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Lo prometido es deuda, aquí van ese conjunto de otras películas, tendencias y asuntos a destacar de este 2016 a las que suelo llamar delicatessen, especialmente dedicado para los más cafres buscadores de reliquias escondidas, a los pacientes y a los estómagos más curtidos. Como suele pasar, algunas de ellas podrían haber estado en Lo Mejor sin mayor problema. Vamos al lío.


ZOMBIS ORIENTALES
Pues sí, en un año en el que el reducto de los no muertos (o infectados plusmarquistas) se ha quedado mayormente en la tele (THE WALKING DEAD, FEAR DE WALKING DEAD, Z NATION, I ZOMBIE...) y la cosa ya huele un poco a podrido (je), desde oriente nos han dado dos alegrías. TRAIN TO BUSAN, coreana, es un corre-corre-que-te-pillo de lo más disfrutable y trotón, masas de infectados en tren con niña al fondo. Aunque no se esfuerza lo más mínimo por innovar, falta sentido del humor y hay momentos dramáticos que rozan el ridículo, la peli se deglute con el gozo propio del aficionado al higadillo bien sazonado. Tiene precuela animada, por cierto. I AM A HERO, nipona, ya es otro cantar. Adaptación de un manga de difícil catalogación (no nos gustan las etiquetas), la peli de Shinsuke Sato juega al desconcierto tonal (algo muy japo, por otra parte) y, aunque sufre alguna arritmia leve, sabe manejar los resortes del género con gracia y salero, tiene ideas muy locas (¡ese zombie saltador de altura!) y es capaz de aglutinar todo hacia un final inenarrable por su exceso que, para más inri, aporta calidez y poso humano. Imprescindible.


UNA AUTOPSIA
Vamos ahora con ese tipo de pelis que se quedan a las puertas de la excelencia. Tras TROLL HUNTER, uno de los mejores falsos documentales de la última década, el noruego André Ovredal da el salto a lo internacional con una cosa minimalista bien rebosante de cine. El cadáver de una joven sin identidad ni signos de violencia que llega a una humilde morgue y su autopsia dan pie a una primera parte absorbente, apasionante, magnífica, en la que un cuerpo humano es, literalmente, el centro de la investigación, un thriller "visceral" que, sospecho, haría aplaudir a mi amado John Carpenter por su elegante planificación y sentido del espacio, ritmo y buen uso de los silencios. Lástima que en su segundo tramo la cosa tira por terrenos más trillados, aunque efectivos. Brian Cox como siempre: enorme.


SALCHICHAS DESENCADENADAS
Pues sí: SAUSAGE PARTY es tosca, marrana, técnicamente pobre, de animación justita y con algunos de los diseños más espantosos del año. Ya está bien de alardes visuales, amigos. Fuera la perfección. Por todo eso hay que reivindicar esta bien medida grosería animada para adultos que acaba resultando una versión delirante de "Rebelión en la Granja", aventura existencial y alegato psicotrópico contra la existencia de Dios. Aquí de lo que se trata es de ser libres y follar. Necesaria como un esputo en un saloon del oeste, además de hilarante, contiene el mejor personaje (no) animado del año (Goma, por supuesto) y la secuencia más cerda. Bravo por ellos.



SANGRE, SUDOR Y POLVO EN LOS OJOS
Aquí meto una dupla absurda, lo sé. Confieso mi debilidad por Mel Gibson, sobre todo el de ahora. Si BLOOD FATHER se define por algo es por el carisma que transpira este señor en cada fotograma, consciente de su edad luciendo arrugas y barba de motero. Por otro lado, la película no se aleja ni un ápice de los cánones del thriller polvoriento de venganzas varias y huida por el desierto, pero la peli del francés Jean-François Richet reivindica su estatus de serie B sin complejos con una dirección enérgica, seca y brillante para este noir robusto y sólido como una roca. El movimiento táctico de Rob Zombie con su última película ha sido raruno: tras su obra maestra LORDS OF SALEM, regresa a su zona de confort y se financia, en parte, tirando de fans con un crowdfunding. El resultado es, efectivamente, una especie de vuelta a los orígenes, en especial a sus dos primeras obras: lo circense, lo setentero y lo grotesco de nuevo lideran la función sostenido bajo un argumento mínimo y una violencia máxima. Aunque todo huele un poco a forzado, y es un relativo paso atrás respecto a lo que apuntaba su anterior maravilla, 31 es un espectáculo enfermizo que se beneficia de su indiscutible potencia visual para incomodar y crear texturas del mismísimo infierno.



