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 THE ADVENTURES OF TINTIN / EEUU / 2011
Dirección: Steven Spielberg
Guion: Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish; basado en los cómics de Hergé
Producción: Peter Jackson, Kathleen Kennedy y Steven Spielberg
Música: John Williams 
Montaje: Michael Kahn
Dirección artística: Andrew Jones y Jeff Wisniewski
Interpretación: Jamie Bell (Tintín), Andy Serkis (capitán Haddock), Daniel Craig (Sakharine), Simon Pegg (Hernández), Nick Frost  (Fernández), Toby Jones (Silk), Mackenzie Crook (Tom), Daniel Mays (Allan), Gad Elmaleh (Ben Salaad), Joe Starr (Barnaby)


Tenía que pasar. Mandamás Spielberg cierra el círculo aventurero que comenzara en 1981 con EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA y lo culmina, por el momento, con estas renovadas AVENTURAS DE TINTÍN. Si muchos ya han señalado las evidentes similitudes en estilo, ritmo, ambientación y tono de las aventuras de Indy con las nuevas aventuras de este Tintín digital, aquí llego yo y corrijo: más bien es al contrario amigos. Tintín, cuyos mejores álbumes comiqueros datan de las décadas de los 40-50-60, fue una indiscutible y evidente influencia para las aventuras del arqueólogo, muy especialmente para INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA, así de simple. Spielberg, nostálgico de profesión y vocación, decidió hace unos años que la mejor manera de rendir tributo a uno de sus más ilustres precedentes sería la adaptación definitiva de la creación de Hergé, quizás también dolido por la tibia acogida (que no recaudación) de INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL, un proyecto semifallido y algo ortopédico que no gustó a casi nadie pero que, no obstante, pienso que tenía algunos hallazgos muy interesantes. Aliado de tú a tú con Peter Jackson como productor creativo y, en especial, con su división de efectos especiales Weta Digital, Spielberg sabía que era un "ahora o nunca" respecto a Tintín, un proyecto ambicioso y algo kamikaze a la vez.

¿Adaptar Tintín admite riesgos? Si vives en y tu mercado son los EEUU, sí. Dicho de forma suave, Tintín no es muy célebre en norteamérica. Si tiramos de eufemismos, Tintín es un personaje "de culto" entre aficionados al cómic europeo y poco más. La cruda realidad es que allí a Tintín no lo conoce ni el tato, mientras que en Europa forma parte de la cultura popular desde hace medio siglo. Por otra parte, Tintín, el cómic, tiene más aristas de lo que parece a primera vista. Sus primeros álbumes son pura basura racista, clasista y colonialista, bañado con un aire de superioridad paternalista respecto a las culturas "no civilizadas". Además, aunque uno sea capaz de abstraerse de semejante contenido (echadle un vistazo a TINTÍN EN LA PAÍS DE LOS SOVIETS o TINTÍN EN EL CONGO, tela marinera), visualmente tampoco tienen nada especial: toscos, arrítmicos y con más bien poca gracia, son los primeros balbuceos en los que aún Tintín gozaba de protagonismo absoluto y carecía de casi todos los encantos posteriores. Valiente que el judío más poderoso de la industria yanqui haya elegido un héroe con un pasado tan filonazi. A partir del tercer número de la saga la cosa va mejorando exponencialmente, eliminando toda esa mierda ideológica, hasta llegar al primer clásico incontestable: EL SECRETO DEL UNICORNIO, seguido de EL TESORO DE RACKHAM EL ROJO, precisamente los dos volúmenes que el tandem Spielberg-Jackson han "adaptado" en esta primera parte de una supuesta trilogía. Segunda arista tintinesca: Haddock. El Capitán Haddock, a partir de entonces personaje imprescindible en las aventuras de Tintín, mucho más que un secundario, es un marino borrachín, un tipo entrañable pero, ¡coño!, alcohólico sin posiblidad de redención. Muy políticamente incorrecto pues que gran parte de la innata potencia del personaje sea por sus delirios bañados en ron, situaciones surrealistas de las que, además, Haddock es capaz de sacar su vena más divertida y transgresora, porque este tipo es un ciclón en movimiento. Algo más bien poco spielbergiano, a priori. Y última arista, esta jodida de verdad: lo menos interesante de los cómics de Tintín es Tintín, con diferencia. 


