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STINGRAY SAM / EEUU / 2009
A ver cómo demonios os puedo hablar de STINGRAY SAM sin morir en el intento. Aunque tiene 6 episodios, no es una serie. Tampoco es un largometraje exactamente, ni un corto. Está rodada en blanco y negro y en formato 4:3, pero no es una peli experimental. Es ciencia-ficción. Y comedia. También western futurista. Una space-opera. Aventuras. Y un musical con 6 canciones, por supuesto. Cory McAbee además de dirigir, escribe guión y canciones y canta y toca el banjo e interpreta al protagonista, un showman en un garito de Marte. El presupuesto es ridículo. El tono desconcertante. Pero en sus 61 minutos de duración no despegué la vista de la pantalla, sorpresa tras sorpresa, y con buena cantidad de carcajadas. Sí, os va a recordar a los engendros de Ed Wood (ese vestuario y decorados), y a las animaciones de Terry Gilliam (esos collages). A la inocente ciencia-ficción de los 50 y a cine indie más modernete, todo a la vez. Pero el mastuerzo de McAbee, contra todo pronóstico, logra que toda la cosa tenga personalidad propia e incluso nos regala algunas imágenes que son pura filigrana visual dentro de los inexistentes medios económicos (atención al mini-robot), y cada una de las canciones es una delicia. Esto es auténtico cine marciano e independiente, independiente de verdad. Aunque os parezca una chorrada, un ridículo o algo realmente tonto, jamás será una pérdida de tiempo: no se puede dar más por 61 minutos, amigos. No hay que dejarla pasar. Uno de esos casos en los que la búsqueda de las joyitas más raras y escondidas da sus frutos. Es que ya soy muy fan de STINGRAY SAM. ¿Y sabéis lo mejor? Cory McAbee tiene otra película, THE AMERICAN ASTRONAUT, que ya está en linea de salida en Sesión Golfa. No hace falta que lo diga: recomendada.

- Lo mejor: su original formato, bizarro encanto y tendencia a ese humor absurdo que tanto me gusta

- Lo peor: que sólo sean seis episodios, ¡secuela (o segunda temporada) ya!

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PD: para los escépticos, aquí va el trailer y una de las canciones, THE FREDWARD SONG, un clásico. Pero no os recomiendo verlos si de verdad os queréis sorprender...





THE PURGE / EEUU / 2013
Hay cosas que sigo sin entender. THE PURGE (que nuestros siempre creativos distribuidores han rebautizado como LA NOCHE DE LAS BESTIAS (¡!), quizás pensando que LA PURGA era un concepto demasiado elevado para nuestros cerebros) ha sido el estreno sorpresa en EEUU de los últimos meses. Con un presupuesto de 3 millones de dólares y una campaña de promoción de 20 (lo que viene a confirmar el concepto del séptimo arte que tiene la industria), las alabanzas se han propagado por doquier. Junto con THE CONJURING de James Wan, ha formado una especie de dupla terrorífica veraniega que ha movido al personal en plan masivo y ha puesto en los noticieros el cine de género (ayer vi un entusiasta reportaje sobre la película de Wan en Intereconomía, y todavía no había empezado a beber...). Dicen que su idea central es original y provocadora. Pues a mí me pareció sencillamente inverosímil y mal desarrollada, una mera excusa para darnos otra ración de más de lo mismo. Hablan de thriller distópico y revolución en el subgénero de las home invasions. ¿Dónde? ¿Cuándo? El contexto de política-ficción no es más que eso, un paisaje en el nunca se profundiza, y en cuanto a la novedad de las "invasiones del hogar", brilla por su ausencia, a no ser que se refieran a las absurdas decisiones de algunos personajes (¿por qué la hija maciza no se esconde junto con su familia en la "panic room" y se dedica a vagar por la casa gimoteando sola con una linterna?) y de los propios guionistas (¿a qué viene que los malos lleven máscaras cuando esa noche el crimen es legal?). También se comenta una lectura social crítica y moralidad ambigua. Sí, parece que en algunos momentos THE PURGE va a plantear algún tema interesante (o al menos incómodo para el espectador), pero en seguida la cosa se aborta con un disparo, un grito, un flashazo de linterna o un estacazo en la nuca. No hay tiempo para la reflexión y las frases supuestamente "críticas" son puro clichéTHE PURGE es una película cobarde porque no se atreve a escarbar en la (para algunos) sugestiva idea de partida, se desarrolla por los más formularios derroteros, sus personajes son planos y sin vida (en especial el cargante malo de la función, uf) y finalmente resulta más que complaciente, minimizando el posible riesgo a cero. Una pena que sean películas como THE PURGE las que lleguen al público masivo debido a una efectiva campaña de marketing, mientras que otras muestras muy superiores de este (sub)género, como la también yanqui THE STRANGERS o la española SECUESTRADOS, hayan pasado absolutamente desapercibidas.

