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Mientras ultimo la habitual lista de lo más mejor/peor del año cinéfilo que nos abandona (paciencia, pardiez), fumándome las últimas horas con fiebre y una leve contractura en el cuello (¡lárgate ya 2011!), tengo que hacer un paréntesis y comentaros acerca de ALAS NEGRAS. Proyecto autopublicado de un amigo y antiguo colega de curro, Jose Antonio Bravo (Toni para los amigos), excelso dibujante/ilustrador y especialista en storyboards y diseño de personajes, ALAS NEGRAS es su primer cómic finiquitado. Como la industria comiquera de este santo país tiene pocas luces y se dedican a comprar sagas y reeditar viejas glorias, mirando para otro lado a nuevos talentos indiscutibles, el amigo Toni, ni corto ni perezoso, se ha fundado editorial propia, NONÉMESIS, y se ha lanzado sin red al proceloso mundo de la autoedición. Bravo, Jose Antonio!


Desde SESIÓN GOLFA te aplaudimos y ya estoy disfrutando, en formato físico, de este estupendísimo cómic, espero que el primero de una larga y exitosa lista, porque ni calidad ni talento (ni proyectos) le faltan. No os voy a vender este cómic porque se vende por sí solo nada más echar un vistazo, al azar, a cualquiera de sus detallistas y hermosas páginas en un impactante blanco y negro de las que os pongo un ejemplo. 


Estas suculentas 60 páginas ya a vuestra disposición por el increíble precio de 8€ (gastos de envío incluidos), o lo que viene a ser lo mismo, un jodido regalo amigos.

¿Dónde?

Pues ya podéis pinchar en el blog de NONÉMESIS para bichear, y pedir vuestro ejemplar de ALAS NEGRAS en su propio blog, AQUÍ MISMO. No hay excusas y...

... daos prisa porque, como sabéis, el puto mundo se acaba e 2012, así que comenzad a exprimirlo desde esta misma noche.

Nos vemos!


Parece que las grandes distribuidoras se han puesto las pilas en estos últimos días y han sacado a la luz algunos de los trailers más esperados de cara a 2012. Aquí os dejo tres de ellos. Babeando especialmente con PROMETHEUS, amigos.


GREEN LANTERN/2011/EEUU
Linterna Verde siempre ha sido un segundón en el universo superheroico yanqui, vertiente DC, aunque si se quiere escarbar goza de algunos elementos curiosos, en especial esa especie de cosmología kitsch que es la esencia misma de su existencia. Un rollete más cercano a las trotonas y ligeras space-operas de Flash Gordon que a las movidas psicopáticas de otros tipos con mallas. Lamentablemente, todo lo bueno del cómic original (que tampoco conozco en profundidad, confieso) se va al garete con esta mecánica, inane, tontísima y sólo ocasionalmente brillante adaptación, comandada por el todoterreno Martin Campbell, un tipo que goza de cierto prestigio que yo no acabo de comprender. Así pues, y porque la Warner sigue en sus trece de competir con la Marvel vía DC Comics, GREEN LANTERN se estrenó con todos los fastos que el "salvador del blockbuster", el 3D estereoscópico, fue capaz de ofrecerle. Película carísima de escaso interés, la cosa comienza con uno de esos prólogos llenos de "money shots" (esos planos en los que el estudio debe demostrar dónde se ha gastado tántos dólares) que nos ponen en situación por la vía rápida, pero que sorprende por su regulera acumulación de efectos CGI, algunos tremendamente cantosos y rudimentarios para un mamotreto veraniego como este. Hasta feos, diría yo. La cosa no mejora cuando entra en acción Hal Jordan, que se configura como un personaje realmente idiota, un supuesto tipo adulto con el encefalograma de un adolescente en celo, que pretende ser simpaticote pero que un guión nefasto le hace pronunciar algunos de los diálogos más sonrojantes del año. Ryan Reynolds, que se pasa la peli quitándose y poniéndose la camisa para exhibir pectorales, poco puede (o quiere) hacer con su desganada interpretación, por no hablar de un Tim Robbins (obligatorio secundario "de carácter") con perenne expresión de estar esperando el cheque. Los discursitos USA de patriotismo-autoayuda de bolsilibro de tercera se suceden sin compasión, rozando el "efecto TOP GUN" en el que el bueno se define como un "tipo de acción" mientras que el malo, científico, por supuesto, es el "tipo de ideas" (sic), y claro, ya se sabe que el pensar en algo más que en ir al gimnasio, salvar el mundo a ostias y tirarse a la titi macizorra puede llevar a la locura. Al menos, el supervillano de la función, bilocado aquí entre la entidad 3D Parallax y el susodicho científico que interpreta con acierto Peter Saasgard, tiene momentos chulos. Por un lado, Parallax tiene planos sorprendentemente lovecraftianos (o  será mi obsesión con el tema...), como esa cosa que viaja por el espacio sembrando el caos a su paso, y por otro, el debilucho científico logra elevadas cotas de patetismo y repulsión, sin duda lo mejor de la función. En medio de todo, mucho ajetreo y confusión, diseño de producción horterilla y mucho brillo verde, todo ello envuelto con torpeza narrativa, memez y comicidad infantiloide. Película apresurada e inane que no ofrece nada más que lo que puedes ver en sus trailers. Lo peor con mallas del año.

- Lo mejor: Parallax y el científico infectado

- Lo peor: tonta, sosa, impersonal, torpe, prescindible

  CABEZAS



 APOLLO 18 / EEUU / 2011
El temita de la primera misión tripulada que pisó la luna, y de las posteriores, ha traído cola. Muchas teorías conspiranoicas desde entonces, en especial estas dos que afirman que: 
1. El hombre nunca pisó la Luna. Todo el tingladillo lo rodó Kubrick en unos estudios de la 20th Century Fox a cambio de que la NASA le pasase material reservado para la postproducción de 2001. Conociendo al señor Stanley, me parece una hipótesis más viable que:
2. El hombre sí que llegó a la Luna, y regresó de milagro, pero hasta allí no volvió ni el tato desde entonces porque les recibieron una horda de selenitas destroyers. 
Tomando como premisa esta segunda opción, el español Gonzalo López-Gallego consiguió la financiación justa, por vía de los Weinsteins, nada menos, para levantar este falso documental que narra las vicisitudes de dos astronautas yanquis en la inexistente misión que da nombre a su peli. APOLLO 18 es una peliculita apañada, funcional y resultona en sus intenciones, que son parcas: crear tensión y, si se puede, un poco de miedo. Bien contada y sin alardes, aprovechando su ajustado presupuesto al máximo, toda la premisa y planteamiento mola, con algunas secuencias muy logradas (como el descubrimiento de la nave rusa...) pero el principal escollo de la peli es que crea unas espectativas demasiado altas para la resolución final, que se precipita hacia unos estándares demasiado comunes. Mucho más interesante hubiese sido un "enemigo" más inquietante, abstracto, original, unas cuantas dosis más de riesgo y, ya puestos, algo de gore y tripillas para alegrar la función, porque el material de partida lo pedía a gritos. Ayuda, no obstante, su también ajustado metraje a que la cosa no aburra en ningún momentos. Así pues, falso documental apañao para una de esas tardes tontorronas, amigos. No está mal.

- Lo mejor: su crescendo inicial hasta la nave de los soviéticos

- Lo peor: ¿arañas espaciales? ¡Bah!

