es notable, pero es que de vez en cuando sobresalen maravillas dentro de una industria ya de por sí espectacular. CONFESSIONS es una película única, sin parangón posible. Obsesionados con el asunto de la venganza, Tetsuya Nakashima, cuya carrera siempre ha discurrido por ambientes teenagers, no abandona el contexto (un instituto) pero le da la vuelta a casi todo mediante los múltiples puntos de vista y voces en una historia compleja, fascinante e hipnótica, tocada por la mano de la genialidad absoluta en su magnética visualización, que trasciende el término audiovisual para llevarlo a las más altas cotas de poesía en movimiento. Imprescindible.


01. THE WOMAN
La mejor película de 2011 es una peli de género con momentos gore. Cima de su joven director, Lucky McKee, un tipo que nadie con un mínimo gusto debe perderse, THE WOMAN es una golosina envenenada con apacible formato indie, tan festivalero y cultureta, pero con la noble intención de tocar las pelotas a dos manos a todo el espectro ideológico, de lado a lado, a los inquisidores habituales y a la progresía mojigata, tratando un asunto espinoso con la furia de un titán. Primero con una mirada afásica y cadenciosa que inyecta poco a poco el mal rollo, sólo para arremeter después contra la civilización occidental como un pitbull rabioso, sin hacer prisioneros, mirando donde nadie quiere mirar y rubricando un final en las antípodas de la corrección. Cine que no busca la evasión, sino la confrontación. Cine de altura. Cine libre. Obra maestra.


Y esto no acaba aquí compañeros. Seguimos desgranando películas en las habituales DELICATESSEN y, por supuesto, las pestilentes PEORES DEL AÑO. Sigan atentos a sus pantallas.