- Lo mejor: narración trepidante, dirección efectiva y duración ajustada

- Lo peor: que otra vez nos vendan puro humo desde los USA

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WORLS´S GREATES DAD / EEUU / 2009

Dentro de lo que han dado en llamar "nueva comedia americana" (siempre se les olvida especificar "norteamericana") todavía hay sorpresas que descubrir. Reconozco que esta panda, con Judd Apatow a la cabeza (aunque son muchos más) me reconcilió, por ejemplo, con la comedia romántica, subgénero del siempre abominé sin medida. Al que no tenía (todavía) en el punto de mira era a Bobcat Goldthwait, que además de disfrutar de un nombre genial, ya tiene carrera a sus espaldas. Mayormente, uno se enfrenta a WORLD´S GREATEST DAD por el gancho del  Robin Williams y en su primer tramo no hay demasiadas sorpresas: disección de la clase media yanqui con grandes dosis de acidez y sus gotas de escatología. La película se deja ver con una sonrisa cómplice en la cara y ocasionales destellos de talento en los diálogos: Robin Williams cumple. Pero entonces irrumpe como un terremoto ESE brillante giro de guión (os confieso que me dejó tieso) y la película arranca de verdad, asumiendo que todo lo anterior no era más que una presentación de personajes. Es entonces cuando esta comedia sube de nivel y se dirige como un toro desbocado hasta su implacable resolución. Trenzada con una inusual mezcla de cierta ternura, considerables dosis de mala leche y, sobre todo, una audacia en su desarrollo que puede llegar a resultar muy extraña, pero reconfortante, WORLD´S GRATEST DAD, además, supone la mejor interpretación de Robin Williams de los últimos 15 años, personalísimo actor que parecía relegado de por vida a secundarios freaks en comedietas de baja estofa. Aquí mr. Williams rubrica con verdadera maestría un papel eminentemente trágico, que es de lo que se nutren las mejores comedias. Habréis observado que me he cuidado muy mucho de no desvelar nada de la trama: mejor así, me lo agradeceréis, porque WORLD´S GREATEST DAD es una de las comedias (negras) más inteligentes y desafiantes de los últimos años, y es mejor encararla completamente virgen. Magnífica. Por mi parte, ya tengo en la recámara la siguiente película de Goldthwait, GOD BLESS AMERICA. Este tipo promete.

- Lo mejor: traspasar los límites de lo predecible con un férreo guión plagado de valentía, conflicto y capas de significado, y el sutil y excepcional trabajo de Robin Williams

- Lo peor: excepto por algunos detalles puntuales, su puesta en escena es bastante plana e impersonal