  CABEZAS

 ANOTHER EARTH/EEUU/2011
Sitges 2011 todavía colea. Gracias a la inestimable ayuda del amigo alexcore y su imprescindible MELTING MAN, siempre al quite en estas labores (¡gracias man!) he podido hacerme con una prístina, perfecta copia de ANOTHER EARTH, premio a la mejor actriz para Brit Marling (también coguionista, por cierto), que ya venía respaldada por el Premio Especial del Jurado en Sundance. Con estos precedentes, vamos acotando el terreno. ANOTHER EARTH es una de esas pelis de combustión lenta, que sólo tangencialmente toca el género fantástico (ciencia-ficción en este caso), hundiendo su esencia en el drama psicológico intimista. Muy intimista. Cahill hace malabares y parte de dos premisas básicas a priori de difícil simbiosis: tragedia vital (culpa y redención) + teoría de multiversos (o algo así), todo ello resumido en la recurrente imagen que define la película, esa Tierra hermana (¿gemela?) dominando el azul celeste del cielo, paradoja existencial que quiere ofrecer a sus criaturas una segunda oportunidad... ¿o quizás no? ¿Los habitantes de Tierra 2 la llamarán así? ¿O nosotros somos Tierra 2, la imagen especular de la verdadera Tierra, que ahora se muestra en todo su esplendor sobre nuestras cabezas? Canela fina, amigos, cine de ideas sobre artificios (no hay un sólo efecto especial en la peli más allá de esa imagen y el brillo del cabello de la Marling al trasluz) que, insisto, acaricia un drama existencial hermoso y doliente, de detallista factura, sobrias imágenes y escasos diálogos, emocionante de verdad sólo cuando ha de serlo, bañado por un frío romanticismo existencial, cine de personajes y vida, en suma. Ese "otro cine fantástico" que, por poner referentes en este caso, estaría cerca de Julio Medem, Brad Anderson, de mi amado-odiado Wim Wenders o incluso de un Darren Aronofsky hasta el culo de valium. Brit Marling se la juega con una Rhoda que, si bien no destaca en un principio, poco a poco va ganando enteros con una interpretación sutil (algo catatónica), logrando que cada una de sus (contadas) sonrisas iluminen la pantalla. Amor, culpa y redención, autodestrucción, sentimientos telúricos que remueven y conmueven a una adolescente y que Cahill sabe desgranar y explicar sin exabruptos ni alardes por la cara, dando sentido y evolucionando en cada secuencia (atención al emocionante momento en el hospital con su compañero de trabajo). Sin embargo, ANOTHER EARTH no es una película redonda. Gravitan sobre su plácida hermosura algunos tiempos muertos que no aportan demasiado, cierta cosa chunga new-age a ratos (ese piano minimal tan trillado, esos violines dispuestos a hacer saltar la lágrima), además, por supuesto, del discutible y discutido plano final. Si bien en su momento me pareció una cagada, con el paso de las horas he cambiado de opinión: no sólo no es un final abierto, sino que lo veo perfectamente coherente y brillante en su sencillez. Algo que se puede extrapolar a toda la peli, una de esas que crecen y ganan enteros en nuestro interior tiempo después de su visonado. Curioso que EL ÁRBOL DE LA VIDA, MELANCHOLIA y ANOTHER EARTH, tres de las mejores películas de 2011, hayan dirigido su mirada hacia los cielos desde las lindes del fantástico, o lo que es lo mismo, de la imaginación humana. Por algo será...

PD: aunque lo he leído en decenas de webs, ANOTHER EARTH no es la ópera prima de Mike Cahill. Rescatad inmediatamente su anterior peli, EL REY DE CALIFORNIA, si quereis pasar un rato delicioso.

- Lo mejor: su contención, sencillez espartana y tremenda belleza

- Lo peor: por momentos puede parecer un corto algo estirado

  CABEZAS


Amigos, hoy toca un poquito de autobombo, pero la ocasión bien lo merece. Ayer arrancó oficialmente el periplo mediático de AGES OF MADNESS, nuevo proyecto-contenedor de Lince Studios y Magic Gate Studios. Aquí os presentamos su primer teaser-poster...


Los habituales a esta casa les sonará HELEN (el corto). Bien, pues sin desvelar demasiado, sólo debo comentaros que HELEN (el corto) es el aperitivo, breve prólogo, parte integrante de AGES OF MADNESS (el largometraje), un ambicioso proyecto a todos los niveles con el que pretendemos hacer justicia (al fin) al universo del genio de Providence: H.P. Lovecraft. Además, por vez primera, en animación 3D estereoscópica. Advierto: AGES OF MADNESS no será una adaptación literal de ninguno de sus relatos, sino una inmersión en su corpus creativo y universo literario a través de los tiempos, tomando como eje central LOS MITOS DE CTHULHU, tan fiel al espíritu lovecraftiano como radical e innovadora en algunos aspectos. No será una película para todos los públicos, no lo pretendemos. Será una experiencia para un target adulto amante de Lovecraft y el cine de género. Aún en preproducción, estamos en una fase temprana de desarrollo visual y conceptual, pero algunos medios ya se han hecho eco del proyecto, como los fieras de SCIFIWORLD. Os animo pues a entrar en la página oficial de facebook, pinchar el LIKE y seguir al corriente de esta apasionante aventura, donde iremos colgando regularmente algunas perlas de concept art y otras hierbas.

Un saludo y ya sabeis... que no está muerto lo que yace eternamente...


 THE ADVENTURES OF TINTIN / EEUU / 2011
Dirección: Steven Spielberg
Guion: Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish; basado en los cómics de Hergé
Producción: Peter Jackson, Kathleen Kennedy y Steven Spielberg
Música: John Williams 
Montaje: Michael Kahn
Dirección artística: Andrew Jones y Jeff Wisniewski
Interpretación: Jamie Bell (Tintín), Andy Serkis (capitán Haddock), Daniel Craig (Sakharine), Simon Pegg (Hernández), Nick Frost  (Fernández), Toby Jones (Silk), Mackenzie Crook (Tom), Daniel Mays (Allan), Gad Elmaleh (Ben Salaad), Joe Starr (Barnaby)


Tenía que pasar. Mandamás Spielberg cierra el círculo aventurero que comenzara en 1981 con EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA y lo culmina, por el momento, con estas renovadas AVENTURAS DE TINTÍN. Si muchos ya han señalado las evidentes similitudes en estilo, ritmo, ambientación y tono de las aventuras de Indy con las nuevas aventuras de este Tintín digital, aquí llego yo y corrijo: más bien es al contrario amigos. Tintín, cuyos mejores álbumes comiqueros datan de las décadas de los 40-50-60, fue una indiscutible y evidente influencia para las aventuras del arqueólogo, muy especialmente para INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA, así de simple. Spielberg, nostálgico de profesión y vocación, decidió hace unos años que la mejor manera de rendir tributo a uno de sus más ilustres precedentes sería la adaptación definitiva de la creación de Hergé, quizás también dolido por la tibia acogida (que no recaudación) de INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALAVERA DE CRISTAL, un proyecto semifallido y algo ortopédico que no gustó a casi nadie pero que, no obstante, pienso que tenía algunos hallazgos muy interesantes. Aliado de tú a tú con Peter Jackson como productor creativo y, en especial, con su división de efectos especiales Weta Digital, Spielberg sabía que era un "ahora o nunca" respecto a Tintín, un proyecto ambicioso y algo kamikaze a la vez.

