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Efectivamente amigos. En un lapso de tiempo de 48 horas (un lapsus de tiempo más bien), abandonaron el mundanal ruido dos de los más importantes cineastas europeos de la historia: Ingmar Bergman (89), el único director de cine sueco que usted puede nombrar, y Michelangelo Antonioni (94), al que muchos confunden con una Tortuga Ninja. No voy a ir de gafapasta con coderas porque no he disfrutado de TODA la filmografía de estos individuos, ni lo recomiendo, especialmente en el caso del italiano.


El sueco, maquinando



Michelangelo, en plena faena


Dicha la herejía, Sesión Golfa pasa de perfiles y biografías (para eso tienen la wikipedia o, en un alarde, las bibliotecas) pero sí les recomienda que gasten un poco de su valioso tiempo ojeando algún trabajo de ambos, colegas generacionales que hicieron del silencio y la mirada su gran arma reivindicativa. Del viejo lobo nórdico, EL SÉPTIMO SELLO es obligación (homejada por Woody Allen, los Monty Python y mil más, un icono), EL MANANTIAL DE LA DONCELLA es devoción (bellísima, violentísima película mil veces imitada), PERSONA es el pasmo hecho cine y SARABANDE supone su precioso canto de cisne. Nadie filmó un rostro en silencio como él, aunque seguramente una de sus creaciones más bellas sean las palabras, sentimientos y el gran abismo que brota de su propia autobiografía, LINTERNA MÁGICA, publicada por Cátedra.

Antonioni, el "cineasta de la incomunicación" (entre sus personajes, pero, ay, también con el espectador). A BLOW UP debe rendirle pleitesía cualquier amante de la fotografía, del noble deporte del voyeurismo o, simplemente, cualquier amante... y MÁS ALLÁ DE LAS NUBES, película de episodios (co-dirigida por el pelma de Wim Wenders) ofrece al espectador desnudos gratuitos a tutti plain por parte de Inés Sastre (haciendo el ridículo en una especie de sketch espantoso) y Sophie Marceau, en pelotas en su divertido episodio con John Malkovich, maduro atractivo que sospecha que la jovencita que yace en su catre se cepilló a hachazos a su marido. El resto de su obra son, mayormente, parejas en crisis sufriendo todos los tipos de crisis que uno sea capaz de imaginar.


Blow Up, grande

Se han ido dos tipos grandes, difíciles, probablemente irrepetibles. Mientras, otros que van de directores no sufren ni un pequeño resfriado... Descansen en paz y bienvenidos a este Mondo Zombie, para siempre...

En español. Y a continuación, TODOS los trailers falsos de GRINDHOUSE!!!

El único que veremos en España, dirigido por Robert Rodriguez.

Ahora el de Eli Roth, el culpable de Hostel I y II

El de Edgar Wright (uno de los responsables de la tronchante Shaun of the Dead.

La de Rob Zombie... atención a Fu-Manchú...



PLANET TERROR / EEUU / 2007

Dirección, Producción y Guión y Fotografía: Robert Rodriguez

Música: Robert Rodriguez, Graeme Revell, Carl Thiel

Montaje: Ethan Maniquis, Robert Rodriguez

Dirección artística: Carl HornerVestuario: Nina Proctor

F/X: KNB Group

Intérpretes: Rose McGowan, Marley Shelton, Freddy Rodriguez, Josh Brolin, Jeff Fahey, Michael Biehn...


Cuchipandi nº1: las chicas son guerreras


Mientras las chicas se preparan para el inevitable baile de graduación, el detective se da la vuelta desde el ventanal, las mira y dice: "Tengo buenas y malas noticias. Las buenas son que los chicos ya están aquí. Las malas son que están muertos"...


