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TWIN PEAKS. THE RETURN
Por supuesto y sin discusión. El regreso de David Lynch al pueblo fronterizo que le dio fama mundial ha sido la gran delicatessen del año. Lynch cierra su gran opus
televisivo con un sostenido grito desagarrado en primer plano seguido
de un secreto susurrado 25 años al oído que nunca llegaremos a
escuchar. Dura travesía para que el que se acercó por pura nostalgia. Un ejercicio, los 18 capítulos (que se dice pronto) a pura
cara de perro con el espectador, capaz de frustrar sus expectativas
más conservadoras, una por una. Un tinglado
hipnótico, radical, que se permite idotizar al viejo Coop (santo y seña de la
serie) durante tres cuartas partes, por poner sólo un ejemplo. El ejercicio creativo catódico más libre, transgresor y
kamikaze que se recuerda, perpetrado un por un joven cineasta de 72 años.
TERROR (PEN)INSULAR
Dos de las mejores películas del año dentro del fantastique en sus variadas formas han sido, albricias, de producción española. VERÓNICA, la última del militante Paco Plaza, es pequeña, intimista, logra mezclar relato costumbrista (Vallecas años 90, inspirado en hechos "reales") con los más descarados elementos del cine de posesiones y fantasmas, y todo funciona como un cañón, sobre todo cuando sabe describir con delicadeza las angustias de una adolescencia puesta a prueba, aunque también hay mucho susto y dolientes espectros que trepanan tímpanos. Por una vez los actores infantiles están estupendos. Bien hecho. LA PIEL FRÍA, esperada adaptación del best seller homónimo, está dirigida por el ex-enfant-terrible del cine francés Xavier Gens, con una Aura Garrido haciendo de merluza esclavizada, espectacular aun enterrada en toneladas de latex. Clasicota y elegante, incluso en algunos aspectos casi pasada de moda (pensé mucho en la Hammer), LA PIEL FRÍA es el ejemplo perfecto de cine de género comercialote bien construido y ejecutado, técnicamente irreprochable, con aromas a aventura iniciática y, por supuesto, hediondo aliento lovecraftiano. Lo incomprensible es que no se haya llevado ni una nominación a los Goya (¡ni siquiera maquillaje!)... ¿cuándo aprenderemos?
COMO FUNDAS DE PIANO
El cine de acción lleva eones tratando de justificarse a sí mismo. Fans del sopapo fílmico bien dado: ¡no lo necesitamos!. Sobre todo con dos pepinazos como los presentes. En tiempo record (¡bien!) llega la secuela, JOHN WICK: CHAPTER 2. Su primera secuencia podría ser el puto grand finale de cualquier otra. Keanu atiza como un semidios surcoreano con set pieces memorables en la que, a diferencia del porno, la somanta de palos hacen avanzar la trama. Insisto: Keanu es un titán en estas lides, y el tal Chad Stahelski dirige el mondongo febril con mano de hierro, al que sólo le podemos achacar cierto ensimismamiento (entre mamporro y guantá) que le resta algo de la concisión casi matemática que tenía la primera. Y luego llegó su versión paritaria, ATOMIC BLONDE, ahora con Charlize Theron, que cada vez habla menos y reparte más. Además de la Theron, que está estupenda (crossover con mr. Wick ya), la peli tiene el encanto berlinés de guerra fría y espionajes varios, el encanto de John McAvoy con pinta de cocainómano sudado y, por supuesto, el encanto del gran John Goodman. Todo va muy bien, a ojo morado y hombro dislocado por escena, hasta que llega LA SECUENCIA. Sí amigos, un plano-secuencia de puras oxtias como fundas de piano que dura, yo que sé, 15 minutos, y que me hizo llorar, como el lago de los cisnes con fracturas cervicales. Peliculonas, las dos.
