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JOHN DIES AT THE END / EEUU / 2012
- Dirección: Don Coscarelli
- Guión: Don Coscarelli, basado en una novela de Jason Pargin
- Producción: M3 Alliance
- Música: Brian Tyler
- Fotografía: Mike Gioulakis
- Intérpretes: Chase Williamson, Rob Mayes, Paul Giamatti, Clancy Brown, Glynn Turtman, Doug Jones 


Maldita sea, se me embota el cerebelo cada vez que intento un comentario sobre JOHN DIES AT THE END... Empecemos por el culpable. Don Coscarelli es uno de esos tipos que caen simpáticos. Nunca encabezará ninguna lista de "maestros del terror", ni lo necesita, pues lo suyo es modesta artesanía de género que lleva cultivando desde finales de los 70, sin aspavientos pero con inusitada cabezonería. Suya es la paternidad de PHANTASMA, la saga del Hombre Alto y las bolas asesinas, también de la recordada EL SEÑOR DE LAS BESTIAS, otro pequeño cutre-clásico de tiempos de videoclub y sesión de tarde. Errante durante los 90, el bueno de Coscarelli tuvo un empujón creativo en el nuevo siglo con BUBBA HO-TEP, una tronchante comedia fantástica a vueltas con una delirante teoría conspiranoica que mezclaba sin rubor a un Elvis Presley anciano (tremendo Bruce Campbell) con momias cabreadas (¿qué no la habéis visto? ¿y qué hacéis leyendo esto? ¡vamos!). Poco después participó en la ya mítica serie MASTERS OF HORROR (vaya, parece que al final sí va a ser un maestro de lo suyo...) con el apañado episodio INCIDENT ON AND OFF A MOUNTAIN ROAD (aka ESCULTURAS HUMANAS...), revisión personal de cualquier survival al uso. Mientras sigue intentando levantar una quinta parte de PHANTASMA, sorprendió en Sitges 2012 con JOHN DIES AT THE END, y la pregunta obligada es: ¿qué le pasa a Coscarelli en la cabeza? O mejor: ¿me pasáis el teléfono de su dealer?. 

Paul Giamatti lo está flipando

La Salsa de Soja es la nueva droga psicoactiva de moda amigos, una sustancia negra con pelos y vida propia que proviene de una dimensión paralela con la aviesa intención de dominar nuestro mundo, aunque antes debe dominar los cuerpos que se la inyectan. Sólo dos cazafantasmas aficionados que no tienen donde caerse muertos, uno de ellos antigua ex-estrella de rock amateur, serán capaces de poner un poco de orden en todo esto. ¿O no?. JOHN DIES AT THE END es uno de los guiones más patilleros que me he echado en cara en los últimos tiempos, un alarde de desvergüenza tal que resulta irresistible. Viajes interdimensionales, apariciones espectrales de fantasmas furiosos, universos paralelos, policías católicos vengadores, monstruos repugnantes de patas largas, invasiones silenciosas, entidades lovecraftianas,  negros que no saben que son blancos, la chavalería puesta hasta la pata... todo ello narrado con caóticos flashbacks durante una entrevista en la que un periodista con la jeta de Paul Giamatti (que para variar se hace dueño y señor de la peli en cada una de sus apariciones) trata de esclarecer los confusos hechos libreta en mano. Ese tipo de películas en las que cuando el héroe corre hacia la puerta el pomo se convierte en un pene gigantesco y el tipo retira la mano y grita "¡¡Imposible salir del sótano!!". O de esas en las que el prota habla con un perrito caliente en la oreja como si fuese un móvil. De esas en las que la carne congelada de un arcón se reorganiza y convierte en un monstruo vengativo. De las que combinan chabacanería con hallazgos de puro genio. Un delirium tremens completo en su modestia que, además, logra el engorilamiento total del respetable con un tercio final magistral en su desmadre conceptual y que me ha hecho pensar en las tronchantes novelas de ciencia ficción de Douglas Adams, seguramente referencias importantes para Jason Pargin, autor de la historia original. Y a la postre, perfectamente coherente con las formas y la singular trayectoria del señor Coscarelli, incluso con referencias y guiños a sus seguidores y con ese delicioso aroma de artesanía fílmica que tanto nos gusta a los que nos criamos en los tremebundos ochenta. Te queremos Don, sigue a lo tuyo. Si todo esto no te ha puesto a salivar como un perro en celo es que no tienes corazón... ¡¡Secuela ya!!

Dos hombres y un destino

- Lo mejor: su absoluta falta de vergüenza y pretensiones, y la estimulante combinación de escatología a lo bruto con momentos de puro genio conceptual

- Lo peor: que algunos momentos y secuencias resultan un tanto forzadas

  CABEZAS




2 vituperios:

Unknown dijo...

Disfruté mucho viéndola, los planos de Giamatti son mágicos como siempre, pero también tengo que decir que se me olvidó por completo hasta que he ído refrescando mi memoria.

padawan dijo...

¡vista ayer! Tremenda peli, todas las escenas que comentas o ese final con "the dog needed an escort", simplemente brutal :D