

Lo más golfo

-
►
2013
(70)
- ► septiembre (6)
-
►
2012
(56)
- ► septiembre (3)
-
►
2011
(55)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(73)
- ► septiembre (6)
-
►
2009
(93)
- ► septiembre (4)
-
▼
2007
(53)
- ► septiembre (4)

- 10 (1)
- 2 (6)
- 3 (7)
- 4 (16)
- 5 (30)
- 6 (84)
- 7 (100)
- 8 (44)
- 9 (11)
- Acción (88)
- Animación (25)
- Asia Extreme (17)
- asuntos internos (40)
- Aventuras (27)
- Ciencia-Ficción (67)
- Comedia (89)
- Cómic (20)
- Cortometrajes (9)
- Dario Argento (7)
- De Culto (26)
- destripando (104)
- Documental (7)
- Drama (135)
- Fantástico (64)
- Fotodrama (9)
- Gilliam (6)
- Gore (50)
- Hammer (4)
- Incunables (3)
- Informe (26)
- Lince Studios (14)
- Los 50 (1)
- LOS 60 (5)
- LOS 70 (13)
- LOS 80 (4)
- LOS 90 (3)
- Lynch (8)
- Musical (7)
- Nocturna 2013 (9)
- Nocturna 2014 (5)
- noticiero (21)
- Remake (11)
- SIGLO XXI (280)
- Sin Cabezas (4)
- Sitges 2010 (6)
- Sitges 2011 (8)
- Sitges 2012 (13)
- Terror (157)
- Thriller (73)
- Trailers (55)
- TV (1)
- Western (3)
- Zombies (5)
- Zombiexpress (198)

-
-
NIGHTCRAWLER – Visionary (2020)Hace 5 años
-
Feliz Navidad.Hace 6 años
-
-
-- Criaturas Fantasticas --Hace 8 años
-
-
maestrosHace 10 años
-
TERRITORIAL PISSINGSHace 10 años
-



De pie no, de rodillas tendría que haberse puesto la platea para rendir justicia ante uno de los pocos clásicos vivos del cine que aún tiene fuelle y huevos para seguir haciendo el cine que quiere hacer, tan dentro como fuera del sistema, todo a la vez. Va por tí, italo-gafotas neoyorkino, maestro. La cegera y la ñoñería de la academia ya era insoportable, y como todo el Kodak Theatre iba a consumirse bajo las llamas del infierno redentor, han decidido resolver el entuerto "por compromiso" con algo que te mereces desde hace, por lo menos, 20 años. Y a lo grande señores, porque el oscar te lo entrega el auténtico Trio Calaveras de los 70...



Inicio la sección Fotodrama, con un clásico en kILL Yr. Ydols y en mi viaje particular... es Ana, sin miedo. Escuchando el futuro por una mínima rendija que le permite descubrir las desilusiones, traiciones e injusticias que envuelven la risa y los sueños. Es Ana, que descubre el mecanismo del mundo muy pronto para así ganar tiempo. Es Ana, que corre hacia adelante para tomar impulso...