DE RACISMOS BIPOLARES
Pues sí, las he juntado sólo porque sus protas son negros y el tema racial es funda-mental. La seriota es DETROIT, de la nunca suficientemente reivindicada Kathryn Bigelow, una realizadora que es una animala fílmica, una cineasta cada vez más potente y comprometida, ahora prestigiosa pero que siempre fue de las nuestras (STRANGE DAYS, NEAR DARK, POINT BREAK, ahí es nada). Narración fragmentada, nerviosa y febril, de aromas cuasi documentales, acerca de unos lamentables hechos aún no esclarecidos en la ciudad homónima. DETROIT te cae encima como una apisonadora con un segmento central angustioso, horror real y puro. Aunque quizás algo pasada de metraje, es peliculona obligatoria y relevante. La cachonda es GET OUT, por supuesto, la gran sorpresa indie de la temporada, que pilló al personal con el pie cambiado. Serie B juguetona y de género disfrazada de parábola social que sorprendió al público más generalista, aunque a los que tenemos el culo pelado de experimentos y mad doctors le vimos el plumero demasiado pronto a este hype tan exagerado, cosa poco grave por otra parte en una peli sumamente entretenida y juguetona, que (y esto es un halago) podría ser un episodio largo de BLACK MIRROR con más cachondeo. Molona.
RUMBA, SAMBA, MAMBO
Alejado ya de los cansinos piratas caribeños, cuando Gore Verbinski quiere, lo hace. Si no, recordad RANGO, THE MEXICAN o THE LONE RANGER, que sólo me gustó a mí. Proyecto largamente querido, LA CURA DEL BIENESTAR es, posiblemente, la peli más anacrónica de la temporada. Raruna. Gótico decadente. Estilizada. Elegante. Enigmática. Larga. Con sus arritmias, Verbisnki juega con los resortes del terror psicológico dentro de estancias cuasi victorianas y compone un relato retorcido, atmosférico y, a ratos, febril, alucinatorio. Como una buena de la Hammer injertada en el sXXI. Muy bien sr. Verbinski. Por su parte, Edgar Wright sigue a lo suyo: hacernos disfrutar de una peli como unos adolescentes en celo y, de paso, dar una lección de cine. Sí amig@s, dentro de una cosa tan ligera, disfrutable, rumbosa, dinámica y rockera late puro cine, ese que bebe de cualquier fuente transgenérica para hacerte bailar. Estilazo, actitud y una puesta en escena y montaje que obligan a fornicar al thriller y al musical para parir una criatura chispeante con un reparto de campanillas, incluido el chavalito protagonista. Edgar Wright, sigue a lo tuyo, por favor.
TERROR (PEN)INSULAR
Dos de las mejores películas del año dentro del fantastique en sus variadas formas han sido, albricias, de producción española. VERÓNICA, la última del militante Paco Plaza, es pequeña, intimista, logra mezclar relato costumbrista (Vallecas años 90, inspirado en hechos "reales") con los más descarados elementos del cine de posesiones y fantasmas, y todo funciona como un cañón, sobre todo cuando sabe describir con delicadeza las angustias de una adolescencia puesta a prueba, aunque también hay mucho susto y dolientes espectros que trepanan tímpanos. Por una vez los actores infantiles están estupendos. Bien hecho. LA PIEL FRÍA, esperada adaptación del best seller homónimo, está dirigida por el ex-enfant-terrible del cine francés Xavier Gens, con una Aura Garrido haciendo de merluza esclavizada, espectacular aun enterrada en toneladas de latex. Clasicota y elegante, incluso en algunos aspectos casi pasada de moda (pensé mucho en la Hammer), LA PIEL FRÍA es el ejemplo perfecto de cine de género comercialote bien construido y ejecutado, técnicamente irreprochable, con aromas a aventura iniciática y, por supuesto, hediondo aliento lovecraftiano. Lo incomprensible es que no se haya llevado ni una nominación a los Goya (¡ni siquiera maquillaje!)... ¿cuándo aprenderemos?
