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SUPERBOSTEZOS

Me aburro. Me aburro mucho ya con los tipos con mallas. Hasta 2015 la avalancha inmisericorde había aguantado con cierta dignidad, pero 2016 ha sido el año del supersopor. Por acumulación, insistencia imperialista, carencia de ideas y/o riesgo. Mediocridad galopante.  

Veamos: CAPTAIN AMERICA: CIVIL WAR adaptaba uno de los arcos argumentales más sociopolíticos y serios de la Marvel. Había buena mierda donde arañar. La peli viene a ser de unos colegas muy intensos que se cabrean y quedan en el parking del insti para darse de oxtias con otros colegas, porque se odian pero en el fondo de quieren, inconscientes de que ya están mayores para llevar esas pintas, con frecuentes miradas al infinito (observen el poster) y diálogos de manual de autoayuda que recitan como si los hubiese escrito Shakespeare. También aparece ese chavalín cabezón que es el nuevo Spiderman, que son los diez minutos entretenidos del filme. 

Al rato DC nos tiró encima BATMAN V SUPERMAN: DAWN OF JUSTICE. The Dark Jaaarl V Jesucristo Supersteel. Aquí las miradas intensas se multiplican (observen el poster, again), está todo el santo día nublado como que se amenaza tormenta pero no, y vamos a desaturar mogollón, que así es como hay que dar más calidad y profundidad a la película. La peli de Zack Snyder, que una vez fue un realizador interesante, es un ladrillo interminable (sí, he visto la versión extendida) de frases grandilocuentes y cosas explotando dentro del que, seguramente, sea el guión más pérfido y patillero que se ha escrito para una de superhéroes, que ya es decir. La sucia excusa de "inspirarse" en esa obra maestra de Frank Miller"El Regreso del Caballero Oscuro", hace que duela un poco más. Dentro de una trama ya de por sí absurda, esta cosa acumula momentos  ridículos dignos de cualquier cosa de la Cannon. Todos somos Martha. 

X-MEN: APOCALYSE es un catálogo de cosplay muy cercano a PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO pero sin canciones molonas y con más rayos lasers, del que ahora mismo sólo recuerdo muchos brillos de colores, como una pirámide por ahí con un villano que da penica, y una secuencia maja con Lobezno repartiendo estopa que es un cameo y no tiene nada que ver con la trama. 

SUICIDE SQUAD parece un dependiente de Zara disfrazado de punki. Como que no. Aunque en lontananza se intuye que esto pudo ser una buena película, tenía los ingredientes y cierta intención, quizás en una dimensión paralela, el resultado es una confusión videoclipera que se queda larga en presentar a personajes y corta en no saber qué hacer con ellos, cosas que pasan cuando tu productor se mete en la sala me montaje. Sí, claro, Harley Quinn mola mil (sólo faltaba) pero a cambio nos regalan el Joker más ridículo y gratuito de la historia. Heath Ledger, puedes descansar en paz. 

También llegó DEADPOOL, que es una gilipollez pero por lo menos tiene tono ligero, autoparódico y poco pretencioso, e incluso logra sacar alguna carcajada, aunque el mayor mérito es para su campaña publicitaria y sus creativos de marketing. Pasable. 

Finalmente DR. STRANGE se convirtió en la relativa sorpresa del año. A pesar de que es un calco de IRON MAN en personaje y estructura (Tony Stark con capa, mayormente), por lo menos la obsesión de tirarte fractales a la cabeza todo el rato tiene su gracia, hay apuntes visuales interesantes y se deglute en un suspiro. 

Conclusión: la cosa está muy gastada, aburrida y con el piloto automático dispuesto sólo a amasar dólares, muchos. Espero que la secuela de GUARDIANES DE LA GALAXIA nos saque de tanto hastío, o algo. Me aburro. Aunque me duela decirlo, lo mejor en estas lides se ha visto en la tele: la división catódica de Marvel acierta con sus curradísimas versiones de DAREDEVIL (de lejos su mejor encarnación hasta la fecha, y también las de Punisher y Frisk/Kingpin), JESSICA JONES (tirando más por el noir clásico, con uno de los mejores climax finales del año) y LUKE CAGE (que minimiza a tope el tema de los superpoderes). Quedamos a la espera de Iron Fist y el crossover de todos ellos. De DC y su LEGENDS OF TOMORROW mejor ni hablo que me da epilepsia.



