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Al fin Sesión Golfa aterriza en el Nocturna 2014, segunda edición. Por variopintos asuntos este año no he podido asistir a todas las sesiones que me hubiera gustado (ya había un considerable mono de festival, os aseguro). Así pues iré desgranando lo que he visto, sentido, disfrutado o sufrido, en formato mini. Vamos con la primera entrega de tres.

THE STATION de Marvin Kren (2013)
Vista en Sitges 2013, THE STATION resultó un semi-fiasco que irá derecho al olvido, a no ser que la disfrutes intoxicado y/o en buena compañía. Mezclando sin mucho tino ciencia-ficción y terror (monstruos mutantes) en alta montaña, la sombra de THE THING, esa obra maestra de John Carpenter, es demasiado alargada. La peliculita (austríaca, para más señas) sufre un serio problema de ritmo y tono, además de una alarmante carencia de potencia visual (y presupuesto, me temo) y, lo que es más grave, de sentido del humor. Aunque ese glacial rojizo-sangriento que se escurre entre los riscos prometía algarabía (yo soñé con una menstruación de Cthulhu), el asunto avanza sin pasión pero, advierto, puede convertirse en una comedia involuntaria a poco que le pongas intención. Hay momentos de divertida ridiculez (esos diálogos) y, sobre todo, el ya muy celebrado secundario de la ministra, la mejor mutación de la película que convierte a la Merkel en un trasunto de Chuck Norris, y que esputa impagables frases con su prusiano acento como "¡Deja de llorar mientras comes plátanos!". Conocida también como BLOOD GRACIER y BLUTGETSCHER.

- Lo mejor: se puede disfrutar, pero sólo en las condiciones mencionadas
- Lo peor: sin lo anterior es un plomo

PARA: todos los que adoramos por igual combinar el terror de látex ochentero y los tanques de cerveza

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CRUEL & UNUSUAL de Merlin Dervisevic (2014)
Premiere europea en Nocturna para una de las pequeñas delicias que han caido por el festival. Alejada del terror, CRUEL & UNUSUAL es una fantasía de ribetes negruzcos que presenta una peculiar (y doméstica) visión del infierno. Un tipo normal de clase media ha asesinado a su mujer, aunque no lo recuerda, condenado a repetir el brutal evento una y otra vez... y hasta aquí debo leer para no aguar la fiesta a nadie. Su afiche promocional la describe como "Surrealistic Puzzle-Film". La opera prima del canadiense Merlin Devisevic, que presentó la peli acompañado de toda su familia, es una de esas con un guión perfectamente estructurado que nunca pierde el interés y va desgranando pistas y capas de significado que le otorgan densidad a la historia hasta desembocar en un brillante tramo final, un film pequeño que juega con el espectador de forma orgánica y muy entretenida, capaz de ir encajando las piezas de ese puzzle de una manera coherente, con un elenco perfecto y tono agridulce, una tragicomedia fantástica, sutil y elegante. Uno de esos casos en los que la etiqueta "para todos los públicos" es un punto a su favor. Una sorpresa muy recomendable.

- Lo mejor: dentro de su modestia todo funciona a la perfección, sobre todo por un guión redondo
- Lo peor: que para algunos paladares hardcore sea demasiado blanca

PARA: cualquier espectador curioso con ganas de jugar

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THE TEXAS CHAIN SAW MASSACRE de Tobe Hooper (1974)
Llegamos a uno de los platos fuertes del festival: la proyección de una copia remasterizada de este clásico indiscutible por su 40 aniversario, presentada por su director Tobe Hooper, que recibió su premio como Maestro del Fantástico. Poco voy a decir sobre una de las películas más influyentes de la historia del cine de terror, copiada, homenajeada, referenciada y plagiada hasta la nausea. Sólo decir el lujo que ha sido poder disfrutarla en todo su esplendor en pantalla grande, con un sonido atronador (como el bueno de Hooper dijo: "¡Play it very loud!") y una hermosa imagen restaurada en la que su granazo setentero lucía mejor que nunca. Su tremendísima potencia, su frescura visual y su sordidez angustiosa sigue vigente como el primer día, mi taquicardia así pudo comprobarlo, una exposición de horror subversivo en estado puro que parece que se hubiese rodado ayer. Tras la peli, Tobe Hooper respondió a unas cuantas preguntas con sorprendente lucidez y sentido del humor, compartiendo jugosas anécdotas del rodaje y su visión sobre la peli y el cine de género. Película inmortal y gran momento del festival. Un lujo.

