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RACE WITH THE DEVIL / EEUU / 1975
Lo setenta fue la década diabólica por excelencia en el cine. Las negras pelotas de Satán campaban a sus anchas sobre todo por los EEUU, amigos. Roman Polanski, siempre muy interesado por los asuntos luciferinos, abrió la veda en 1968 con su influyente (hasta hoy día sigue siendo una referencia) ROSEMARY´S BABY. Poco después, el hedor del infierno explotó a lo bruto gracias a EL EXORCISTA primero y LA PROFECÍA después, ambas deslumbrantes muestras de buen cine de gran presupuesto. Si bajamos un escalón y escarbamos nos encontramos con verdaderas joyas casi explotation que han sido injustamente olvidadas. THE MEPHISTO WALTZ (aka SATAN MON AMOUR) fue la primera y desvergonzada copia de la maravilla de Polanski. Luego surgieron sorpresas como LA CENTINELA, también muy en la linea Polanskiana. Pero bajemos otro escalón y entremos en las alcantarillas. Recortando aun más presupuesto y vergüenza, la siempre dispuesta guerrilla de serie B obtuvo su porción del pastel satánico con la psicotrónica THE DEVIL´S RAIN (delirium tremens en toda regla que ningún lector de Sesión Golfa debe dejar pasar) o RACE WITH THE DEVIL, estrenadas ambas en 1975. Supieron estos hacedores de dólares recoger la semilla contracultural satánico-yeyé de paisanos politoxicómanos como Kenneth Anger y la hicieron copular sin medida con los géneros más palomiteros: acción descerebrada, road movie, thriller rural, persecuciones, erotismo de saldo y apocalipsis a tutti plain. Ejemplo palmario de sesión continua y cervezas en abundancia, RACE WITH THE DEVIL te agarra los belfos desde los primeros minutos y no te suelta hasta su alocado y trepidante final. Dos parejas de picnic en autocaravana acosados por una panda de tarados satánicos de pueblo con mucho tiempo libre y bastante creatividad son los puntales sobre los que descansa esta locura absurda que no se esfuerza lo más mínimo en dotar de coherencia a la historia ni en pulir detalles inverosímiles (lo que la hace aún más divertida) a cambio de no bajar el pistón ni un minuto y regalarnos un climax final de más de veinte minutos en forma de persecución motorizada (y riase usted de cualquiera de la saga FAST & THE FURIOUS). Hay también una bien desarrollada atmósfera de peligro constante, aunque el insistente acoso sectario, realmente elaborado y a la postre poco efectivo, tampoco parece preocupar demasiado al personaje de Peter Fonda, que con su perenne jeta de pasar bastante del tema resulta encantador, mientras que Warren Oates pone el contrapunto simpaticote y viril. También está Loretta Swit (la "morritos calientes" de MASH, ¿os acordáis?) y Lara Parker, ambas dos investigando por su cuenta y soltando alaridos. Y atención a su patillera pero espectacular resolución. No imagine usted mejor plan cinéfago para una de esas tardes de cervezas y amigotes. Porque... "When you race with the Devil, you better be faster than Hell". Glorioso.

- Lo mejor: su imparable ritmo y el desmesurado climax final

- Lo peor: aquí nada ni se explica ni se justifica, simplemente... ¡a correr!


  CABEZAS






Es que hasta el trailer es bien molón, maldita sea:

1 vituperios:

Anónimo dijo...

Magnífica