REMAKING THE WORLD
La fiebre por el sableo continúa. Yo sólo voy a reseñar dos. THE MAGNIFICENT SEVEN, un remake de otro remake, obra el milagro: pillas a Antoine Fuqua, un realizador que fue brillante en esto de la acción (TRAINING DAY, KING ARTHUR), le rodeas de un elenco sólido (Denzel Washington, Ethan Hawke, Chris Pratt, mi querido y orondo Vincent D´Onofrio), le das un pastizal como para empanar el Bernabeu y haces un bodrio sin paliativos. No es que no tenga comparación posible con la original de Kurosawa, es que hasta el anterior remake de Yul Brynner le da mil vueltas. Pura grasa. La otra es BLAIR WITCH, tela marinera. Tratar de remakear un pequeño clásico del terror, que marcó escuela y tendencia (eso de found footage), ya tiene delito. THE BLAIR WITCH PROJECT fue una peli honesta, barata y muy inteligente, que supo jugar sus cartas para acojonar al respetable en medio mundo, y lo consiguió. El remake del prematuramente endiosado Adam Wingard es una sopa fría sin tropezones, un caldo industrial que ni se esfuerza en aportar una sola idea interesante. Bueno sí: la soberana estupidez de llevarse un dron volador a una excursión por un bosque maldito. Insípida, aburrida, sin alma. Lo que en la original supuraba verdad (y horror ancestral con cuatro cosicas, como un señor castigado mirando a la pared) aquí deriva en artificio, fotocopia desenfocada y tedio. Mala.


MOJONES DE TERROR
Grandes truñacos en mi género preferido, claro que sí. Afortunadamente la letal experiencia del visionado fue en buena compañía y con variadas toxinas, que siempre ayuda.
Comenzamos por supuesto con un titán, Nicholas Cage, ese crack sin criterio ninguno que en 2016 estrenó ¡seis películas!. PAY THE GHOST es una apática, gris y desteñida copia de INSIDIOUS en carnavales (aunque juran que es Halloween), aburrida como ella sola y tan absurda que su muy tontaco argumento no lleva a ningún sitio después de dar tropocientas vueltas. Da la sensación de estar paseando siempre por las mismas tres localizaciones. 
THE FOREST va de una americana perdida en un bosque a las afueras de Tokyo buscando a su hermana ¿suicida?. Natalie Dormer se esfuerza por transmitir algo, pero el punto de partida sugerente en seguida se torna en un peñazo supino de paseos por la inquietante foresta, suspiros en la nuca a medianoche y un climax que se resume en mirada al frente, moco colgando, ¡¡uh!! y créditos finales. Rutinaria, vulgar y sí, muy aburrida. 
Juro que hay gente que ha incluido LIGHTS OUT en su lista de diez mejores del año, incluso algunos la han puesto al mismo nivel que (atención) THE BABADOOK o IT FOLLOWS. Pues vale. Producida por el de pronto respetado James Wan, la cosa va de figuras entrecortadas en el umbral de las puertas con pose de haber sido atropelladas por un camión, que corretean por las paredes y los techos y asustan rompiendo tímpanos con gritos agudos, porque porque en el limbo espectral en el fondo se sufre mucho. En medio los protas andan despacio por la casa linterna en ristre y abren y cierran muchas puertas,  y suben y bajan escaleras, muy despacio. La gran novedad llega cuando cambian la linterna por una luz química. Un dolor.


Y por supuesto... ¡DIOSES DE EGIPTO!
Tentado estuve de colar esta cosa en las DELICATESSENS porque semejante despropósito es tan demencial que mi corazoncito freak sólo puede quererlo. Pasándose un mínimo de rigor histórico por el forro, ¿por dónde empezar?: por la manceba pareja de protagonistas, un agujero negro de carisma y/o química; porque todos los personajes egipcios son blancos-surferos-californianos menos un negro, que es el error de casting más risible del año; por el gran Geoffrey Rush con una calva de coña tirando rayos lasers en una nave espacial; por un diseño de producción que trata de combinar Caballeros del Zodíaco, Transformers y el Carnaval de Tenerife delante de cromas dignos de cualquier producción de Asylum, que lleva el palabro "hortera" a una nueva dimensión; o por el pobre de Alex Proyas, ese director que una vez nos regaló DARK CITY y que, me temo, acaba de apuntalar su carrera a base de fistros diodenales con relucientes armaduras buscando el poderoso objeto peich para salvar al mundo. Uf.



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