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BABYLON A.D. / Francia-EEUU / 2008
Dirección:
Mathieu Kassovitz.
Guión: Mathieu Kassovitz y Éric Besnard; basado en la novela "Babylon babies" de Maurice G. Dantec.
Producción: Alain Goldman y Mathieu Kassovitz.
Música: Atli Örvarsson.
Fotografía: Thierry Arbogast.
Montaje: Benjamin Weill.
Diseño de producción: Sonja Klaus y Paul Cross.
Vestuario: Chattoune & Fab.
Interpretación: Vin Diesel (Toorop), Gérard Depardieu (Gorsky), Mélanie Thierry (Aurora), Michelle Yeoh (hermana Rebecca), Charlotte Rampling (Gran Sacerdotisa), Lambert Wilson (Dr. Arthur Darquandier), Mark Strong (Finn), Jérôme Le Banner (Killa), Joel Kirby (doctor Newton), Souleymane Dicko (Jamal), David Belle (hacker)

Hace unos años, a raíz del estreno de EL ODIO, se hablaba de Mathieu Kassovitz como el auténtico enfant terrible del cine francés en particular, y europeo en general. Ya ni tan enfant ni mucho menos terrible, se ha dejado fagocitar vilmente por la industria yanqui (como tantos otros colegas) y parece que se mueve cómodamente en ese fangoso terreno de la coproducción. Aunque GOTHIKA, su entrada en el universo Hollywood, era un tostón de baja estopa a costa de fantasmas, psiquiátricos y giros argumentales absurdos (allí estaba nuestra Pe, la de pelis malas que ha hecho y que ya nadie recuerda, cegados por el brillo del calvo dorado), me propongo ahora una causa perdida: reivindicar BABYLON frente a los injustos vituperios que le han colgado aquellos que la han visto, más bien pocos a juzgar por su raquítica taquilla y su fugaz paso por las carteleras.



La verdad es que reivindicar algo con el careto de Vin Diesel como reclamo principal tiene bemoles. Y lo cierto es que la película es un refrito de muchas otras en gran parte de su metraje, y además se precipita hacia el delirio según vamos llegando al final, con un cacao conceptual de narices, pero amigos... la peli es bien molona, muy divertida y tiene unas cuantas ideas /imágenes dignas de mención. A lo que vamos: ciencia ficción distópica (un futuro cercano más bien apocalíptico) mezclado con puro cine de acción (sin pasarse de la raya) y un par de secuencias que quitan el hipo. Kassovitz sabe embaucar con ese frenético arranque, unos diez minutos iniciales que presentan a la perfección el lúgubre ambiente y al protagonista, perdido en algún país del este en el que los refugiados vagan de un lugar a otro a causa de una guerra indeterminada que parece no tener fin y el "terrorismo de guerrilla" se ha convertido en moneda de cambio habitual en este contexto. Toda esta parte europea, lo mejor de la peli, funciona como un reloj suizo, seca y contundente, y logra transmitir una incómoda sensación de familiaridad a poco que uno vea la CNN. El orangután de Vin Diesel logra lo impensable, cargar de matices ese rostro de hormigón armado de un personaje que bien podía haberse quedado en la superficie: veterano mercenario hastiado de todo cuyo único interés es cobrar un sustancioso cheque por una "última misión" y desaparecer. Esa misión consiste en, acompañada de su tutora, llevar desde Kazajistán a Nueva York a una muchacha de nombre Aurora que, evidentemente, oculta un secreto... Este peregrinaje por la vieja Europa, arrasada y desolada, supone también un viaje interior para Toorop, impasible al contemplar los enormes cráteres en los suburbios de las ciudades, los campos de refugiados, las masas de gente peregrinando de un lado a otro sin futuro. Tremenda la secuencia del viejo submarino ruso, que emerge en medio de un mar helado para trasladar refugiados de forma clandestina, sin importar cuántos morirán en el intento. Preciosa la otra secuencia "helada", ya en Canadá, unos momentos de intimidad bajo la aurora boreal con un hermoso aliento poético.



Lamentablemente (o no), la cosa se desmadra del todo con la llegada de los tres personajes a Nueva York. Ese toque sucio y realista, vibrante, se transforma en un delirium tremens en el que se empiezan a mezclar conspiraciones, misticismo religioso, biotecnología, ambiente cyberpunk y, por supuesto, sablazos al maestro Philip K. Dick y sus trasteos en la memoria. Nada de lo que pasa a continuación resulta muy coherente, pero este es uno de esos casos en los que, cuanto más confusa es la trama, más divertida resulta. ¡Viva la serie B! La prestigiosa Charlotte Rampling está horrenda en su papel de gran sacerdotisa (o lo que coño sea), al contrario que Gerard Depardieu, que se lo pasa bomba con su micropapel de gran mafioso (o lo que coño sea), que logra convertir en una acertada y repugnante caricatura. Mientras unos van y vienen, la pequeña Aurora se olvida del convento y empieza a sufrir de picores uterinos y se fija en el semental que tiene a su lado, a la vez que comienza a desvelar su secreto, que resultan ser muchos, y sus poderes, que también resultan agobiantes, una especie de criatura multitarea que lo mismo te frena un misil en seco, te habla en 19 idiomas o te concibe un bebé sin haber disfrutado de los placeres de la carne. Dicho esto, un par de tiroteos masivos y patadas voladoras (por algo la tutora de Aurora es oriental, manteniendo la tesis de que todos los orientales saben artes marciales) y de pronto sale el sol, Toorop se pone una camisa blanca de algodón natural y la peli termina con un final, cuanto menos, discutible, pero que contiene la frase más cachonda de toda la peli y que daría pie a una secuela que, imagino, nunca existirá. Una pena, porque con todo este cacao mental, BABYLON me hizo disfrutar mucho, que ya es decir.


- Lo mejor: las secuencias en la nieve, la diversión general
- Lo peor: la embolia de los guionistas tratando de dar algún sentido a todo


CABEZAS

2 vituperios:

padawan dijo...

Hombre, Vin Diesel ha hecho alguna cosa digna, aunque sólo sea Pitch Black

Karba dijo...

Sip, creo que sólo esa XD