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HALLOWEEN 2 / EEUU / 2009
Dirección y guión: Rob Zombie
Producción: Weinstein Company / Dimension Films
Música: Tyler Bates
Fotografía: Brandon Trost
F/X Maquillaje: Wayne Toth
Intérpretes: Scout Taylor-Compton, Tyler Mane, Malcolm McDowell, Brad Dourif, Margott Kidder



La fiebre de los remakes de clásicos del terror setentero y ochentero parece no tener fin. Una vez (casi) agotado el filón nipón, que en realidad no nos deparó ninguna sorpresa, los mandamases yanquis arremetieron con el fondo de catálogo patrio (mayormente) y nos han ido regalando una tras otra mediocridades totalmente prescindibles que arrasan las neuronas con aburrimiento y falta de talento, hamburguesas insípidas sin sustancia, fotocopias industriales destinadas a engrosar celuloide desechable de usar y tirar. Afortunadamente hubo excepciones: la extraordinaria LAS COLINAS TIENEN OJOS de Alexandre Aja, superior en todo a su original; la muy estimable AMANECER DE LOS MUERTOS de Zack Snyder, y la gran sorpresa que supuso el HALLOWEEN, de Rob Zombie, en realidad un semi-remake sobre el clásico indiscutible que sentó por si sólo las bases de slasher con psicópata enmascarado, y cuya influencia en millones de películas posteriores sólo logró repetir esquemas hasta la náusea. Todo estaba dicho en el HALLOWEEN de John Carpenter, una precisa pieza de orfebrería cinematográfica redonda, pulida y brillante, tan precisa que fue capaz de dar a luz y matar al subgénero en apenas dos horas. Lo demás sólo fueron copias más o menos logradas. Por esto, pensaba yo que su remake sólo tenía un destino: el fracaso total... y me tuve que tragar mis palabras. Rob Zombie consiguió rubricar la carambola cuasi perfecta en una película que supo mantener el complicado equilibrio entre respeto e innovación, una notable experiencia cinematográfica que supo destilar lo mejor de la obra original con su particular universo propio, un modo de entender el cine de género anclado en los años setenta pero sin resultar ni retro ni anacrónico. Además, la película se beneficiaba de un trabajo de dirección sobresaliente, perfectamente ajustado a sus diferenciados tres segmentos en lo visual que resultó tan personal como reconocible en el manejo que hacía de la iconografía clásica del personaje de Michael Myers, incorporando nuevos elementos que lograban ampliar el universo que creó Carpenter sin traicionarlo. Para ello Zombie jugó una baza inédita en el género: dotarlo de todo el realismo posible dentro de sus estrictos parámetros estructurando la película más como un drama psicológico que como una muestra de género pura, manteniendo la tesis de que los personajes SÍ importan, algo realmente revolucionario en un slasher.



Dos años después llegó la secuela que ahora nos ocupa, HALLOWEEN II, firmada de nuevo por Rob Zombie y con el mismo equipo que la anterior. Lo primero que hay que apuntar es que, otra vez, no es  exactamente un remake de la homónima dirigida por Rick Rosenthal, aunque el cachondo de Zombie es capaz de colarnos una primera parte que funciona a la vez como homenaje y ruptura radical con ella:  los más de veinte minutos iniciales de climax brutal en el hospital (más propios de un final que de un arranque, bestial) que, en un arriesgado retruécano del guión, es capaz de hacer punto y a parte para dar paso a la película "real" y que sienta las bases de todo lo que vamos a ver a continuación. Así, Zombie se desvincula ya del todo con el "legado Carpenter" para zambullirse por completo en su propia película y su propia visión del mito, y se queda bien a gusto, desde luego. Al contar con todo el casting original (excepto el Myers infantil, que cambia de rostro) la película se permite el lujo de plasmar la evolución psicológica de todos ellos con gran riqueza de detalles: desde las dos supervivientes de la primera entrega (Laurie y Annie) hasta el sheriff (inmenso Brad Dourif) pasando por el Doctor Loomis (sarcástico Malcolm McDowell) e incluso el propio Michael Myers, todos ellos, insisto se desarrollan respecto a la primera entrega ganando en complejidad y, en algún caso, como el de Samuel Loomis, se radicaliza hasta el extremo de acabar resultando detestable, algo muy curioso para tratarse, a priori, del heroe de la función. Lejos de resultar complaciente o continuista en exceso, la película, de hecho, busca los extremos en todos sus apartados, con el riesgo añadido que ello supone.