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STOKER / EEUU / 2012
Que el surcoreano Park Chan-wook iba a dar el salto a Hollywood era algo que estaba cantado, la única duda era concretar el cuándo y el cómo. Por mi parte, trato de no prejuzgar: ni bueno ni malo a priori, todo depende del resultado. Aunque todavía persisten industrias estatales muy potentes, el cine cada vez es más transnacional, y dentro de poco la nacionalidad de una película será algo imposible de discernir. Como debe ser. Vista STOKER, lo que es un misterio para mí es por qué uno de los cineastas más personales del planeta (y no son tantos, oiga) se decidió para su periplo hollywoodiense precisamente por este guión. Y lo subrayo porque STOKER es una película esquizofrénica: el trabajo de Park Chan-wook es, sencillamente, arrebatador y exquisito, pero de vez en cuando se escuchan voces en el devenir de sus dolorosamente hermosas imágenes, voces de un guión infinitamente mediocre, una serie de diálogos inanes escritos por un tal Wentworth Miller que, siendo benévolos, en otras manos serían pasto de un soporífero telefilm de sobremesa de tercera regional. La historia, que pretende ser hitchcockiana (digo yo), analizada en frío es una amalgama de suspense chusco y miradas al infinito que no llevan a ninguna parte. Pero ahí llega nuestro coreano favorito para agarrar al toro por los cuernos y, desde la primera secuencia, llevarse el pastel a su poético, erótico y oscuro universo. Si STOKER no es un descalabro, y no lo acaba siendo, es gracias, una vez más, a la mirada del cineasta. Park Chan-wook es esa clase de directores que, con cada nueva obra, parecen reinventar el cine: no desde una perspectiva histórica, claro está, sino desde el flujo de sensaciones que es capaz de transmitir, desde la poética de su mirada, que convierte la belleza y el enigma de sus imágenes en significado no verbal, en puro arrebato sensorial, y tirando del tópico, en puro cine. Haced la prueba: las mejores secuencias de STOKER son aquellas en las que no hay una sola linea de diálogo, no las necesitamos, pues el discurso creativo del coreano va por otros derroteros, apoyado por la habitual pavisosa Mia Wasikowska, que rubrica aquí su mejor interpretación hasta la fecha. Repele un poco Nicole Kidman, más que nada por el incomprensible destrozo que se ha hecho en la cara (pelirroja, eras una de mis actrices favoritas, ¿por qué esa máscara de bótox?) y la tercera pata de la historia, Matthew Goode (el garrafal error de casting de WATCHMEN), cumple con su papel. Así pues, sí STOKER es una película notable (que no sobresaliente) lo es sólo y exclusivamente por el trabajo de Park Chan-wook, que vuelve a demostrar que de un mal guión sí puede salir una buena película. Aun siendo su obra menos potente (os recomiendo rescatar la anterior y algo olvidada THIRST), es una película de Park Chan-wook. Y eso ya es mucho. 

- Lo mejor: la demostración palmaria de que el trabajo de un cineasta tras la cámara puede levantar una película que en otras manos habría sido infumable