- Lo mejor: su vigencia y su brutal intensidad, su capacidad de seguir incomodando y angustiando como el primer día, cuarenta años después
- Lo peor: ha sido tan copiada y referenciada que descontextualizada a algún despistado le pueda parecer algo "ya visto"

PARA: estómagos y nervios de acero

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ENEMY / Canadá / 2013
El canadiense Denis Villeneuve rodó en 2013 dos de las películas más interesantes del año, una auténtica proeza sólo al alcance de titanes como Takashi Miike o Jess Franco. La otra fue PRISONERS, un thriller con psicópata de exterior gélido e interior desolado. Algo de thriller, en un sentido muy libre, también hay en ENEMY, aunque mucho más orientado a la paranoia psicológica. Difícil adaptación de una compleja novela del añorado José Saramago (EL HOMBRE DUPLICADO), ENEMY se sustenta (otra vez) sobre una fría y distante atmósfera, fotografiada ahora en ocres apagados, como un ocaso eterno. El muy inquietante tema del "doble" se convierte en una pesadilla cocinada a fuego lento que, aunque tiene ribetes de thriller, insisto (o bien de drama disfrazado de thriller, si ustedes prefieren) prefiere hundir sus raíces en ese cine de género atípico y personal imposible de encasillar, que juguetea con lo onírico, lo psicótico y el terror psicológico, eso que alguna vez hemos llamado por aquí "el otro cine fantástico". Pesadilla para un hombre corriente que un buen día descubre a otro tío idéntico a él por pura casualidad (no os lo voy a desvelar, tan cotidiano como genial), punto de inflexión en la anodina vida de un hombre triste empujado hacia la obsesión y, por supuesto, la confusión. Sin ser del todo críptico, pero sí exigente, Villeneuve juega a armar un puzzle progresivamente abstracto, escarbando en la psique del (los) protagonista, perdido en una deriva vital que acaba abrazando lo psicosexual. Así pues, ritmo pausado y  muchos silencios, y un Jake Gyllenhaal que repite con el canadiense en un tour de force espléndido y siempre contenido, que nunca cae en el esperpento y que desborda genio, fijaos en las conversaciones telefónicas. Película sin respuestas fáciles y con enigmas por resolver (la llave y el garito, por ejemplo), ENEMY puede llegar a crispar los nervios a los más impacientes, pero con referencias tonales como los Davids (Lynch y Cronenberg), un poco del onanismo visual de Nicolas Winding Refn, y un plano final capaz de hacerte explotar unas cuantas neuronas como palomitas de maíz, es complicado resistirse a los misteriosos encantos de esta peculiar propuesta de un tipo que ya hay que marcar en la lista.

- Lo mejor: que las arañas acaben colonizando tu cabeza y la película se quede un buen rato ahí

- Lo peor: que puede resultar inconclusa y, sobre todo, algo frustrante

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A menos de un mes para la inauguración de la segunda edición del joven festival NOCTURNA, poco a poco se van dando a conocer secciones, películas e invitados. Recordad, del 26 de mayo al 01 de junio en el cine Palafox, cita ineludible con el cine de género en Madrid. Sesión Golfa, por supuesto, estará allí. Para conocer más detalles sólo tenéis que pinchar sobre el cartel. Seguiremos informando...




ROBOCOP / EEUU / 2014
La fiebre remakeadora no remite, amigos, el expolio continúa. Siguiendo la consigna de los gerifaltes de los grandes estudios, que opinan que cada quince años hay que fabricar nuevas versiones porque la chavalería no consume cine anterior a su propia generación (¿?), el proyecto del nuevo ROBOCOP llevaba años dando tumbos por las oficinas. Incluso el bueno de Darren Aronofsky estuvo a punto de hincarle el diente y, vistos los resultados, hubiese sido bastante más estimulante. Es una pena que un tipo tan prestigioso como José Padilha (TROPA DE ÉLITE 1 y 2, ONIBUS 174) se haya dejado enfangar del todo por la industria, y que por ende este ROBOCOP 2014 no sea más que otro producto industrial de franquicia: sin color, sin sabor, sin sustancia, sin personalidad, sin alma. La supuesta "revisión" de la furiosa y cibernética hostia en la cara al capitalismo que fue la original de Paul Verhoeven es sometida a pulido y abrillantado, para que todo luzca mucho más aséptico y estilizado, envuelto por los oropeles del CGI desbocado. El lavado de cara es tan superficial que se lleva por delante la subversión, el sarcasmo y la mala leche del original, dejando a su paso una película que no ofrece novedad alguna salvo el espejismo de lo que está tratando de replicar. Esta "Robocopia", que ni en su rediseño ha acertado (el nuevo traje negro es espantoso, entre una hormiga y Iron Man), se limita a avanzar mecánicamente, intercalando con torpeza y forceps el tema de la identidad humana (versión "para niños") y tratando de sacar alguna sonrisa cómplice mediante una mala copia de los míticos anuncios e informativos de la original, que en 1987 eran ciencia-ficción y hoy el pan nuestro de cada día. Ni siquiera su climax final, tan enérgico y potente en la de Verhoeven, se salva de la quema, aquí plano y carente de cualquier tensión. Sí, hay alguna secuencia con una mínima entidad visual (aquella en la que Murphy, "desmontado", pide al científico que acabe con su sufrimiento), pero todo transcurre por los trillados caminos del blockbuster más aséptico, sin nada que aportar salvo una evidente ausencia de nervio y, oh sorpresa, una violencia maquillada para que no moleste a nadie. De entre todos los remakes de grandes y pequeñas películas ochenteras, ROBOCOP es de los más inanes e inútiles.

- Lo mejor: no llega a aburrir del todo

- Lo peor: tiene tanta personalidad, intensidad y sabor como el café de un Starbucks

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