COMO FUNDAS DE PIANO
El cine de acción lleva eones tratando de justificarse a sí mismo. Fans del sopapo fílmico bien dado: ¡no lo necesitamos!. Sobre todo con dos pepinazos como los presentes. En tiempo record (¡bien!) llega la secuela, JOHN WICK: CHAPTER 2. Su primera secuencia podría ser el puto grand finale de cualquier otra. Keanu atiza como un semidios surcoreano con set pieces memorables en la que, a diferencia del porno, la somanta de palos hacen avanzar la trama. Insisto: Keanu es un titán en estas lides, y el tal Chad Stahelski dirige el mondongo febril con mano de hierro, al que sólo le podemos achacar cierto ensimismamiento (entre mamporro y guantá) que le resta algo de la concisión casi matemática que tenía la primera. Y luego llegó su versión paritaria, ATOMIC BLONDE, ahora con Charlize Theron, que cada vez habla menos y reparte más. Además de la Theron, que está estupenda (crossover con mr. Wick ya), la peli tiene el encanto berlinés de guerra fría y espionajes varios, el encanto de John McAvoy con pinta de cocainómano sudado y, por supuesto, el encanto del gran John Goodman. Todo va muy bien, a ojo morado y hombro dislocado por escena, hasta que llega LA SECUENCIA. Sí amigos, un plano-secuencia de puras oxtias como fundas de piano que dura, yo que sé, 15 minutos, y que me hizo llorar, como el lago de los cisnes con fracturas cervicales. Peliculonas, las dos.
DE RACISMOS BIPOLARES
Pues sí, las he juntado sólo porque sus protas son negros y el tema racial es funda-mental. La seriota es DETROIT, de la nunca suficientemente reivindicada Kathryn Bigelow, una realizadora que es una animala fílmica, una cineasta cada vez más potente y comprometida, ahora prestigiosa pero que siempre fue de las nuestras (STRANGE DAYS, NEAR DARK, POINT BREAK, ahí es nada). Narración fragmentada, nerviosa y febril, de aromas cuasi documentales, acerca de unos lamentables hechos aún no esclarecidos en la ciudad homónima. DETROIT te cae encima como una apisonadora con un segmento central angustioso, horror real y puro. Aunque quizás algo pasada de metraje, es peliculona obligatoria y relevante. La cachonda es GET OUT, por supuesto, la gran sorpresa indie de la temporada, que pilló al personal con el pie cambiado. Serie B juguetona y de género disfrazada de parábola social que sorprendió al público más generalista, aunque a los que tenemos el culo pelado de experimentos y mad doctors le vimos el plumero demasiado pronto a este hype tan exagerado, cosa poco grave por otra parte en una peli sumamente entretenida y juguetona, que (y esto es un halago) podría ser un episodio largo de BLACK MIRROR con más cachondeo. Molona.
RUMBA, SAMBA, MAMBO
Alejado ya de los cansinos piratas caribeños, cuando Gore Verbinski quiere, lo hace. Si no, recordad RANGO, THE MEXICAN o THE LONE RANGER, que sólo me gustó a mí. Proyecto largamente querido, LA CURA DEL BIENESTAR es, posiblemente, la peli más anacrónica de la temporada. Raruna. Gótico decadente. Estilizada. Elegante. Enigmática. Larga. Con sus arritmias, Verbisnki juega con los resortes del terror psicológico dentro de estancias cuasi victorianas y compone un relato retorcido, atmosférico y, a ratos, febril, alucinatorio. Como una buena de la Hammer injertada en el sXXI. Muy bien sr. Verbinski. Por su parte, Edgar Wright sigue a lo suyo: hacernos disfrutar de una peli como unos adolescentes en celo y, de paso, dar una lección de cine. Sí amig@s, dentro de una cosa tan ligera, disfrutable, rumbosa, dinámica y rockera late puro cine, ese que bebe de cualquier fuente transgenérica para hacerte bailar. Estilazo, actitud y una puesta en escena y montaje que obligan a fornicar al thriller y al musical para parir una criatura chispeante con un reparto de campanillas, incluido el chavalito protagonista. Edgar Wright, sigue a lo tuyo, por favor.