¿Adaptar Tintín admite riesgos? Si vives en y tu mercado son los EEUU, sí. Dicho de forma suave, Tintín no es muy célebre en norteamérica. Si tiramos de eufemismos, Tintín es un personaje "de culto" entre aficionados al cómic europeo y poco más. La cruda realidad es que allí a Tintín no lo conoce ni el tato, mientras que en Europa forma parte de la cultura popular desde hace medio siglo. Por otra parte, Tintín, el cómic, tiene más aristas de lo que parece a primera vista. Sus primeros álbumes son pura basura racista, clasista y colonialista, bañado con un aire de superioridad paternalista respecto a las culturas "no civilizadas". Además, aunque uno sea capaz de abstraerse de semejante contenido (echadle un vistazo a TINTÍN EN LA PAÍS DE LOS SOVIETS o TINTÍN EN EL CONGO, tela marinera), visualmente tampoco tienen nada especial: toscos, arrítmicos y con más bien poca gracia, son los primeros balbuceos en los que aún Tintín gozaba de protagonismo absoluto y carecía de casi todos los encantos posteriores. Valiente que el judío más poderoso de la industria yanqui haya elegido un héroe con un pasado tan filonazi. A partir del tercer número de la saga la cosa va mejorando exponencialmente, eliminando toda esa mierda ideológica, hasta llegar al primer clásico incontestable: EL SECRETO DEL UNICORNIO, seguido de EL TESORO DE RACKHAM EL ROJO, precisamente los dos volúmenes que el tandem Spielberg-Jackson han "adaptado" en esta primera parte de una supuesta trilogía. Segunda arista tintinesca: Haddock. El Capitán Haddock, a partir de entonces personaje imprescindible en las aventuras de Tintín, mucho más que un secundario, es un marino borrachín, un tipo entrañable pero, ¡coño!, alcohólico sin posiblidad de redención. Muy políticamente incorrecto pues que gran parte de la innata potencia del personaje sea por sus delirios bañados en ron, situaciones surrealistas de las que, además, Haddock es capaz de sacar su vena más divertida y transgresora, porque este tipo es un ciclón en movimiento. Algo más bien poco spielbergiano, a priori. Y última arista, esta jodida de verdad: lo menos interesante de los cómics de Tintín es Tintín, con diferencia. 


Con todo esto sobre la mesa, Spielberg, tipo listo donde los haya, aglutina a su alrededor algunos de los mejores creativos del mundo, pero sin dejar de asumir riesgos: se trae a su proyecto a dos talentosos y (muy) jóvenes directores y guionistas ingleses, nada menos que a Edgar Wright (SHAUN OF THE DEAD, SCOTT PILGRIM) y Joe Cornish (ATTACK THE BLOCK) y les encarga la adaptación del guión de los dos tomos mencionados. Sangre nueva para viejos tebeos. Como ya comentaba, también lia a Peter Jackson en la aventura, y encarga a Weta Digital, los putos amos hoy por hoy en la creación de universos, la viabilidad visual del proyecto, o dicho de otro modo: para que LAS AVENTURAS DE TINTÍN puedan funcionar de verdad tienen que alejarse lo máximo posible del "efecto Zemeckis" (aka la interesante teoría del "Uncanny Valley"), el rechazo instintivo que cualquier ser humano tiene ante ese inquietante look sintético-hiperrealista, visto en cosas como POLAR EXPRESS, CUENTO DE NAVIDAD o BEOWULF mediante la técnica llamada "captura de movimiento". Así que Spielberg da la espalda a su viejo amigo y socio Robert Zemeckis y a sus películas de animación por motion capture (a priori ésa hubiese sido la opción más "segura") para abrazar a los genios de Weta Digital, que ya llevan años perfeccionando la captura de movimiento, pero por un sendero paralelo. Si ya con Gollum lograron una pequeña obra maestra, el progresivo nivel de King Kong, los avatars de Cameron y los simios de EL ORIGEN DE EL PLANETA DE LOS SIMIOS fueron la prueba definitiva de que sí, era posible hacer una película de animación por motion capture sin que la gente saliese asqueada de las salas y con los pelos como escarpias. Un test de 5 minutos fue suficiente para dar luz verde al proyecto. La primera película de animación dirigida por Steven Spielberg, señores. El Tintín definitivo en pantalla grande estaba en marcha.

Como ya sabreis, servidor trabaja en la industria de la animación, por lo que enfrentarme a una película como esta supone una especie de esquizofrenia: lo normal que me pase más de la mitad del metraje analizando sobre la marcha aspectos técnicos, lo que matiza bastante el disfrute intrínseco de la película en sí. En LAS AVENTURAS DE TINTÍN eso (apenas) me ocurrió, lo que dice mucho de la pericia narrativa de Spielberg. La película es un disfrute de principio a fin, un opíparo festín en el que la palabra "aventura", aleluya, recupera a paladas su más puro significado: emoción, diversión y ansias de descubrimiento (también personal), ese "sense of wonder" que dicen los ingleses tan difícil de encontrar en una película de género hoy. Spielberg, ladino él, sortea con pericia las movidas tintinescas antes apuntadas, deja a sus entusiastas guionistas airear el ligero olor a naftalina de los originales y apuntar algunos detalles malsanos (zoofilia incluída, je) y no suaviza al bueno de Haddock ni un gramo (atención a su personal método para arrancar un hidroavión sin combustible en plena tormenta), algo realmente inaudito en un tipo tan poco amigo de riesgos con sus personajes. Sí, Haddock funciona a toda pastilla y, como en los cómics, se apropia de la historia como un eructo malsonante, aunque quizás no tan explosivo y excesivo como en el original, pero, ¿y Tintín? Pues aunque sigue siendo el repelente niño Vicente (guapete, educado, ingenioso, inteligente, observador, leal, aseado, valiente y... totalmente asexual), todo eso que tanto asquito da pasa desapercibido y matizado por el vibrante devenir de los acontecimientos y, repito, por el magnífico plantel de secundarios que, como en toda obra de Hergé, se comen al protagonista por los pies. Por supuesto, ni rastro del pasado fachorra del personaje y especial atención para ese Milú que milagrosamente capta la personalidad del cómic y toma protagonismo pero SIN necesidad de hablar (sabia decisión, por otra parte, que hasta el escroto estamos ya de perros parlantes en el cine).

Y finalmente toca hablar, ya sí, de los aspectos puramente visuales de la película. ¿Han logrado tocar techo con el traspaso de un universo nativamente bidimensional a 3D? Pues no, pero se han acercado a la cúspide amigos. Tras los estupendos créditos en limpio y colorido 2D Spielberg nos sumerje en un nuevo universo, apuntalando la transición a través del cameo del mismísimo Hergé, que dibuja un retrato al Tintín 3D que resulta ser su imagen icónica de los cómics. Bonita manera de dar la bienvenida a una nueva revisión del mundo tintinesco, un trasvase visual que, seguramente, ya no tiene vuelta a atrás. Curioso que un estilo tan elegante y sencillo, esencial, como la "linea clara" de Hergé, en el que "menos es más" (todo un punto de partida para una horda de autores que llegaron después como Uderzo, Franquin y hasta Moebius) tenga en su hermano tridimensional algo tan sumamente detallista y lleno de vida, rebosante de bullicio y acciones en segundo plano, pero a la vez tremendamente fiel al espíritu original. Lo que cada lector de Tintín imaginaba en su (tridimensional) imaginación cuando leía uno de sus cómics, seguramente. Tan sólo algunos momentos en la animación y diseño de personajes pueden sacarte del disfrute (algunas cabezas gordas, tirando a cartoon, encima de cuerpos tan realistas, hum), detalles puntuales que ya son eso, puntuales y no la norma aberrante del motion capture hasta que llegó esta peli. El Uncanny Valley queda reducido al mínimo, aleluya. Estéticamente muy bonita, con un uso del color y, sobre todo, de la luz extraordinario (el director de fotografía es el habitual de Spielberg), LAS AVENTURAS DE TINTÍN acaba siendo una película 100% digital y tecnológica pero construída con un primor y un gusto por el detalle extraordinario, de espíritu artesanal, tanto que pide un segundo (y tercero, y cuarto) visionado para poder exprimir a tope todo su mundo, todas sus virtudes, todas sus sorpresas. Sin un solo bajón de ritmo, secuencia tras secuencia resulta una delicia, pero hay un par en especial que son verdaderos prodigios de planificación: atención al ALUCINANTE plano secuencia de la persecución del halcón en Marruecos, enorme, histórico, y al flashback en varios tramos del antepasado pirata de Haddock, uf!. Modélica como adaptación de ambos cómics, sobra decir, aunque los más fans tintinófilos no estén de acuerdo (claro, se quedaron cosas por el camino y se añadieron otras nuevas). Y por si todo esto fuera poco, además de devolver la dignidad al género aventurero por la puerta grande, logra que ese peligroso "para todos los públicos" sea tratado, también, con gran respeto, disfrutable para los más pequeños y un tesoro para el resto, quizás sólo como los magos de Pixar saben hacer. Puro gozo, amigos, disfrute general que, seguramente, tendrá su continuación una vez que Peter Jackson termine con THE HOBBIT y asuma la dirección de la segunda parte.