En realidad, HALLOWEEN II es una inmersión en el universo creativo de Rob Zombie mucho más que en el contexto de la saga a la que pertenece, más incluso que la primera. La película no supone un viaje complaciente para el espectador, y los asideros no son fáciles de encajar de buenas a primeras. Si Loomis aqui ya se convierte en un carroñero despreciable que vive a todo tren  gracias a los despojos de la tragedia, del dolor ajeno, la propia heroína Laurie es una criatura traumatizada y desequilibrada, incapaz de vivir con normalidad pese a sus esfuerzos. La figura de Myers irrumpe de nuevo en una cotidianidad que ya no es luminosa como en la primera parte, sino que está viciada y supura demencia por los cuatro costados desde el comienzo. Zombie opta por radicalizar su estilo visual al máximo: película granulada en 16mm y aspecto de suciedad constante, noche eterna y sombría y tonos grisaceos y austeros que ni siquiera se atenuan en los "momentos pop" tan del gusto del director, sino que esos instantes de supuesta distensión también funcionan para acumular tensión y desasosiego. Los momentos fuertes, una vez más, son brutales: nada de estilismos  vacíos que embellezcan el asunto, aquí la violencia es seca e inmediata como un hachazo por sorpresa, y las heridas duelen de verdad. Los personajes, al menos los principales, sufren, y el espectador no puede tomarse a chufla ese sufrimiento (la muerte de Annie) ni el de sus seres queridos (la  desgarradora secuencia del sheriff con su hija en el baño, la del padre de una de las víctimas ante Loomis). Como decía, los personajes SÍ importan. Y por si esto fuera poco, además Zombie incluye en el menú unas elevadas dosis de surrealismo onírico como método para entrar en la mente de Myers, algo inaudito en la trayectoria del famoso psycho killer. Precisamente es este punto el más peligroso de la función: la presencia intermitente de su madre (estupenda Sheri Moon) puede resultar un tanto forzada dentro de este slasher esquizofrénico, malsano y bestial, aunque personalmente me convenció del todo.



HALLOWEEN II no pone el piloto automático ni juega a la parodia ni al distanciamiento barato. La sorna con la que Zombie trata diversos temas forma parte de la propia esencia de la película (atención a cuándo suena la melosa balada Nights of White Satin, al tratamiento de los talk shows y los media ansiosos de carnaza) y por no aparecer, ni siquiera aparece el mítico Halloween Theme de Carpenter durante la película (sólo en los créditos), sustituído por una ecléctica (y rockera) banda sonora muy al gusto del también genial rockero Rob Zombie. En definitiva, HALLOWEEN II es suya de principio a fin, tanto que la máscara de Myers, icono perpetuo de la saga, casi pasa desapercibida en esta ocasión, cubierta de mugre y casi desecha cuando la lleva puesta. Aplausos miles pues para esta notable insubordinación a la propia mitología myeriana, que no hace sino demostrarme que, por si alguien lo dudaba, tras cuatro películas a sus espaldas Rob Zombie es un autor con todas las letras con una personalidad definida, voz propia y un dominio de la técnica y la narración cada vez más preciso (atención al uso de la cámara lenta y del montaje paralelo). Por el momento, su participación en esta franquicia queda finiquitada para siempre por deseo propio, y por extensión su inmersión en el slasher (aunque habrá un HALLOWEEN III que sin él ya no me interesa nada), pero debemos esperar grandes alegrías en el futuro de uno de los directores más creativos, potentes y personales del género, si es que se llegan a estrenar, porque una vez más, esta película sigue sin distribución es España. Cretinos.



- Lo mejor: su capacidad para llevar al mito a su personal terreno aún más que en la primera parte, sin concesiones

- Lo peor: el ocasional caos de la historia y lo gratuito de algunas secuencias

CABEZAS



3 vituperios:

Karba dijo...

Jajaja... polémica, polémica... XD
El caso es que lo poco que he leido por ahí la han puesto a parir sin miramientos, pero a mí me sigue pareciendo coherente y valiente la cosa, y más negra que el tizón...

Anónimo dijo...

pues a mi RobZOmbie me encanta, ya con la casa de los 1000 cadaveres y los renegados del diablo me enganchó y la primera de halloween me parece una obra genial!! como bien dices, karba, llevando a su terreno totalmente... ahora ya estoy ansioso por ver la proxima que tiene en preproducción TyRANOSSAURUS REX, que presuntament va a protagonizar Danny Trejo y que esta basada en el comic EL CLAVO, así que no va a tener desperdicio.

Karba dijo...

A mí es que me gusta todo lo que hace este tío, empezando por la música y acabando por los cómics, me encanta su estilazo y su mala baba. De T-REX algo había oído hablar, pero no tenía ni idea de que se basaba en EL CLAVO, guau! También se lee por ahí que está preparando otro remake, esta vez de THE BLOB, aquella de la masa viscosa rosa del espcaio exterior, jajaja. En todo caso, haga lo que haga, allí estaremos.