... (espacio disponible para publicidad)...
No hay nada mejor que hacer acopio de la sección de sucesos de cualquier medio, escribir un guión al respecto, arrojarlo al mundo y después esperar que el personal se lleve las manos a la cabeza. ¿De que cosa hablamos? Pues de algo tan jodido como la pedofilia y sus redes en internet, plasmado en una peli independiente con vocación mayoritaria. En realidad, David Slade no ha descubierto América, aunque algunos lo quieren hacer creer. El tipo ha decidido apostar sobre seguro, por muy arriesgada que pueda parecer su propuesta. Un guión bien construido, unas interpretaciones (sobre todo una...) muy ajustadas, una elaborada dirección y, sobre todo, un argumento polémico y... voilá!... todo el mundo hablará de tí. Premios varios en festivales (Mejor Película en Sitges, entre otros) y debate encendido (y estéril) allá donde se proyecta. ¿Riesgo? No. ¿Tipos listos con el marketing? Po zí.
¿Apología de la venganza? ¿Oda a la castración?... Soplapolleces. Una de las mayores trampas de la crítica: extrapolar lo que es o lo que hace un personaje a toda la humanidad mundial de similares características. Generalizar para provocar polémica. Cargar de intención una obra en beneficio propio. Una soberana estupidez. ¿Qué pasa? ¿Pensaban Scorsese y Paul Schrader que todos los taxistas de Nueva York eran Travis Bickle? ¿Es Henry el retrato de un asesino o de un parado? ¿Todos los granjeros que viven con su mamá a los 50 años son Ed Gein?... eh, bueno, quizás este no sea un buen ejemplo, pero HARD CANDY es lo suficientemente inteligente para individualizar una conducta "polémica" y no tratar de hacer de ello un paradigma universal, a pesar de lo que dicen y dicen por ahí.