PD: tras una mitad de año bastante tibia y algo gris en cuanto a pelis memorables, este tramo final me está deparando un buen montón de sorpresas, tanto que creo que es la primera vez en Sesión Golfa que empalmo cuatro pelis de 8. Y con unas cuantas en el tintero aún...


- Lo mejor: ¡AVENTURA!, el mejor Spielberg en años, película redonda

- Lo peor: sigue habiendo un pequeño porcentaje de aberración visual en los personajes, mínimo y puntual, pero haberlo haylo

  CABEZAS




MELANCHOLIA / Dinamarca-Suecia-Francia / 2011
Dirección y guion: Lars von Trier
Producción: Louise Vesth y Meta Louise Foldager
Fotografía: Manuel Alberto Claro
Montaje: Molly M. Stensgaard
Diseño de producción: Jette Lehmann
Vestuario: Manon Rasmussen
Interpretación: Kirsten Dunst (Justine), Charlotte Gainsbourg (Claire), Kiefer Sutherland (John), Charlotte Rampling (Gaby), John Hurt (Dexter), Alexander Skarsgård  (Michael), Udo Kier (organizador de la boda), Stellan Skarsgård (Jack)

Lars, ego y figura...
A veces detesto a Lars Von Trier. Sus ínfulas de genio loco, su ególatra manera de exhibir lo bueno que es, sus salidas de tono gratis por la cara, sus ojillos que te escrutan por encima del hombro, sus manías esquizoides, su media sonrisa insidiosa, sus rarezas, su obsesión íntima por las armas de fuego y su absurdo pánico a volar. A veces me ponen muy nervioso sus películas, que parecen terapias psicoanalíticas, su personal manera de afrontar los géneros, todos los géneros, desde el thriller a la comedia fina y la soez, el melodrama desatado, el musical descarrilado y ultimamente su acercamiento al fantastique en su más amplia concepción, primero vía terror gótico con fantasmas para la tele en KINGDOM, luego terror mitológico-gore, con ese inmisericorde esputo a la cara que fue ANTICHRIST, y ahora la ciencia-ficción apocalíptica con MELANCHOLIA. Siguiendo con su manía de arrojar al respetable lo que sería carne de diván, la última del danés se situa en un lugar incómodo (cómo no), quizás en el reverso otoñal y sí, melancólico, de la brutal ANTICHRIST. Y entonces me enfrento a esta desbordante melancolía con unas décimas de fiebre y un poquito de hierba. Ominosa y luminosa a un tiempo, dividida en dos partes bien diferenciadas pero manteniendo la unidad de espacio de forma rigurosa, esta crónica de un doble Armageddon, íntimo y global, personal y planetario, supone también la crónica de una mutación personal y del enfrentamiento abisal a un pozo negro. Ahora... no sigas leyendo si aún no has visto la peli, amigo. 


JUSTINE, el primer bloque, la primera hermana, es el cadencioso descenso a los ¿infiernos? de la depresión, entendida como una pulsión interior que poco a poco obliga a una niña bien a mirar al abismo en su noche de bodas. Comienza el pequeño Hitler danés lanzándonos el gancho de CELEBRATION, aquel dogma que fue lo único salvable del Dogma. Sólo diez minutos son necesarios para percibir que el querubín de Kirsten Dunst ha recibido el regalo de su vida, el papel soñado, respondiendo con un trabajo soberbio, magistral en su contención con un personaje al que cualquier otra sólo hubiese otorgado muecas. Juega durante un buen rato a perturbar la comodidad, con una vibrante danza de personajes, familia y allegados del bodorrio. Jugosos los secundarios pululando por ahí. Ojillos chipeantes para un jovial John Hurt, templanza para ese vozarrón que responde a Kiefer Sutherland, cada vez más simbiotizado por su ilustre padre,  Udo Kier haciendo el ganso y un jugoso etcétera. Disfruta de nuevo Trier arrancando las máscaras de las convenciones de cuajo. Algo estupefacta, nuestra princesita de bucles rubios se deja llevar arrastrada por algo que la descontextualiza por completo, la desnuda y la encara con su lado más animal, telúrico y primitivo, ejemplificado por un gesto repetido a lo largo de toda la peli: mirar al cielo. Mirar al cielo, sí, y también orinar al aire libre, fornicar a cuatro patas o mandar al carajo a su jefe, que la acaba de ascender. Mientras el cielo nocturno, el cosmos, ilumina su camino con un leve titilar, un símbolo que, postreramente, será vida y muerte en simbiosis. Ella debería ser feliz en su "noche mágica", en ese palacete de cuento, en esa celebración soñada, pero no lo es en absoluto. Todo el ruído a su alrededor le aturde mientras su impulso, siempre, es salir fuera. Todo a su alrededor deja de tener sentido cuando ella se siente arrastrada hacia el vacío, hacia el cosmos, mientras esa pequeña estrella es el punto de fuga de su cielo. El microcosmos social se resquebraja mientras las ratas humanas abandonan el barco. Justine sufre, pero sólo quiere mirar al cielo.


CLAIRE, el segundo bloque, la otra hermana, ya arranca con ambiente plomizo, nublado, gris, peligroso. Cambio de tercio. Claire se esfuerza por comprender a su hermana, abandonada y ya sumida en un estado semicatatónico: su depresión amenaza con acabar con ella, física y mentalmente. Pero Claire, aunque a veces la odia, es pragmática, fuerte y bondadosa. La cuida, vela por ella en una incómoda posición dentro de su, otra vez, contexto social algo asfixiante. La familia. La presencia de esa cosa en el firmamento se hace material: Melancolia, un planeta mucho más gordo y más bonito que la Tierra, baila la danza de la muerte cósmica alrededor del nuestro, amenaza con su destrucción directa. Esa presencia crece hasta copar la narración, en forma y fondo. Justine se despelota y se ofrece, muy pagana, al planeta asesino, para disfrute de fetichistas y onanistas. Ahora sí, todos miran (miramos) al cielo, incrédulos. La fuerza natural que arrastra a Justine finalmente la transforma en un ser distinto, una atea-chamán ni viva ni muerta que, en un último gesto de generosidad, será la guía espiritual de sus seres queridos y construirá el escenario último e íntimo antes del fin de todas las cosas. Bloque ominoso y progresivamente aterrador, a un tiempo racional y mágico, real e irreal, hermoso y terrible, con un último plano para el recuerdo. Fin (del mundo).