Esta genial línea de diálogo no pertenece a Planet Terror, sino a la muy recomendable Night Of The Creeps de Fred Dekker (retitulada por el habitual distribuidor-zombie como El Terror Llama A Su Puerta), y la pongo aquí como ejemplo del tipo de cine al que el bueno de Rodriguez rinde una sentida y emocionada pleitesía en su nueva película. La serie B (y Z) de los 70 y 80, la que muchos fagocitamos en sesiones dobles en la Noche de Lobos de una primitiva Antena 3, cuando el Festival de Cine Fantástico de Sitges aún tenía el apelativo de Fantástico en su nombre, la época dorada de Carpenter, Romero, Fulci, Raimi, del primer Cronenberg, de Tobe Hopper, Darío Argento, de la primera Troma, del guarrete de Frank Hennenlotter... de toda esa gente que con sus casposas y pestilentes películas provocaron en un servidor el enamoramiento definitivo con el séptimo arte. Planet Terror es eso, un emocionante y sincero regreso al primer amor, un recuerdo puro de cuando todos éramos más jóvenes y más inocentes...


Cuidado con El Wray: tiene el diablo dentro...

Lamentablemente, siempre hay alguien que se encarga de joder la magia con sopapos de realidad en forma de dólar. Mis queridos distribuidores han roto en pedazos el concepto único que existía detrás de Grindhouse, el proyecto conjunto entre Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, pensado y ejecutado con la sanísima intención de recuperar para las nuevas generaciones esas míticas sesiones dobles de autocine de verano en las que cientos de chavales se hacinaban con kilos de palomitas y cerveza con el fin de gritar, patear, aplaudir y reir al compás de ese celuloide enfermo y destrozado, con el único fin de lograr el disfrute total, el delirio colectivo. Ese 2x1 que se habían planteado, trufado con cuatro falsos trailers de otras tantas películas inexistentes, podría haber sido un éxtasis para muchos como yo, con las neuronas intoxicadas tras tantos años de sobredosis de sangre, tiros, pus y delirio. Pero no. Como en los propios EEUU Grindhouse ha sido un fracaso absoluto (55 millones de presupuesto, poco más de 20 de recaudación), han decidido partir la película en dos, y estrenarlas en Europa por separado con un mes de diferencia. Estúpidos. Así que la magia se pierde en parte y me obligan a comentarlas por separado. Me poneis el caramelo en los labios pero no me dejais volver a besar a mi primer amor. Malditos tontosdelculo...


Poster de GRINDHOUSE: lo que nunca veremos...


Bueno, vale, se acabó la pataleta. Entonces ¿nos ha tangado Robert Rodriguez? ¿se puede ser fiel en cuerpo y alma a la serie B cuando la serie B ya no existe? Seamos realistas: cuando un director es víctima de su propia pose tratando de captar la magia de esa época dorada del cine huele a la legua. Es una simple mentira, un disfraz. Ahora las grandes majors de la producción/distribución yanqui nos venden megataquillazos veraniegos con tropecientos millones de dólares de presupuesto como lo más de lo último, cuando no son más que carísimas series B de antaño pero sin alma, excrementos monumentales barnizados por un lujoso cromado high-tech digital sin corazón ni el más mínimo atisbo de creatividad y, lo que es más importante, sin actitud. Ahí está ese megazurullo Transformers para certificarlo, pero cualquier otra cosa que estrene Michael Bay también vale. Ahí radica la diferencia entre el que trabaja con pasión y el que tiene una chequera por cerebro. Como bien dejó claro Tim Burton en una secuencia de su magistral Ed Wood, apenas hay diferencias entre el propio Ed Wood y Orson Welles. Desde el punto de vista de la autenticidad y la pasión por lo que haces, ambos se mueven a un mismo nivel de genialidad.