13:37 |
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10. PERSONAL SHOPPER
Puede que sea del 2016, el tiempo es relativo. El zumbado de Olivier Assayas se lo pasa pirata manoseando el cine de fantasmas (con cierto respeto) dentro de uno de esos plomizos relatos contemporáneos sobre la incomunicación y la melancolía, sobre la nada y el vacío vital rodado de lujos, que Kristen Stewart parece que se va a difuminar cada vez que prueba un collar de diamantes. Si está aquí es porque la peli logra subir un peldaño, plantear un efectivo misterio y, ante todo, logra inquietar a paladas. Curiosamente rima con mi número uno, que me ha salido un año capicúa . Eso sí, mortal de necesidad en una tarde gris y lluviosa.
9. FE DE ETARRAS
A falta de un Berlanga y un Azcona, que se fueron mucho antes de lo necesario (cuánto os echamos de menos, maestros, en este mundo extraño), Borja Cobeaga recoge (a su modo) el testigo para utilizar la comedia (profunda, triste, sabia) como ariete contra la estupidez, el fanatismo y otros asuntos muy humanos. FE DE ETARRAS es necesaria y prodigiosa porque escarba mucho más hondo que aquellos apellidos vascos, por ejemplo. Además, ha molestado lo mismo a diestra y siniestra, lo que es sinónimo de trabajo bien hecho. Berlanga estaría sonriendo, pero Billy Wilder también.
8. LA GUERRA DEL PLANETA DE LOS SIMIOS
El final siempre es la guerra, la que pone rúbrica a una de las trilogías más sólidas de los últimos tiempos, junto con el fabuloso tríptico de Nolan dedicado al Caballero Oscuro. Colofón al periplo existencial de César, el rebelde y libertador, esta guerra es un western invernal y fronterizo: serio, sombrío y adulto, que alterna el espectáculo bélico (fulgurante secuencia de arranque) con una sobrecogedora intensidad e intimidad humano-simiesca y paladas de delicadeza audiovisual a flor de piel o pelo (el bellísimo encuentro entre Maurice y Nova, los alucinantes primeros planos sostenidos de César), que tiene además los bemoles de citar a Apocalypse Now sin rubor. Oscar o algo para Andy Serkis. Ya.
7. OKJA
Tras la estupenda SNOWPIERCER, ya con medio pie en la industria yanqui pero no del todo, el bueno de Bong Joon-ho cambia la ciencia ficción distópica de aires carpenterianos por una fábula amable para toda la familia con ecos del maestro Miyazaki, aunque el corazón de este bombón fílmico sea realmente muy amargo. Hermosa en su retrato de la amistad entre una niña y una cerda gigante, más floja cuando se pone verbenera (el amigo Jake Gyllenhaal fuera de control), OKJA logra sortear los peligros sensibleros y de llorar a moco tendido a base de sentido lúdico, emoción honesta y militancia a cara de perro: la violación de Okja resulta insoportable (como tiene que ser), y el paralelismo final con el holocausto judío es más que efectivo. Putos surcoreanos, siguen siendo la élite.
6. LOGAN
Si me dicen hace un año que una Marvel iba a estar aquí el descojono hubiera sido histórico. James Mangold prescinde de cualquier oropel habitual de la saga (ni cromados ni fuegos artificiales ni despliegues de cosplay), baja a sus criaturas a ras de suelo, tierra, polvo y sudor y les deja hundidos, patéticos y sin esperanza. Western crepuscular con formas de neonoir contemporáneo. Cine de frontera donde la violencia es seca y brutal, sin mierdas pop ni gente levitando, donde los héroes Marvel se sienten vencidos. Compararla, por ejemplo, con X-MEN: APOCALIPSIS es como poner un rubí al lado de un pedazo de mierda. LOGAN es una hermosa anomalía en el sistema, y por eso hay que aplaudirla.
5. DUNKIRK
Aunque ruede un anuncio de detergente parece que Nolan se cuela todos los años. DUNKIRK, en cierto modo, es una de sus películas menos aparatosas, aparente contradicción con el angustioso y masivo drama que narra, una aproximación personalísima al género bélico ambientado en la II Guerra Mundial donde, por ejemplo, no aparece ni un sólo nazi. Nolan depura su estilo hasta hacerlo casi invisible, y construye su endiablada estructura temporal con tres subtramas ¿paralelas? hasta que, emocional y narrativamente, todo encaja. Aunque seguimos a la espera de tu obra maestra incontestable, Nolan, eres de los grandes. Y tú también Tom Hardy, que por tercera vez interpretas a un personaje con máscara. Mucho cine.