Creo que el amigo Lars ha echado el resto con esta película, sinceramente. Afortunadamente, en mi opinión, la descarnada crudeza conceptual y visual de ANTICHRIST está muy matizada, pero hay un hilo conductor entre ambas películas. Mucho menos ruda en sus imágenes, menos bruta, menos atroz, deliberadamente preciosista por momentos, con imágenes de un romanticismo pictórico bien entendido, épica en su minimalismo y punteada constantemente por la magna TRISTAN E ISOLDA de Wagner (apoteósico, de verdad), MELANCHOLIA me dejó patidifuso, hinchado de belleza y de sensaciones contrapuestas. No importa que sea como TITANIC y conozcamos el final, porque lo bueno no es el qué, sino el cómo. No acabo de alcanzar del todo a Justine en su viaje, pero empatizo con ella. Claire me conmueve. Sigo sin saber dónde quiere llegar el danés chiflado, pero me impresiona el recorrido, mucho. Así que ignoro sus chorrosandeces personales, esos comentarios que bien podría introducirse por su polémico orto, y me dejo llevar. MELANCHOLIA es una película hermosa, hipnótica, llena de cine, y por descontado una de las grandes del 2011. La proxima, NIMPHOMANIAC, una porno. A veces admiro a Lars Von Trier.


- Lo mejor: transmitir tanta cosa a través del lenguaje audiovisual... puro cine

- Lo peor: ese esteticista prólogo que en realidad es un auto-spoiler, ¿era necesario?

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 MIENTRAS DUERMES/España/2011
Algún día se hará justicia y Jaume Balagueró ocupará el lugar que merece desde hace años: el reconocimiento de uno de los cineastas más personales, coherentes y brillantes de las última década, sin fronteras de género ni espacio. El catalán es uno de los directores en activo más interesantes y lúcidos del globo terráqueo, sin más, un tipo que además atesora en su ya extensa filmografía, además de su siete largometrajes, cuatro cortos y un mediometraje, todos ellos, en mayor o menor medida, rebosantes de inventiva e interés y con un discurso y una mirada a la vez única y heredada de los grandes maestros. Si en vez de circunscribirse al género terrórífico (en sus muchas vertientes, dicho sea de paso) se dedicase al drama social o la comedia moderna, otro gallo cantaría. Pero así están las cosas, amigos. MIENTRAS DUERMES podría suponer su entrada por la puerta grande a un público más amplio, y me alegro. Es su peli más accesible (con matices), se ha publicitado bien (¡aleluya!) y cuenta con la magnética presencia y el tirón mediático de Luis Tosar en uno de esos papeles, una vez más, para los anales. Accesible porque Balagueró despoja a esta durísima historia de cualquier truculencia y desfase, dejando a la imaginación del espectador los momentos más brutales  (mediante decenas de elipsis), construyendo con un mimo obsesivo, repetitivo, atonal, la personalidad de César, con una atención a los detalles deslumbrante y un ritmo cadencioso que sabe crisparse cuando es necesario, que bajo una apariencia de normalidad rozando lo naturalista esconde una capacidad innata para inquietar e ir minando los nervios del respetable, poco a poco, sin excesos. Y doble triunfo porque además, el muy ladino de Balagueró logra que nosotros, los espectadores, nos pongamos sin querer del lado del ogro misántropo que interpreta Tosar, magistralmente, ¿hacía falta decirlo?. La conjunción del punto de vista omnipresente de César y el colosal trabajo del gallego, contenido y sutil, como la propia película, hace que nos veamos en la tesitura de sentirnos acorralados cuando César lo está, y de suspirar aliviados cuando logra superar los obstáculos, una posición nada cómoda para el respetable, que de pronto se ve compartiendo objetivos con un personaje que es puro odio, a la vez que estamos espantados con sus logros, mucho más allá del tópico de "los malos son atractivos". Ayuda y mucho la luminosa interpretación de Marta Etura, esa muchacha algo pánfila a la que César quiere borrar la sonrisa para siempre. Es posible, no obstante, que algún fan pureta de Balagueró se sienta algo estafado con la propuesta, y lo entiendo, pero es que desde su génesis, MIENTRAS DUERMES no pretende alcanzar el terror ni el impacto por la vía rápida, sino que se define por una sola palabra: suspense. Un puro ejercicio de suspense que se apropia de los logros de dos grandes maestros del género: el Hitchcock más minimalista por un lado, y el Polanski más asfixiante por otro, logrando la cuadratura del círculo con uno de esos finales que hacen más grande aún a esta película "pequeña". Seguramente sea un impás creativo de (falsa) calma, un paréntesis necesario carente de estruendo, antes de embarcarse en su [REC-APOCALIPSIS] y en ese misterioso proyecto titulado LA DAMA NÚMERO TRECE. Como no tengo medias cabezas a mano, MIENTRAS DUERMES se lleva un merecido notable alto, ¡qué diablos!.

- Lo mejor: la empatía y complicidad con el monstruo a través de la sutileza

- Lo peor: quizás muchos piensen que le falta potencia visual o momentos más impactantes

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 THE WOMAN / EEUU / 2011
Dirección: Lucky McKee
Guión: Lucky McKee y Jack Ketchum
Música: Sean Spillane
Fotografía: Alex Vendler
Edición: Zach Passero
FX Maquillaje: Robert Kurtzman
Intérpretes: Pollyana McIntosh, Sean Bridgers, Angela Bettis, Lauren Ashley Carter, Frank Olsen, Marcia Bennett



Sigo con este repaso informal a lo más granado de Sitges 2011, tras RED STATE (muy discutible premio a Mejor Película, no así al Mejor Actor a Michel Parks, merecidísimo) y ATTACK DE BLOCK (Banda Sonora y cantado Premio del Público). Turno pues para THE WOMAN, la última gema del indie-destroyer Lucky McKee, que finalmente se ha alzado con un muy discutido Mejor Guión, quizás la única decisión de verdad valiente del jurado de festival de festivales este año, que parece se ha cuidado muy mucho de programar cierto tipo de películas previsiblemente polémicas, reduciendo el "factor riesgo" a cotas bastante manejables para el respetable menos hardcore, los medios fofos más generalistas y demás mentes bienpensantes. Bien, pues a falta de haber visto un tercio de la sección oficial, advierto, me atrevo a decir que THE WOMAN ha sido la apuesta más pasional y visceral del festival este año. Película que no ha salido de la nada, sino que ha sufrido una gestación y nacimiento más bien inusual y tormentoso, y que ha suscitado algunas reacciones curiosas allí donde se ha proyectado. Dejadme que os cuente...