Con todo esto sobre la mesa, Spielberg, tipo listo donde los haya, aglutina a su alrededor algunos de los mejores creativos del mundo, pero sin dejar de asumir riesgos: se trae a su proyecto a dos talentosos y (muy) jóvenes directores y guionistas ingleses, nada menos que a Edgar Wright (SHAUN OF THE DEAD, SCOTT PILGRIM) y Joe Cornish (ATTACK THE BLOCK) y les encarga la adaptación del guión de los dos tomos mencionados. Sangre nueva para viejos tebeos. Como ya comentaba, también lia a Peter Jackson en la aventura, y encarga a Weta Digital, los putos amos hoy por hoy en la creación de universos, la viabilidad visual del proyecto, o dicho de otro modo: para que LAS AVENTURAS DE TINTÍN puedan funcionar de verdad tienen que alejarse lo máximo posible del "efecto Zemeckis" (aka la interesante teoría del "Uncanny Valley"), el rechazo instintivo que cualquier ser humano tiene ante ese inquietante look sintético-hiperrealista, visto en cosas como POLAR EXPRESS, CUENTO DE NAVIDAD o BEOWULF mediante la técnica llamada "captura de movimiento". Así que Spielberg da la espalda a su viejo amigo y socio Robert Zemeckis y a sus películas de animación por motion capture (a priori ésa hubiese sido la opción más "segura") para abrazar a los genios de Weta Digital, que ya llevan años perfeccionando la captura de movimiento, pero por un sendero paralelo. Si ya con Gollum lograron una pequeña obra maestra, el progresivo nivel de King Kong, los avatars de Cameron y los simios de EL ORIGEN DE EL PLANETA DE LOS SIMIOS fueron la prueba definitiva de que sí, era posible hacer una película de animación por motion capture sin que la gente saliese asqueada de las salas y con los pelos como escarpias. Un test de 5 minutos fue suficiente para dar luz verde al proyecto. La primera película de animación dirigida por Steven Spielberg, señores. El Tintín definitivo en pantalla grande estaba en marcha.

Como ya sabreis, servidor trabaja en la industria de la animación, por lo que enfrentarme a una película como esta supone una especie de esquizofrenia: lo normal que me pase más de la mitad del metraje analizando sobre la marcha aspectos técnicos, lo que matiza bastante el disfrute intrínseco de la película en sí. En LAS AVENTURAS DE TINTÍN eso (apenas) me ocurrió, lo que dice mucho de la pericia narrativa de Spielberg. La película es un disfrute de principio a fin, un opíparo festín en el que la palabra "aventura", aleluya, recupera a paladas su más puro significado: emoción, diversión y ansias de descubrimiento (también personal), ese "sense of wonder" que dicen los ingleses tan difícil de encontrar en una película de género hoy. Spielberg, ladino él, sortea con pericia las movidas tintinescas antes apuntadas, deja a sus entusiastas guionistas airear el ligero olor a naftalina de los originales y apuntar algunos detalles malsanos (zoofilia incluída, je) y no suaviza al bueno de Haddock ni un gramo (atención a su personal método para arrancar un hidroavión sin combustible en plena tormenta), algo realmente inaudito en un tipo tan poco amigo de riesgos con sus personajes. Sí, Haddock funciona a toda pastilla y, como en los cómics, se apropia de la historia como un eructo malsonante, aunque quizás no tan explosivo y excesivo como en el original, pero, ¿y Tintín? Pues aunque sigue siendo el repelente niño Vicente (guapete, educado, ingenioso, inteligente, observador, leal, aseado, valiente y... totalmente asexual), todo eso que tanto asquito da pasa desapercibido y matizado por el vibrante devenir de los acontecimientos y, repito, por el magnífico plantel de secundarios que, como en toda obra de Hergé, se comen al protagonista por los pies. Por supuesto, ni rastro del pasado fachorra del personaje y especial atención para ese Milú que milagrosamente capta la personalidad del cómic y toma protagonismo pero SIN necesidad de hablar (sabia decisión, por otra parte, que hasta el escroto estamos ya de perros parlantes en el cine).