Roberto, el auténtico filmmaker-machine

Si algo caracterizaba a las producciones (miles) del género fantaterrorífico de los 70/80 era una alarmante falta de presupuesto, eso está claro, pero también por una todavía más alarmante falta de vergüenza y del más mínimo sentido del ridículo. Todas eran baratas, y además muchas eran torpes, casposillas, cutres, hilarantes, con interpretaciones infames y esos imposibles personajes "bigger than life"... Sin embargo, dentro de ese magma tóxico y torpón se sentía un delicioso aroma de libertad, de asumir riesgos pensando poco en las consecuencias y, sobre todo, de provocación, cuando lo políticamente correcto aún no era moneda de cambio habitual en un 90% del cine de género. El cine volviendo a sus orígenes de espectáculo de feria, de acontecimiento vecinal en la plaza del pueblo en el mejor de los sentidos, de enajenación colectiva, de disfrute veraniego en buena compañía. Todo eso, que no es moco de pavo, es lo que recupera Robert Rodriguez, un tipo que, esta vez sí, ha dado de pleno en su purulenta diana.


Cuchipandi nº2: lesbo-enfermera sadomaso y amigos


Es imposible hablar de Planet Terror en términos de buena/mala calidad, es absurdo. Sólo se puede escrutar la sinceridad con la Rodriguez se ha enfrentado a este excitante proyecto, y aquí amigos, Planet Terror se lleva un merecido sobresaliente sin discusión. Roberto puede ser un tipo irregular, pero es una máquina de hacer películas, como antaño (¿quién coño tiene en su haber 2 trilogías con 39 años recién cumplidos?). En su ya larga filmografía hay de todo. Maravillas como Desperado, Abierto hasta el amanecer, su episodio en la mediocre Four Rooms o Sin City, cosas resultonas como Spy Kids o The faculty y bodrios infumables como Las aventuras de Shark Boy y Lava Girl o Érase una vez en México. Además de dirigir, el tipo escribe, ilumina, monta y compone la música de sus pelis, un auténtico hombre-orquesta, como el propio Carpenter, como antaño... Es que hay que dejarlo claro desde ya: Planet Terror no es una parodia ni un remake, aunque juega a la acumulación y lleva todas las características del género al extremo. Es, simplemente, una declaración de amor sincera y sentida de un tipo que se conoce al dedillo todos los resortes del cine de zombies tóxicos, metralletas, héroes monosilábicos, pus, látex, sangre, gore, desmembramientos y canibalismo, militares grillados, strippers con más cojones que Lawrence de Arabia, moteros, el sheriff del condado y el auténtico y genuino sabor de Texas. Pero no se conforma con eso, no señor. Roberto es tan listo como para, además, redoblar el disfrute colectivo con esos detalles que hacen que su película, desde ya, se codee de igual a igual con las más grandes del género. No se pierdan el ingrediente secreto de la mejor salsa barbacoa, el intento de violación de un militar con la jeta de Tarantino mientras su pene se cae a cachos, las niñeras gemelas psicópatas haciando cabriolas, esa delirante alusión a Bin Laden, la super-moto en el maletero y, sobre todo, esa Cherry con su pierna-metralleta esquivando misiles zombies, desde ahora mismo un auténtico icono que, creanme que de esto sé un poco, va a perdurar en la retina por mucho tiempo.


Cherry: armada hasta las trancas


CABEZAS
Falta un rollo de película, así que Planet Terror no se puntúa.



-Lo mejor: todo

-Lo peor: nada en realidad, pero insisto: es una putada que nos hayan roto Grindhouse por la mitad
En una cosa como PLANET TERROR, los cameos, guiños y referencias se cuentan por miles. Es obligatorio volver a los orígenes, amigos. A continuación, una guía rápida y bastante tóxica de todo lo que hubo antes, todo eso que hace que la película de Roberto sea lo que es (plagios directos incluídos): una absoluta gozada.


1997, RESCATE EN NUEVA YORK (1981) y 2013, FUGA DE LOS ÁNGELES (1996), de John Carpenter




Qué voy a decir yo de un tipo al que tengo por ahí a la derecha calificado como "gurú"... Que no es Carpenter, que es el MAESTRO Carpenter, el tipo más ácrata de Hollywood, el auténtico independiente, el único especialista en terror, acción y fantasía que se ha ganado el respeto del mismísimio (y sesudísimo) Cahiers Du Cinema, sí señor, con un par de... er... retrospectivas en su honor. El abuelete Carpenter, la sabiduría misma de la narración clásica embutida en la serie B más elegante y orgullosa de sí misma. El auténtico gurú que, sin ninguna duda, más veces ha tenido en la cabeza Robert Rodriguez durante el rodaje de Planet Terror.