McKee, la mujer y la profesora, en Sitges

Para desentrañar THE WOMAN hay que remitirse a dos nombres propios. Jack Ketchum, co-guionista, es uno de los escritores de género con más seguidores (y enemigos) de los últimos años, uno de esos tipos a los que las alabanzas (vía Stephen King, mayormente) y los vituperios le llueven a paladas con cada nueva novela que publica. Gustoso de construir sus obras alrededor de ese epígrafe tan chungo como es "basado en hechos reales", su tendencia al exceso violento le confiere cierta aura de malditismo que tan bien le viene a la hora de amasar buenas cifras de ventas. Parte de su obra se ha adaptado a la gran pantalla: GIRL NEXT DOOR, OFFSPRING o RED (codirigida, por cierto, por McKee) son muestras dispares de su corpus creativo, siempre alejado de terrores sobrenaturales y siempre atento al lado más sórdido de la existencia humana. Lucky McKee, director y co-guionista, es una de esas rara-avis dentro del cine de género, un sonrosado californiano de aspecto sanote y alma  retorcida cuyo (muy) personal universo ha logrado trascender las barreras del cine de terror para interesar a un nutrido grupo de indies, alternativos gafapastas e intelectualillos festivaleros. Aunque siempre está orbitando en las pantanosas fronteras del género, su espacio natural suelen ser entornos como Sundance o Tribeca, donde es capaz de aglutinar públicos a su favor. De errática carrera, pegó el aldabonazo en 2002 con MAY, una delicia indie protagonizada por una deslumbrante Ángela Bettis (desde entonces su musa) que trastocaba con ingenio, brillantez, sensualidad y grandes dosis de mala baba la comedia romántica, tomando elementos del giallo para construir una especie de revisión amarga y adolescente de la figura de Frankenstein al ritmo de una banda sonora rockera. Obligatoria. El mundo fandom le miraba, la crítica no sabía dónde ubicarlo, entonces llegó su participación en la primera temporada de la ya legendaria serie MASTERS OF HORROR (codeándose, amigos, de igual a igual con la creme de la creme), con el episodio SICK GIRL (aka METAMORFOSIS, sic), una retorcida historia de amor (otra vez) con una entomóloga, un misterioso gusano y liberación sexual a lo bestia, tan desconcertante como bizarra y poética, de nuevo con la Bettis a toda máquina. Después llegó THE WOODS (aka EL BOSQUE MALDITO, sic), primer encargo y guión ajeno, esta vez una historia de época que discurría en un internado para señoritas durante los años 60, y en el misterioso bosque circundante, virando hacia lo gótico pero sin perder la torridez inherente a su estilo. Lo más flojo de su breve trayectoria, a falta de ver RED, como comentaba antes, su primera colaboración con Ketchum.

Bettis, McKee, Ketchum, respectivamente

Hace un par de años y sin proyecto a la vista, aunque ya colega del novelista, el afortunado Lucky (disculpad la gilipollez) recibe la propuesta de escribir y dirigir una secuela de (aún) más bajo presupuesto de la mencionada OFFSPRING, adaptación previa de una de las novelas de Ketchum, una medianía fílmica aunque con algún detalle interesante, demasiado lastrada por una deficiente realización y hedor telefilmero, que contaba sin mucho nervio las desventuras de los supervivientes de un clan de caníbales cerca de la frontera de Canadá. Con un precedente como éste, sin mucho donde rascar, McKee tiró por la tangente y le propuso a Ketchum una serie de ideas que estaba barruntando para esta secuela. Ketchum, totalmente receptivo y entusiasmado con lo que estaba oyendo, reaccionó proponiendo a su vez a McKee no sólo co-escribir la película sino también una novela, todo a cuatro manos. Dicho y hecho. El proyecto pasó de OFFSPRING 2: THE WOMAN a su título actual, dado que el guión resultante muy poco tenía que ver ya con su precedente, apenas algún apunte argumental y nada más. Así pues, THE WOMAN es una película radicalmente distinta e independiente de su "supuesta" primera parte y, sobra decirlo, cien mil veces más interesante. Presentada este año en Sundance antes de su paso por Sitges, provocó variopintas reacciones, tan extremas como la de este airado y ofendido fulano que aboga por quemar la película y, si se pone a tiro, también al bueno de McKee...



Como ya os podreis imaginar, THE WOMAN no es una película de cómodo visionado y ofrece muy pocas concesiones al espectador a varios niveles. Tampoco debe contarse demasiado sobre ella si queremos que la experiencia sea plena, así que, una vez más, toca hacer malabares con las palabras. Trataré de ser cuidadoso. Durante más de la mitad del metraje, THE WOMAN plantea una situación dantesca envuelta en una (falsa) apariencia de normalidad, casi de calma chicha. El padre de una familia "modelo" norteamericana, aficionado a la caza, captura a una joven que vive en el bosque como un animal y se la lleva al sótano de su casa con la intención de "civilizarla". En este proceso implica a toda la familia (esposa, hija mayor, hijo mediano e hijita pequeña), distribuyendo tareas que van desde limpiarla hasta alimentarla y tratar de socializarla mediante el lenguaje (la mujer ni siquiera sabe hablar). Durante todo este proceso, McKee va desarrollando la personalidad de cada uno de los integrantes de la familia con escaso diálogo y mucho silencio, punteando actitudes, reacciones y miradas con una enigmática atmósfera que poco a poco va impregnando la narración hasta ir asfixiando al espectador, envolviendo la historia con una especie de burbuja que, como debe ser, estalla en sus últimos minutos, y rompiendo la tónica en determinados momentos mediante su ya reconocible tratamiendo de las canciones con esa (aparente) ligereza pop-rock que funciona como contrapunto a lo visual, algo que lleva puliendo y perfeccionando desde los tiempos de MAY. THE WOMAN es inquietante desde el minuto cero amigos, desde ese hermosísimo prólogo que glosa la vida de la mujer en el bosque. Si no has visto la película, quizás no quieras leer el siguiente párrafo.


THE WOMAN es una película con capacidad para herir, que no toma prisioneros, capaz de simultanear lo que ves con lo que estás sintiendo aunque sea una lucha de contrarios, que toma las riendas del desconcierto inicial para alcanzar cotas de una intensidad brutal en el fondo y en la forma. THE WOMAN funciona como un mecanismo de relojería, como un artefacto diseñado milimétricamente para, en su último acto, estallar y recomponerse en algo a la vez brutal y mágico, violento y casi mitológico. THE WOMAN magrea las neuronas del respetable y su capacidad de encajar los golpes con mano maestra, pero sin amilanarse ante nada. Dos temas confluyen aquí sobre todos los demás: el concepto de civilización y, más que el machismo, la atroz misoginia que impera dentro de esta idea, en ciertos círculos, en determinadas personas. La familia como institución inviolable, célula constructora de la civilización, se pone en solfa desde una perspectiva tan valiente como arriesgada. No, McKee no nos arroja dentro de la típica familia de la américa profunda poblada por rednecks descerebrados y babeantes, sino en un plácido y luminoso entorno rural de clase media en el que todo transcurre con "normalidad", entre la rutina diaria, el instituto, las galletas caseras y los besos de "buenas noches". Un microuniverso tan aparentemente local que es extrapolable a cualquier lugar, en cualquier momento, donde la inmundicia ética campa a sus anchas debajo de un sol radiante, una sonrisa al atardecer y una vida sencilla y sin muchas preocupaciones. McKee y Ketchum atacan primero con sutileza y luego con furia desatada determinados comportamientos hipócritas y deleznables, firmemente enquistados en algunos parámetros del tejido social de cualquier pais "civilizado" actual, movidos por un dictatorial patriarcado que no sólo anula, sino desprecia la figura femenina bajo una apariencia cotidiana. Misoginia atroz además perpetuada generación tras generación, y, lo que aún es más cruel, permitida y asumida por las propias víctimas de la infamia. Aunque toda su parte final es tremendamente gore, los momentos previos de esa violencia cotidiana sostenida duelen mucho, tratados sin aspavientos estilísticos, con una sequedad que hiela la sangre (sobre todo ese aterrador momento en el que la madre encara a su esposo, y la reacción que éste tiene). Esta valiente película comienza por ir eliminando capas-disfraces con cadencioso ritmo, sin urgencia, hurgando con delicadeza en la gran bola de mierda de esta familia-tipo hasta sacar a la luz el gran horror, y con ello el conflicto físico. Así ella, "la mujer", presentada como personaje individual pero transformada en arquetipo, resultará a la vez la receptora y la catalizadora de la brutal, violenta y purificadora lucha final entre contrarios, restaurando cierto equilibrio poético en el que, para más inri, no pelea por una "civilización sana" sino que le da la espalda, salvando la vida de la hija pequeña y restaurando un matriarcado primitivo que roza lo mitológico (su imagen regresando al bosque de mano de la cría y acompañada de la mujer-perro es antológica).


