Culpables


Golfos


Filmografia


Parque Temático




Visionarios

 THE HUMAN CENTIPEDE / Holanda / 2009
Señoras y señores, se me agarren los machos porque el viaje va a ser vomitivo, digo, movidito. Triunfante en las sesiones golfas (¡of course!) del último Festival de Sitges, THE HUMAN CENTIPEDE viene a ser como el rebufo pestilente megafreak que uno espera como agua de mayo de vez en cuando, ese esputo fílmico capaz de  hacer arquear las cejas en ángulos inverosímiles a la vez que provoca el espasmo estomacal. Seguro que muchos ya habeis oído hablar de ella, a los que no, aquí va la sinopsis: dos actrices porno norteamericanas y un turista japonés son secuestrados por un cirujano alemán que, harto de separar siameses, se ha decidido a unirlos en una escatológica criatura, a la que pretende amaestrar cual cachorrito. ¿Unirlos? Pues sí amigos, en una ingeniosa cirugía ano-traqueal compuesta de tres piezas humanas, en la que la que ocupa el lugar central se lleva la peor parte. ¿Os vais haciendo una idea?... Sep, exactamente eso. Evidentemente, sólo un enfermo mental esquizoide puede tomarse en serio semejante argumento, pero lo mejor de la función es que NO ES UNA COMEDIA y NO ES UNA PELI GORE. Los que busquen aquí desbarre hemoglobínico ultragore, montaje espídico y humor demencial de cómic que se busquen cualquier caspa nipona tan de moda en estos tiempos. THE HUMAN CENTIPEDE tira por una consecuente frialdad en la puesta en escena y en la tonalidad general, acerada y quirúrgica, más propia de un David Cronenberg ochentero, o del sobrevalorado Michael Haneke rodando una de miedo. Tom Six no se anda con tonterías, y el viaje recoloca al espectador en una posición cada vez más incómoda (como sus desdichados protagonistas): de la tensión inicial, pasando por la angustia física rayando en la locura, para terminar con un puñetazo de brutalidad conceptual difícil de digerir. Y todo esto, repito, sin apenas una gota de sangre. Six juega con maestría sus dos principales bazas: la tremenda capacidad de sugestión de sus imágenes (que cuenta con la desaforada imaginación del respetable, incapaz de dejar de pensar en el sufrimiento bestial de los sujetos del experimento), y el personaje del mad doctor, sabiamente interpretado por Dieter Laser, un tipo desagradable, enloquecido y enigmático a un tiempo, que no baja el pistón ni medio minuto, siempre en su sitio, remedo de un Mengele contemporáneo, que además consigue rubricar, por puro delirio, las pocas secuencias  remotamente cómicas de la función, que aún resultan más dolorosas porque no sólo no dan un respiro al espectador, sino que logran incomodarle aún más. Pasaré por alto la lamentable, en todos los sentidos, actuación de la pareja de policías, la escenita de la confesión del japonés, bastante chusca, y cierta desgana formal en algunas secuencias, para centrarme en ESA SECUENCIA FINAL. Desde MARTYRS no he sufrido en mis carnes un epílogo más doloroso, bestial e inenarrable que el largo plano secuencia final de THE HUMAN CENTIPEDE, seguramente el más atroz imaginable para su protagonista, e insisto, sin que la sangre llegue al río en ningún momento. Como podeis imaginar, THE HUMAN CENTIPEDE no es plato para cualquier paladar pero, pese a sus numerosos defectos, pertenece a esa clase de cine de género provocador, insensato, incómodo, transgresor y bien construído que tanto echo de menos en demasiadas ocasiones. Recomendada para mentes juguetonas (en ayuno).

PD: Tom Six amenaza con THE HUMAN CENTIPEDE (FULL SEQUENCE), la secuela, para este mismo año...

- Lo mejor: su desbordante capacidad para jugar con la imaginación del espectador sólo mediante la sugerencia, lo que la hace aún más aterradora

- Lo peor: cierta cutrez formal en algunos momentos, y sobre todo que mucha gente se enfade tanto con ella y quiera untar en brea ardiente y arrojar por una colina a su director... sólo es una película, chicos

  CABEZAS


1 vituperios:

Karba dijo...

Sabía yo que esta te había gustado, jejeje...