Y finalmente toca hablar, ya sí, de los aspectos puramente visuales de la película. ¿Han logrado tocar techo con el traspaso de un universo nativamente bidimensional a 3D? Pues no, pero se han acercado a la cúspide amigos. Tras los estupendos créditos en limpio y colorido 2D Spielberg nos sumerje en un nuevo universo, apuntalando la transición a través del cameo del mismísimo Hergé, que dibuja un retrato al Tintín 3D que resulta ser su imagen icónica de los cómics. Bonita manera de dar la bienvenida a una nueva revisión del mundo tintinesco, un trasvase visual que, seguramente, ya no tiene vuelta a atrás. Curioso que un estilo tan elegante y sencillo, esencial, como la "linea clara" de Hergé, en el que "menos es más" (todo un punto de partida para una horda de autores que llegaron después como Uderzo, Franquin y hasta Moebius) tenga en su hermano tridimensional algo tan sumamente detallista y lleno de vida, rebosante de bullicio y acciones en segundo plano, pero a la vez tremendamente fiel al espíritu original. Lo que cada lector de Tintín imaginaba en su (tridimensional) imaginación cuando leía uno de sus cómics, seguramente. Tan sólo algunos momentos en la animación y diseño de personajes pueden sacarte del disfrute (algunas cabezas gordas, tirando a cartoon, encima de cuerpos tan realistas, hum), detalles puntuales que ya son eso, puntuales y no la norma aberrante del motion capture hasta que llegó esta peli. El Uncanny Valley queda reducido al mínimo, aleluya. Estéticamente muy bonita, con un uso del color y, sobre todo, de la luz extraordinario (el director de fotografía es el habitual de Spielberg), LAS AVENTURAS DE TINTÍN acaba siendo una película 100% digital y tecnológica pero construída con un primor y un gusto por el detalle extraordinario, de espíritu artesanal, tanto que pide un segundo (y tercero, y cuarto) visionado para poder exprimir a tope todo su mundo, todas sus virtudes, todas sus sorpresas. Sin un solo bajón de ritmo, secuencia tras secuencia resulta una delicia, pero hay un par en especial que son verdaderos prodigios de planificación: atención al ALUCINANTE plano secuencia de la persecución del halcón en Marruecos, enorme, histórico, y al flashback en varios tramos del antepasado pirata de Haddock, uf!. Modélica como adaptación de ambos cómics, sobra decir, aunque los más fans tintinófilos no estén de acuerdo (claro, se quedaron cosas por el camino y se añadieron otras nuevas). Y por si todo esto fuera poco, además de devolver la dignidad al género aventurero por la puerta grande, logra que ese peligroso "para todos los públicos" sea tratado, también, con gran respeto, disfrutable para los más pequeños y un tesoro para el resto, quizás sólo como los magos de Pixar saben hacer. Puro gozo, amigos, disfrute general que, seguramente, tendrá su continuación una vez que Peter Jackson termine con THE HOBBIT y asuma la dirección de la segunda parte.

PD: tras una mitad de año bastante tibia y algo gris en cuanto a pelis memorables, este tramo final me está deparando un buen montón de sorpresas, tanto que creo que es la primera vez en Sesión Golfa que empalmo cuatro pelis de 8. Y con unas cuantas en el tintero aún...


- Lo mejor: ¡AVENTURA!, el mejor Spielberg en años, película redonda

- Lo peor: sigue habiendo un pequeño porcentaje de aberración visual en los personajes, mínimo y puntual, pero haberlo haylo

  CABEZAS



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