Sí, THE WOMAN me ha parecido una película muy potente, muy valiente, muy brutal. Una obra que se balancea siempre por el filo de la navaja, pero en especial en su último acto, de una violencia sin medida, atávica, desgarrada, y supongo que por ello polémica. Lucky McKee ha regresado con algo absolutamente personal, su cumbre hasta el momento, diseñada con inteligencia pero rodada de forma visceral y que incluso en su resolución resulta incómoda y nada condescendiente. Necesitamos películas como THE WOMAN, que transgreden y traspasan su propio género para ir más allá. Como dijo aquel, el arte será convulso o no será. Y THE WOMAN está muy cerca de la maestría. Desde ya en el podium a lo mejor del año, por descontado. Peliculón.


PD: que nadie se pierda la hermosa coda tras los títulos de crédito, el punto final poético y onírico a una película tan grande como esta.

- Lo mejor: su perfecta construcción, su valentía, su subversivo discurso y su kamikaze conclusión

- Lo peor: cierta sorpresa poco razonable hacia el final que tiene que ver con los perros, aunque encaja con todo lo demás

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ATTACK THE BLOCK / Inglaterra / 2011

Más revival ochentero ciencia-ficcionero para las masas amigos, aunque en esta ocasión ni tan sangrante como SUPER 8 (peli que cada vez se desinfla más en mi memoria, por cierto) ni tan ligerita y coyuntural como PAUL, aunque comparte con ella esos aromas british tan inconfundibles, aquí elevado a mil. ATTACK THE BLOCK, ópera prima de Joe Cornish, es una peli pequeña pero matona que sabe exprimir sus limitaciones (conscientes en todo momento) en aras de un espectáculo modesto pero muy disfrutable. Una absurda y muy localizada invasión alienígena en un suburbio londinense es el desencadenante de la divertida lucha por la supervivencia de un grupo de chavales marginales y multirraciales, pequeños delicuentes en potencia, hiphoperos de pro y orgullosamente fumetas. Aunque al principio no hacen demasiado caso a la invasión, más bien se la toman a chufla en cuanto se cepillan al primer alien (y pretenden sacar pasta con él), en seguida sus compañeros del espacio exterior, de simple pero efectivo diseño, corren a tratar de recuperar el cadaver llevándose a cualquier terrícola por delante. Hay que destacar que aunque el humor británico tirando a negruzco está omnipresente, la peli no es una parodia, sino una sentida relectura macarra de ciertas invasiones de bichos peludos orgullosas de su condición de serie B (sí, tengo a los CRITTERS en la cabeza). Se suma al cachondeo y la diversión general una sólida construcción narrativa y un milimétrico in-crescendo del asedio de los bichos peludos al "bloque", todo ello impregnado de una sutil pero relevante lectura social acerca de los suburbios londinenses, y, cómo no, la presencia de un Nick Frost en uno de esos secundarios que elevan la película con cada una de sus apariciones. Ecos carpenterianos vertiente cafre en plan 1997, RESCATE EN NUEVA YORK se unen a la fiesta. Así pues, no hay razón alguna para no dejarse llevar por esta peliculita deliciosa, urgente, puro entretenimiento sin pretensiones que tiene en su modestia, su equilibrado guión, su enérgica realización y en su ligero tono nostálgico sus mejores bazas. Atención a la secuencia del humo en el pasillo y todo su último tramo. Y para rematar la función con buen criterio, verdades como puños: resulta que da igual que sea una guerra, un desastre natural, una crisis económica o una... invasión alienígena, al final el pato siempre lo pagan los mismos. Por algo la gran industria yanqui ya corteja a Joe Cornish, empezando por el omnipresente Spielberg, que le fichó como coguionista para la inminente TINTÍN junto al también británico Edgar Wright. Oiremos hablar mucho de este tipo, amigos.

- Lo mejor: es un ejemplo notable de esa serie B sin prejuicios, con ideas y cimientos sólidos, un tipo de película de género que hoy ya parece extinta

- Lo peor: que muchos la están inflando a elogios desaforados, y ese excesivo entusiasmo finalmente torne en decepción una vez vista. ATTACK THE BLOCK  es lo que es, y no pretende ser más, sencillamente

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Hoy es un gran día amigos. Aquí teneis el teaser poster del cortometraje HELEN, proyecto de animación 3D estereoscópica producido por Lince Studios y Magic Gate Studios, que presentaremos en Segovia este fin de semana, en el Mercado 3D Wire de animación y videojuegos. El cortometraje, dedicado al género de terror y para adultos, pretende cubrir el hueco existente en obras de calidad sobre el universo de H. P. Lovecraft y los mitos de Cthulhu, pero de una forma absolutamente personal y novedosa. Aún en fase de preproducción, poco a poco os iré comentando los avances de este, tengo que decirlo, apasionante y apasionado proyecto. ¡Seguiremos informando!

RED STATE / EEUU / 2011
Lo de Kevin Smith es digno de estudio psicológico. Diluido en la marea peliculera yanqui como un azucarillo en un café aguado, es bueno recordar que hace poco más de una década cada uno de sus estrenos era esperado por sesudos críticos y enajenados fans como un acontecimiento mundial. Hoy, casi que hay que perseguirle para poder ver sus películas. Servidor nunca ha sido especialmente fanático de este hombre, un tipo interesante cuyas comedias indies y megareferenciales me hacían más o menos gracia, pero al que nunca le he visto un estilo definido ni una mirada propia más allá de algunos punzantes y reconocibles diálogos. Y es que los últimos tiempos del barbudo han sido tremebundos: tuvo que regresar a su universo más célebre con la descafeinada CLERKS 2, pegó la oreja a los nuevos mesías de la comedia norteamericana vía Seth Rogen en la simpática-y-poco-más ¿HACEMOS UNA PORNO? y finalmente, tocó suelo con COP OUT, una buddy movie de acción con ¡Bruce Willis! que hacía aguas por todas partes, y que aquí fue directa a DVD, si no recuerdo mal. Buf. Llegados a este punto, Kevin da un giro radical (y cuando digo radical quiero decir... brutal) a su carrera y hace justo lo que nadie podía esperar: una película muy difícil de encuadrar en un sólo género, pero que desde luego NO es una comedia. Jugando al despiste desde antes de su estreno, anunciada como una "de terror" (no lo es en absoluto), RED STATE se divide en cuatro grandes bloques narrativos: una introducción de personajes que nos remite a algo parecido a un survival horror con gota de slasher; una segunda parte que es, básicamente, un larguísimo sermón que parece que va a desembocar en un torture porn, pero no; una tercera (y larga) secuencia que viene a ser un tiroteo (con un final, digamos, delirante), y finalmente un epílogo que a más de uno dejará patidifuso. Como núcleo central, la figura de un predicador baptista embrutecido y sus dementes acólitos, dispuestos a escabechar a todo gay que se cruce en su camino en su divina misión, basado en ese hijo de puta integrista, más chalado que un cencerro, que responde al nombre de Fred Helps.  Así pues, la película es un poco sutil retrato de esta panda de enfermos que, como setas resecas, brotan en distintas partes de los EEUU. Smith, cristiano reconocido, deja de lado casi cualquier atisbo de ironía (aunque algunos destellos hay, en especial la última frase del último plano, jeje) para elucubrar no sólo sobre la génesis y éxito de estos monstruos humanos en su tierra, sino sobre el papel que su gobierno tiene en su erradicación, personificado en el magnético rostro del gran, gran John Goodman, enfrentado al mefistofélico reverendo Cooper, un Michael Parks en estado de gracia. Sobre el papel, la idea de arrejuntar cine de género con esta lúcida denuncia mola. El resultado, no obstante, es del todo discutible. Sin saber muy bien qué hacer con su criatura, Kevin Smith va dando requiebros bestiales, frustrando las expectativas una vez tras otra, llegando a un punto (¡las trompetas!) en el que uno, bastante desorientado, ya no sabe si, en el fondo, esto es sólo un caprichito cinéfilo y nos están tomando el pelo a dos manos. Lo de que en el fondo RED STATE sea una chufla con ínfulas pretenciosas, dirigida a la linea de flotación del espectador, que no sabe muy bien a qué atenerse durante buena parte del metraje, y que encima su resolución sea un anti-climax tan radical, tiene su lógica. Yo confieso que RED STATE me mantuvo pegado al sillón de principio a fin, aunque a posteriori no sé muy bien qué pensar de esta película, sinceramente. No me parece la bazofia que se dice por ahí, ni mucho menos, pero no tengo claro dónde narices quería llegar su director y guionista con ella. No obstante, y con miedo a recomendarla (ya me diréis...), me parece lo más interesante y lo más personal que ha parido Kevin Smith en la última década, aunque sólo sea por su riesgo y desconcierto. Os dejo con su impactante trailer.