Lee Van Cleef vs Kurt Russell: duelo de titanes

El mítico díptico protagonizado por Kurt Russell/Snake Plissken es el origen absoluto de Planet Terror, a pesar de que no hay zombies, pero todo lo demás... acción macarra y aire socarrón, tipos duros, ciudad sumida en el kaos, metralletas por doquier, coches ardiendo, grupo armado disfuncional, helicópteros a punto de despegar, rescates in extremis, frases lapidarias para la historia... y el héroe anarkista por antonomasia, simplemente eterno. En Planet Terror, sableo sin pudor de secuencias, planos y música, con esos tonos repetitivos de sintetizador marca de la casa (Carpenter, como Rodriguez, también es músico y también toca en una banda de rock). Después de verlas en sesión doble se tatuarán en la espalda la efigie de Snake, y dirán a todo el mundo en la cola del metro: "No soy Plissken. Llámeme serpiente"... Ouuuuuuuu yeah!!



ASALTO A LA COMISARÍA DEL DISTRITO 13 (1976), de John Carpenter




Por si no había quedado claro: ahora comparen el asedio y los tiroteos del grupejo de infames encerrados en el bar de Planet Terror y la resistencia armada y macarra del grupúsculo de policías y asesinos "liberados" de Asalto... contra las bandas de delincuentes zombificados que operan en las sombras... O esas secuencias corales de gente hacinada en celdas cochambrosas...







TRILOGÍA DE LOS ZOMBIES (1968-1985), de George A. Romero




La noche de los muertos vivientes, Zombie y El día de los muertos, la madre del cordero, la trilogía original del creador de zombie moderno tal y como hoy lo entendemos, devoradores de carne humana en avanzado estado de descomposición con un único punto débil: el cerebro. En Zombie, Dawn of the dead, la 2ª parte, por vez primera vemos tíos y tías (convenientemente patilleros y acampanados, eran los 70) armados hasta los dientes y ametrallando muertos vivientes, el nacimiento de ese subgénero que algunos llaman survival-horror. Y también a un helicóptero triturando zombies... Para más inri, ahí tenemos ese momento en Planet Terror en el que el poli bobo interpretado por Tom Savini es desmembrado y devorado en plano fijo, plagio total de un plano idéntico en el que un militar corre esa misma suerte en El día de los muertos.






TRILOGÍA EVIL DEAD (1981-1992), de Sam Raimi




La transmutación del poseído en un no-muerto caníbal con ganas de farra culinaria. La mismísima definición del pus saltarín y del hachazo como forma de arte impresionista. Si la primera puede llegar a acojonar, Evil Dead 2 y, sobre todo, Army of Darkness, su 3ª parte, se decantan ya por el terror autoparódico y la acción pseudo-medieval, con un tono más cercano a los cartoons de la Warner que otra cosa. Y ahí tenemos a Ash-Correcaminos (sobrenatural Bruce Campbell), el tritura-zombies, el superhéroe definitivo armado con una motosierra en una mano y una recortada humeante en la otra, siempre a lomos de su Cadillac, un tipo que, francamente, no hubiese desentonado para nada en una aparición especial en Planet Terror.




