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 VANISHING ON 7th STREET / EEUU / 2010
Brad Anderson puede ser uno de los directores más infravalorados de los últimos años. Con una carrera sólida, siempre jugando en los márgenes del género, es uno de esos tipos con mirada propia que nunca alardea y siempre se coloca en función de la historia que quiere contar. Pero si por algo se define su cine es por una simple palabra: atmósfera. Desde la extraordinaria SESSION 9, con una atmósfera ominosa, enrarecida, de amenaza casi abstracta, hasta EL MAQUINISTA (su obra maestra), donde la angustia psicológica se torna en verdadera protagonista, en todas ellas (incluso en sus magníficos trabajos para televisión en BROADWALK EMPIRE, MASTERS OF HORROR, FRINGE  o THE WIRE) el ambiente, las texturas y las atmósferas vitales de sus (atormentados) personajes son tan importantes como la trama misma. En su última película, aún pendiente de estreno por aquí (si es que llega...) esta constante se acentúa aún más, hasta el punto de que en VANISHING ON 7th STREET la atmósfera lo es todo. Sin embargo, el problema de base es que la distancia entre el buen hacer de Anderson tras las cámaras y el sustento dramático de la historia es abismal. VANISHING ON 7th STREET es uno de esos casos flagrantes en los que una buena idea  no está bien desarrollada... y en este caso, practicamente sin desarrollar. A pesar de su brillante premisa (imaginad un cruce bastardo entre ALONE IN THE DARK - el juego -  y cualquier película de zombies... sin zombies) el guión de Anthony Jaswinski resulta raquítico y nunca acaba de aprovechar todo su potencial. Los buenos detalles están ahí (la misteriosa palabra que aparece escrita cada vez que el "fenómeno" se produce, el mismo concepto de "reinicio"), pero apenas se hace nada con ellos. No ayudan unos personajes que prometen pero que se quedan en muy poco (en especial Hayden Christensen, muy justito) y uno de esos finales abiertos que deja regusto a falta de ideas. Por el camino sólo nos queda el espectacular trabajo de Anderson, muy arriesgado con esos claroscuros extremos, y su buen manejo del ritmo secuencial (muy elegantes cómo se introducen los flashbacks). VANISHING ON 7th STREET es una película semifallida, que se queda a medio camino y deja con la miel en los labios, pero no por ello deja de ser interesante y recomendable, con reservas.

- Lo mejor: la elegancia y personalidad de Brad Anderson, un trabajo que por sí solo es capaz de evitar el naufragio

- Lo peor: su guión es un simple borrador sin pulir

  CABEZAS




1 vituperios:

Karba dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, aunque Transsiberian tampoco me pareció un batacazo del todo, pero sí un cambio de registro hacia el thriller clásico que finalmente quedó algo menos potente que las anteriores, aunque a mí la peli me gusta (es muy "Agatha Christie", je). Yo tampoco pierdo la fe, amigo.