- Lo mejor: el duelo interpretativo entre Michael Parks y John Goodman, de muchos quilates


- Lo peor: la cabrona y absurda estructura de la película, y lo amorfo del discurso en general


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DON´T BE AFRAID OF THE DARK / 
EEUU-Australia / 2010
DON´T BE AFRAID OF THE DARK, remake de un telefilm de culto de los 70, es un viejo proyecto acariciado desde hace años por el omnipresente Guillermo del Toro. Frustrado por sus consecutivos fracasos a la hora de dirigir THE HOBBIT (que abandonó) y AT THE MOUNTAINS OF MADNESS (cuyo rodaje ha quedado otra vez suspendido) y dedicado cada vez más a labores de producción, finalmente decidió ceder la dirección de este proyecto (que no las riendas) al desconocido Troy Nixey. Así pues, esta pequeña película de terror está totalmente impregnada del corpus creativo, estético y conceptual del mexicano. Troy Nixey, vigilado muy de cerca por el amigo Guillermo (con brevísimo cameo), es capaz de mimetizar su reconocible puesta en escena por la vía de la elegancia y el clasicismo, desgranando de nuevo esa clase de cuento de hadas malsano y oscuro al que el orondo tex-mex nos tiene acostumbrado. Otra vez la infancia enfrentada ante un universo sobrenatural, a ratos fascinante, a ratos terrorífico, supone el pivote de un relato fantástico, una aventura iniciática cuyas raíces se encuentran en la literatura gótica de principio del s.XX. Y sí, de nuevo hay que recurrir al maestro Lovecraft para desentrañar esos horrores más  viejos que el tiempo, pero lo más interesante es que DON´T BE AFRAID OF THE DARK da un paso atrás hasta citar de manera explícita a algunos escritores que, a su vez, fueron inspiración del maestro de Providence: Algernon Blackwood (autor de "La casa vacía", cuyo apellido toma uno de los personajes) y el gran Arthur Machen, citado por el bibliotecario, maestro de maestros cuyas novelas "El Gran Dios Pan", y en especial "El Pueblo Blanco", son una influencia notable tanto aquí como en la obra de Del Toro, que cuenta el progresivo descubrimiento de una niña de un mundo de magia y horror preternatural lleno de simbolismo y un poderoso subtexto (sólo hay que revisar EL ESPINAZO DEL DIABLO y, sobre todo, EL LABERINTO DEL FAUNO, para hallar su huella). Toda la primera parte de la peli es una lección de suspense y contención, guiada por la excepcional interpretación de la niña Bailee Madison, otro de esos prodigios infantiles, bañada por una paleta cromática de ocres y colores pálidos, preciosa en su sugerencia y tensión, que sabe sacar jugo una vez más de la "casa encantada" como espacio físico y mental. Sin embargo, mediado el segundo acto, cuando esos bichillos blancos cabrones comienzan a campar a sus anchas (¿recordais las hadas de EL LABERINTO DEL FAUNO y HELLBOY 2?) es cuando la cosa baja ligeramente el nivel y lo explícito se hace con la función, permitiendo, eso sí, momentos incluso distendidos (la cena con los invitados). Afortunadamente, la cosa cambia de rumbo hacia el final, hacia la oscuridad total (y no por nada en esta parte hay ecos del DARKNESS de Jaume Balagueró), rubricando con horror y tristeza una resolución más bien amarga. Es posible que a DON´T BE AFRAID OF THE DARK le falte una ración de riesgo y empuje (en el fondo nos movemos siempre por territorios conocidos), pero es en los pequeños detalles, en la atmósfera y en la solidez del conjunto donde la ópera prima de Troy Nixey tiene sus mejores bazas, un cuento de miedo clásico y cuidado en el que, insisto, la sombra de Guillermo del Toro es muy alargada. 

- Lo mejor: las exquisitas referencias literarias que maneja, la buena factura general y su decidida apuesta por el clasicismo gótico

- Lo peor: Guy Pierce, en estado de permanente somnolencia, y que no ofrece sorpresas para el iniciado

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Esto no es nada habitual en Sesion Golfa, pero la ocasión bien lo merece. Tinieblas González, cineasta vasco, preparó esta rueda de prensa durante el pasado Festival de Donostia, explicando el devenir de su último proyecto y como éste se fue al carajo, cuatro años de curro, de vida, que otros tiraron por el sumidero. Conocí a Tinieblas hace años en Donostia, cuando presentó su primer corto POR UN INFANTE DIFUNTO, que tuvo una cálida recepción. Es un tipo inteligente e íntegro, eso os lo garantizo, y aquí expone una serie argumentos y hechos bastante incontestables, poniendo a ciertos organismos, productoras y modos de actuar bien en su sitio. Debajo os dejo el trailer (montado por él) de su película vilmente robada y abandonada. No tiene desperdicio para entender según qué cosas en la industria del cine en este país.



Llego con el trailer de la última obra de Terrence Malick con la película ya estrenada, y causante de una imprevista hazaña: la semana pasada fue nº 1 en taquilla en España, la película en la historia de este país que con menos copias ha logrado tal conquista, lo que supone un llenazo en salas pase tras pase. La segunda en taquilla, la última de Almodovar, duplica el número de copias en exhibición a la de Malick. Algo que parece bastante inaudito en una peli de autor, de casi tres horas de duración y, según cuentan, de complicada digestión. ¿Habrá sido Brad Pitt el causante de tan tremenda anomalía? Este fin de semana, si los astros se conjuran, iré a verla, más que nada para terminar de chapotear en las babas que me ha provocado tan hermoso trailer.

Al fin se ha publicado el teaser de EXTRATERRESTRE, lo nuevo de Nacho Vigalondo, peli de bajísimo presupuesto que rodó en completo secreto este año y que, como debe ser, deja con la miel en los labios. Esperemos que tenga mejor fortuna comercial que con su magnífica ópera prima, la muy alabada (fuera de España) LOS CRONOCRÍMENES, de la que el mismísimo David Cronenberg se interesó en su momento por remakear. Vigalondo es un crack, amigos.