TECHNO-LYNCH CON LENTEJUELAS
Sí amigos, la última película del loco danés Nicolas Winding Refn ha sido la más vapuleada del año. Muchos le descubrimos con DRIVE, y ha quedado claro que ésa era una anomalía en su filmografía, mayormente porque se entendía bien. THE NEON DEMON es un delirio psicotrópico a cuenta del mundo de la moda capaz de provocar un estado de hipnosis punteado por momentos epilépticos y esos arrebatos gore que tanto le ponen, todo a la vez. Nuestro amigo Nicolas agarra los modos y formas de David Lynch (bien), los adorna con manierismos a lo Darío Argento (¡bien!) y nos regala una primera hora que es un polvazo audiovisual de muchos quilates. Lástima que después uno descubre que en realidad la peli no va a ningún sitio y todo apesta a onanismo personal. Eso sí, aquí están alguno de los planos más hermosos del año, aviso. Para los más valientes.



Vuelvo de entre los muertos amigos. Consciente de que me salté el 2015, aquí va la lista de lo que considero mejor de este 2016. En breve las DELICATESSENS y LO PEOR del año, como (casi) siempre. 


10. THE NICE GUYS
Shane Black es un tipo curioso: guionista con prestigio que cada diez años dirige, su gusto por el policíaco clásico (eso que ahora llamamos thriller) recorre todo su trabajo, siempre recubierto por una pátina irónica, sarcástica y, a veces, amarga. THE NICE GUYS no es una excepción: imaginaos una peli de los Coen de los buenos tiempos apuntalada por gags físicos a lo Blake Edwards (pensé bastante en THE PINK PANTHER) pero con suficiente poso como para no resultar una simple patochada. Sumemos a un Russell Crowe en estado de gracia y a un Ryan Gosling muy Peter Sellers a ratos. Suficientes razones para reivindicar. 


09. KIKI, EL AMOR SE HACE
Aunque en realidad es un remake de una peli australiana de 2014 (que no he visto), Paco León tiene la pericia de hacer suya en el fondo y en la forma esta historia de parafilias sexuales que tiene la mejor secuencia de créditos iniciales del año. KIKI es una película ligera, vitalista, fresca y profundamente humanista que en todo momento evita caer en lo chabacano o lo sensacionalista mediante un reparto intachable, ritmo trotón y muchas sonrisas (y alguna que otra carcajada sincera). Entre tanta oscuridad y apocalipsis, algo como KIKI resulta un luminoso canto a la diversidad humana que se agradece. 


08. ROGUE ONE. A STAR WARS STORY
El primer spin-off oficial de Star Wars ha sido una agradable sorpresa y la confirmación de que los jefazos de Disney (de momento) están cuidando la saga galáctica como merece. Directores jóvenes curtidos en el cine independiente de género que alcanzan el equilibrio en la fuerza: aportar algo de frescura y mirada propia sin perder las esencias asentadas a lo largo de cuarenta años. Gareth Edwards (MONSTERS, GODZILLA) abraza el cine bélico, minimiza discursos místicos y pone toda la carne en el asador aventurero pero, oh sorpresa, aportando un (necesario) subtexto progresista en el discurso que encaja como un guante con la insurgencia rebelde. Muy bien.


07. AN HOLOGRAM FOR THE KING
De producción alemana, la última peli de Tom Tykwer ha sido injustamente ninguneada, a pesar del evidente gancho de contar con el protagonismo absoluto de Tom Hanks, últimamente hiperactivo y rubricando las mejores interpretaciones de su dilatada carrera. Comedia amarga en el fondo, la odisea personal de un hombre perdido en Arabia Saudí en una situación poco menos que kafkiana resulta una enérgica, anómala y personal reflexión existencial del vacío y la angustia, con cierta pátina onírica, afán de compromiso, ganas de remover algunas conciencias y luz al final de túnel. A recuperar a la voz de ya.