- Lo peor: el guión

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ANTIVIRAL / Canadá / 2012
Un futuro cercano. Corporaciones médicas con estancias en blanco aséptico. Planos estáticos con puntuales desenfoques. Mucho silencio y frialdad expositiva. Agujas hipodérmicas por doquier. Máquinas mutantes. La enfermedad como mercancía. El cuerpo humano como origen del terror. Si a cualquier cinéfilo le ponen encima de la mesa estos parámetros, como el perro de Paulov salivará y la respuesta será unánime: David Cronenberg. Los genes son puñeteros, pero la voluntad artística debería ser una elección. Para bien y para mal, ANTIVIRAL, la ópera prima de Brandon Cronenberg, está ligada a la obra de su padre. Quizás sea algo injusto, pero es imposible sustraerse de esa influencia frente al moroso, estilizado y frío universo que Cronenberg Jr. nos propone por decisión propia. Película de combustión lenta y cadencia que quiere ser hipnótica, ANTIVIRAL parte de una idea tan brillante como perturbadora: en una sociedad vacía las enfermedades de los famosos se convierten en mercancía, inyectarse sus virus una forma de simbiosis con las celebrities, y comer filetes de VIPS genéticamente tratados lo último en gastronomía. Syd trabaja para una de estas empresas, pero en sus ratos libres testea los virus que vende en su propio cuerpo, como un yonqui de la enfermedad, hasta que su obsesión por una de esas celebridades le llevará demasiado lejos... ANTIVIRAL no es una película de fácil digestión y tiene el peligro de que su hermosa estética y sus abundantes silencios existenciales funcionen como un somnífero. Conectar con su enchufe conceptual es la premisa básica para poder valorar (y disfrutar) esta extraña película que, además de la indiscutible mano de Brandon para crear una personal y potente plástica audiovisual, descansa sobre los frágiles hombros de Caleb Landry Jones, que desarrolla un trabajo sensacional a partir de su peculiar físico en esta kafkiana historia. A pesar de sus arritmias, sus pretensiones exageradamente artys, y la inevitable y odiosa comparación con su señor padre, ANTIVIRAL es un debut en el largo que ya quisieran muchos. De esas que te van minando las neuronas poco a poco y te acaban dejando mal cuerpo, cual supuraciones de un sistema capitalista enfermo. Ahora queda la prueba de fuego: certificar si con su segunda película tendremos dos Cronenbergs a los que seguir. Estaremos atentos, Brandon.

- Lo mejor: su brillante y enfermiza idea central y la indiscutible habilidad de Brandon para crear imágenes personales, aunque el conjunto sea un ejercicio de mímesis hacia la obra de su padre

- Lo peor: un tramo medio excesivamente moroso y petrificado, en el que la trama se congela y la película se niega a avanzar mientras Brandon, cual onanista, se recrea en la propia potencia de sus imágenes

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SMILEY FACE / EEUU / 2007
Cada espectador suele tener sus propias filias cinéfilas: a unos les gusta el cine de submarinos, a otros las películas de juicios, incluso hay gente que disfruta con Adam Sandler. Yo me pierdo por las películas con/sobre drogas, sobre todo si exploran la vena recreativa (se aceptan recomendaciones para ampliar mi colección). Algunas de ellas se encuentran entre mis películas fetiche. Y en esto Gregg Araki es un experto amigos. Araki es uno de los puntales del llamado (cómo nos gustan las etiquetas, oiga) new queer cinema, se mueve en la órbita del cine con/sobre adolescentes cañero-underground, junto a especímenes como Harmony Korine o el temible Larry Clark, pero muchos de sus fans vieron en SMILEY FACE una sonora bajada de pantalones frente a la industria, supongo que por el protagonismo absoluto de la pizpireta rubia Anna Faris, mayormente conocida por sus comedietas mainstream de encefalograma plano y la criminal saga SCARY MOVIE. Imagino que esos mismos fans, simplemente, no han visto la película. No se puede decir precisamente que sea un producto comercial  una comedia que arranca con una Anna Faris muy fumada que escucha voces subida a una noria y que termina compartiendo con el mundo entero las páginas del Manifiesto Comunista (literalmente). Todo lo que sucede en medio es pura diversión y desenfreno amigos, con la primera película de la historia cuya protagonista se pasa TODA la película, pues eso, entre fumada y muy fumada. No hay el más mínimo juicio de valor sobre el consumo de hierba (gracias Araki) y sí una certera y descacharrante plasmación audiovisual de los procesos mentales que la marihuana provoca en la estructura del pensamiento (impagables los diversos planes para salir airosa de la cada vez más rocambolesca situación). Rápida, ingeniosa, sorprendente y muy divertida, desde cierto punto de vista un auténtico tour de force interpretativo. Desde ya Anna Faris es mi payasa favorita. He disfrutado SMILEY FACE como un autentico enano. Dicho lo cual, me voy de fin de semana a poner mi cinéfilo trasero en remojo. Hasta la semana que viene.

- Lo mejor: su frescura, ritmazo, ingenio y la Faris

- Lo peor: ¿su final es nihilista, moralista, comunista, o todo lo contrario?

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