Sam Raimi pre-Spiderman



LOS SPAGUETTI-ZOMBIES (1979-1988) de Lucio Fulci



Un tipo extraño Lucio Fulci, un erudito cinéfilo que trabajó con Sergio Leone pero que luego se dedicó a parir una tras otra copias infames de los grandes éxitos de zombies de la época, su propia pentalogía paralela con su propio estilo purulento, megatóxico y ultraexplícito. Un auténtico guarrete, amo y señor de la amputación en primer plano. Sus películas son aburridas en su mayor parte, faltas de ritmo y con unas interpretaciones infames (esos italianos con pseudónimos yanquis...), pero tiene el extraño don de hipnotizar al respetable con unas atmósferas malsanas, enfermizas y un punto oníricas, eso que llaman un estilo propio. Con el estacazo en el ojo a Tarantino, Rodriguez copia literalmente una secuencia idéntica en Zombi 2 (también conocida como Zombie Flesh Eaters o Nueva York bajo el terror de los zombies), ese celebérrimo plano de "astilla en el ojo"...


uyuyuyuyuyuyuyuy....



LA OTRA TRILOGÍA DE ZOMBIES (1986-1992), de Dan O´Bannon, Ken Wiedenhorn y Brian Yuzna




¡La virgen!... ¿otra trilogía?... Por supuesto, pero tranquilos, es fácil, repitan conmigo: esta es la trilogía paralela apócrifa no oficial (pero autorizada) de la original de Romero, totalmente ochentera, pero esta vez orientada al cachondeo sin prejuicios. El regreso de los muertos vivientes, de Dan O´Bannon (guionista de Alien, por cierto) recoge el legado original de Romero, añade militares, residuos tóxicos y una nube verde radioactiva (clavadito a Planet Terror) pero sobre todo ganas de fiesta. Absurda mayormente, pero muy divertida, aquí tenemos zombies punks, una tía buena bailando en bolas en un cementerio (así cualquiera se levanta de su tumba), embalsamadores con alma de action-hero, lluvia ácida, banda sonora heavy-metal y una acumuluación de gags y chistes sorprendente. Su secuela, La divertida noche de los zombies, es ya directamente una especie de Aterriza como puedas de zombies, aunque algo cansina, repetitiva y con más bien poca gracia.



Levantando hasta a los muertos...




SLITHER (2006), de James Gunn






Toda una rareza. Guionista exiliado de la Troma, con Slither James Gunn perpetra un divertidísimo e inteligente homenaje a las pelis de invasiones alienígenas de los 50. Unas babosas mutantes del espacio exterior se introducen en un pueblucho-tipo de la américa profunda (como el de Planet Terror) y van contaminando poco a poco a la población por vía oral o rectal. Los enfermos sufren una mutación asquerosa que les convierte en masas de carne/látex purulentas hambrientas de carne humana. Las transformaciones varias y el desfase viscoso de Planet Terror remiten directamente tanto a este pequeño clásico moderno como a otras delicatessen ochenteras tipo Society, de Brian Yuzna, o como convertir el supurar en un arte.







CAMEOS y SECUNDARIOS

Ah, los cameos, ese universo por descubrir. Durante los 70 y 80 era normal ver en nuestros subproductos favoritos a actores en decadencia interpretando secundarios bastante memos. Planet Terror no es una excepción. Tom Savini, un genio del látex y los higadillos, el creador del espectacular maquillaje de la trilogía zombie de Romero y de Viernes 13, interpreta aquí al poli tonto (y al célebre Sex-Machine de Abierto hasta el amanecer, ¿recuerdan?). Michael Biehn, el inolvidable prota de Terminator, es el sheriff, y Jeff Fahey, perpetuo de series B y telefilmes casposos, action-hero de saldo, es su hermano, el inventor de la mejor salsa barbacoa de Texas (también le tienen en el falso trailer de Machete haciendo de malo en limusina). El niño que se vuela la cabeza es el hijito de Robert Rodriguez. Tarantino hace de militar cabrón con problemas de erección (y repite secundario en su propia Death Proof, la otra parte de Grindhouse). Fergie, cantante de los Black Eyed Peas, luce escote y nalgas antes de ser devorada en una cuneta y Bruce Willis se lo pasa teta poniendo gesto de tipo duro y recitando un monólogo imposible... ¿alguien da más?


Bruce Willis, a lo suyo


Tom Savini, mago del látex