06. KUBO & THE TWO STRINGS
Que Laika es el estudio de animación mainstream con mayor capacidad de riesgo ya no es ningún secreto a voces. Bajo el estandarte del stop-motion, posiblemente la técnica de animación más compleja, KUBO da un paso adelante en dinamismo visual y libertad de movimiento de la cámara, usando técnicas mixtas (3D, 2D, mattes) para configurar una fábula medieval oriental cuyo mayor mérito es la asombrosa atención al detalle y el mimo y cariño artesanal que destila cada fotograma de esta absoluta delicia para los sentidos, que bebe tanto de la ilustración japonesa tradicional como de Kuwosawa. Una delicatessen.




05. DON´T BREATHE
Hay películas que tienen un algo que las eleva por encima de sus competidoras directas. DON´T BREATH podría haber sido un pasatiempo terrorífico de usar y tirar, pero Fede Álvarez la convierte en un juguete audiovisual que es puro cine. Todo, desde la puesta en escena hasta la fotografía (esa iluminación ácida, eléctrica), el ritmo y el sonido, todo digo son herramientas bien cabronas en manos del uruguayo, que tiene un único objetivo: tensar nuestros nervios bajo su batuta, y vaya si lo consigue. Por algo a este oficio se le llama "dirigir". Bravo Fede.



04. THE WAILING
Los coreanos (del sur) lo siguen petando muy duro. Amigos mayormente del thriller urbano hipervitaminado, el bueno de Na Hong-jin traslada la acción a un entorno rural y tiñe la alambicada trama de una sensación de premonición y peligro constante con ribetes sobrenaturales que se mete bajo la piel. Asumiendo que su metraje es generoso, y que los bandazos tonales son los habituales (aquí vamos del drama a la comedia, pasando por el terror... o incluso el western!), la confusión y la capacidad de sorprender juegan a su favor para, a la postre, construir una película hipnótica, extraña, sobrecogedora y, ante todo, muy hermosa.



03. SWISS ARMY MAN
Dicen que lo sublime es hermano de lo ridículo. Esta película lo demuestra con creces. Carne hipster por definición (Sundance forever), las gafapastiles influencias de los Daniels (el dueto que firma la cosa), que a veces rozan la autoayuda simplona, se ven mitigadas por la tronchante, incensante y militante obsesión de formular una especie de comedia existencial absurda, que no hace ascos a lo infantil combinado con lo macabro, fantasía y la escatología en un mismo plano. No es para todos los paladares, pero una peli en la que los pedos de un muerto son parte esencial de la trama hay que verla sí o sí. Algo casi kamikaze.



02. MIDNIGHT SPECIAL
Cuando algún incauto me asalta con sentencias tipo "el cine yanqui sólo son dólares" o "el cine indie murió hace años" (con el tono ese de "tú antes molabas más"), yo pronuncio dos palabras: Jeff Nichols. Con sólo cuatro películas en su haber, este tío ya es uno de los imprescindibles, y con MIDNIGHT SPECIAL finalmente se zambulle en el fantástico, el género de todos los géneros, algo que ya latía en la estupenda TAKE SHELTER. Es momento pues de reivindicar esta elegante e intrigante road movie, homenaje a dos maestros: Steven Spielberg (minimizando sus ñoñerías) y el gran John Carpenter. Segunda muestra de ciencia-ficción maciza del año. Gran película.


01. THE ARRIVAL
Que el señor Denis Villeneuve viene pisando fuerte lo llevamos avisando unos cuantos años (por aquí ENEMY fue de lo mejor de 2014). Con THE ARRIVAL ha confirmado que es uno de los pocos realizadores capaz de moverse como pez en el agua en películas de gran presupuesto sin ceder ni un ápice su manera de entender en cine y de narrar historias. ¿Superproducción de autor? No sabría decir, pero lo que sí sé es que esta película de ciencia-ficción en su sentido más amplio y puro (cuando es una lucha de ideas y no de fuegos artificiales) agarra por las solapas desde el principio, te lleva de la mano con ritmo sedante y tensión contenida y luego, si has sido observador, te suelta en medio de un puzzle conceptual que, oh milagro, no destierra la pura emoción humana, a pesar (o gracias a) una narración fragmentada que se ajusta como un guante al fondo de la cuestión. Hectópodos, posos de café y amor cuántico para la peli del año, seguramente.