Me muerdo la lengua para no destripar (jejeje) más de lo necesario, pero lo que importa es el resultado, y HARD CANDY es una peli brillante, con sus defectos. La primera media hora es sencillamente prodigiosa, el guión, sólido (con sus caídas tontas, eso sí, tipo "recuerdo aquel verano con mi tía Denise..." cuando nadie recordaría algo así atado a una encimera mientras una adolescente le hurga en la entrepierna con un bisturí), un juego psicológico en el que los roles victima-verdugo se confunden, el depredador depredado, al estilo de la magistral La Huella y, sobre todo, de la también estupenda La Muerte y la Doncella, de Polanski (tipo al que se ataca directamente por su vida personal en la peli, pero del que se plagia casi literalmente algunas escenas... hay que ser más honesto, Mr. Slade...). La dirección, precisa, tan precisa que consigue que lo que podría ser teatro filmado (dos personajes hablan y hablan en un mismo escenario) se convierta en una filigrana audiovisual, usando eso que muchos modernetes de hoy ni conocen y que se llama "puesta en escena". Y claro, ELLA, Ellen Page. Por fin una actriz de 14 años interpreta a una adolescente de 14 años, se mueve como una adolescente de 14 años y respira y habla como una adolescente de 14 años, y no como la tía-abuela de su profe del insti. Casi literalmente, la chavala se come con patatas a su partenaire en la función, con una de esas interpretaciones que marcan para mucho tiempo. Esperemos que siga frecuentando el cine y no una clínica de desintoxicación.
Por último, para los/as aprensivos: tranquilos, la peli no es nada explícita en cuanto a casquería, aunque los espectadores que disfruten de testículos pueden encogerse en algún momento.
CABEZAS:
Lo Mejor: no pierde interés ni un solo minuto. Y la dulce Ellen, claro.
Lo Peor: en el fondo, es bastante superficial.
DIR: Takashi Shimizu
PROD: Tatsuhiko Hirata
GUIÓN: Chiaki Konaka, basado en su novela
MÚSICA: Toshiyuky Takine
FOTOGRAFÍA: Tsukasa Tanabe
REPARTO:Shinya Tsukamoto, Tomomi Miyashita, Kazuhiro Nakahara, Shun Sugata...
Extraña, de ritmo muy nipón (lento / contemplativo / analítico / críptico / a veces desquiciante), mucho más psicológica que terrorífica, llena de referencias por todas partes (de Lovecraft a Ernesto Sábato), con una factura humilde, casi artesanal, la película se beneficia de la interpretación (fría, inexpresiva) del gran Shinya Tsukamoto, actor/director/enfermo mental que combina sus obsesiones particulares con las que plantea el film (revisad su filmografía, que no sólo de Tetsuos vive el hombre). Así, la película se aleja del terror tradicional para componer un retrato hipnótico y morboso sobre este individuo y su obsesiva, absolutamente descarnada búsqueda de algo que dé sentido a su lamentable existencia. Tanto es así, que en un giro tachán! en su último tercio, la historia nos hace plantearnos todo lo que hemos visto anteriormente, lo que redobla la sensación de:
a) Coño! Entonces...
b) Mmmm...
Al menos yo no me sentí engañado por este quiebro argumental (sigue habiendo cabos sueltos, no es una explicación cerrada), sobre todo por ese final tan poético/parabólico, esa bajada definitiva de este Orfeo nipón a sus infiernos.
Me consta que más de uno se salió del cine cuando, a los 45 min de peli, aún no había fantasma trotón pululando por ahí...
Lo Peor: peligro de indigestión.
PROD: Jeremy Thomas y Gabriela Martinelli
GUIÓN: Terry Gilliam y Tony Grisoni, basado en la novela de Mitch Cullin
MÚSICA: Jeff y Mychael Danna
FOTOGRAFÍA: Nicola Pecorini
REPARTO: Jodelle Ferland, Janet McTeer, Brendan Fletcher, Jeff Bridges, Jennifer Tilly...
Mirar el mundo. Mirando TIDELAND. Entonces lo captas. La sutil diferencia entre disfrutar y conectar, entre gustar y sentir como propio. Reconocer el mundo a través de otra mirada. Una sensación acongojante sólo comparable al buen amor y al buen sexo. Y a Terry Gilliam…
Eh… un momento…
No es cuestión de tirarse al sr. Gilliam, ni de mirar las estrellas a su lado en lo alto de un castaño (algo en si mismo bastante gillianiano, y con esto me invento una palabra exclusiva para Sesión Golfa). No es eso. Se trata de esa pequeña descarga eléctrica que sucede cuando reconoces como propio a un yonqui al que su diligente hija le prepara todas las noches su dosis de heroína como el que cocina un pastel, para que “papá se vaya de vacaciones un rato”… y entonces sonríes. Gilliam mira el mundo de una niña que está mirando, devorando el mundo, abandonada en la vida. Y tú miras lo que Gilliam mira. Triple salto mortal con tirabuzón.
A primera vista, TIDELAND es una especie de caos, mayormente ruidoso, en ocasiones estremecedor, a veces desconcertante, siempre deslumbrante en su coherencia, en su sinceridad. Mil y un referentes dando vueltas por ahí. El más obvio, Alicia, su Espejo y su País de las Maravillas, su lógica del caos y su deslumbrante poesía. Mi tesis: Gilliam lleva toda su vida maquinando la misma historia, una variante demencial, alucinada y contemporánea (intemporal) del Quijote del manco de Lepanto. ¿Qué son sino Brazil, El Rey Pescador, Doce Monos, Miedo y Asco en Las Vegas o la mismísima Hermanos Grimm?... La locura auto-celebrada, causante de placer y dolor, la subjetividad más sincera, la búsqueda de una forma rara de justicia, de salir del pozo existencial y sobrevivir dignamente, el único modo humano y plausible de mirar y comprender el mundo. Si el cine de Gilliam es poesía filmada, entonces es que Gilliam es un poeta. Un pequeño milagro ocurre ante nuestros ojos: cuando el cine da ese pasito de gigante para demostrar su grandeza como lenguaje y como forma de expresión. Tal cual, hermanos.


El film hace buenos números, los ejecutivos se dan palmaditas en la espalda por haber metido en vereda al problemático Gilliam, por haber logrado domar al viejo zorro, pero… ¿dónde está Tideland?... ¿se ha estrenado Tideland?... ¿qué pasa con Tideland?...

PD: como en España la mayoría de los distribuidores son disléxicos o imbéciles, aún nadie la ha traído por estos lares. Busquen en e-mule o visiten Poseídos, donde se la ofrecen amablemente.
CABEZAS:

- Lo Mejor: su simple existencia.
- Lo Peor: nos obligan a delinquir para verla.
- Las Colinas Tienen Ojos, de Alexandre Ajá
- El Laberinto Del Fauno, de Guillermo del Toro
Permanezcan atentos a sus pantallas...