4. COLOSSAL
Hay que reivindicar COLOSSAL con alaridos. La primera aventura yanqui del amigo Nacho Vigalondo se esfuerza mucho en dinamitar las fronteras usando como ariete dos géneros, en principio, antagónicos. Meter en el mismo potaje el kaiju eija nipón de monstruos gigantes y la comedia romántica yanqui es de ser un bendito inconsciente. Con una inaudita e impecable factura (esta peli es elegante, no costrosa), Vigalondo nos pone en bandeja una comedia a ratos demencial, a ratos febril, que no elude la amargura y donde hay mucha verdad y mucho que rascar a poco que uno quiera hacerlo. Anne Hathaway borda un personaje que es un regalo. Bravo.
3. BLADE RUNNER 2049
Obviando el desparramo jedi de última hora (me descojono), el regreso al universo Blade Runner (¿la secuela más tardía de la historia del cine?) ha sido de lo más comentado y/o esperado del año. Cuchillos afilados cuando Villeneuve nos entregó esta maravilla. Irregular, con algún punto débil (Jared Leto y su personaje, un climax final regulero), pero fascinante en su conjunto. Denis logra la cuadratura del círculo: respeto obsesivo por el original para terminar rubricando una película personalísima. Este 2049 amplía con coherencia lo establecido, toma decisiones arriesgadas y vuelve a lograr que la ciencia-ficción sea relevante en su discurso, con pocas concesiones al respetable y un sentido estético apabullante, de una belleza que duele. Además, de las que piden un segundo visionado.
Si arriba hablábamos de riesgo, MOTHER! es su definición. La peli más polarizada de 2017. Tratad de llegar virgen a ella. Darren literalmente arroja al espectador a un mundo propio y conforma una cosa que es puro cine sin asideros ni explicaciones, lo más cercano al otro gran acto terrorista audiovisual del año: TWIN PEAKS. Una experiencia, a la vez, cerebral y visceral. Personajes que son conceptos dentro de un río de imágenes que fluye con coherencia, un torrente que te arrastra lentamente hasta que la película se "rompe", pero para entonces ya no hay salvación. El tsunami MOTHER! te arrastra, te voltea, te abofetea y agrede al cerebro y al estómago, en el que puede ser el climax más inenarrable del año. De parábolas bíblicas hablaremos otro día. Aronofsky, pásame el teléfono de tu dealer.
1. A GHOST STORY
Media película es una chica devorando una tarta. La otra un plano fijo de una sábana. Y aquí hay poesía. David Lowery construye sobre los cimientos de las casas encantadas para trascender: una misteriosa, melancólica reflexión sobre la pérdida y el olvido. Con diálogos justos, progresiva ruptura de la linealidad y mínimos elementos visuales, Lowery logra un poema que acaricia al espectador menos impaciente con los resortes del cine más puro, formas destiladas hasta el minimalismo (esos fantasmas) y una potente reivindicación del sonido, la música y el silencio como elementos esenciales del cine. De estética tirando a lo vintage (formato cuadrado con esquinas redondas, como los viejos Super 8) y rimas visuales algo hipster, además dura 90 minutos, lo que juega a su favor. Una joya para atesorar. Lo que no me explico es que Lowery sea el mismo que el azucaroso y fofo remake de PETER´S DRAGON. Misterios de la creación.
20:00 |
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Me aburro. Me aburro mucho ya con los tipos con mallas. Hasta 2015 la avalancha inmisericorde había aguantado con cierta dignidad, pero 2016 ha sido el año del supersopor. Por acumulación, insistencia imperialista, carencia de ideas y/o riesgo. Mediocridad galopante.
Veamos: CAPTAIN AMERICA: CIVIL WAR adaptaba uno de los arcos argumentales más sociopolíticos y serios de la Marvel. Había buena mierda donde arañar. La peli viene a ser de unos colegas muy intensos que se cabrean y quedan en el parking del insti para darse de oxtias con otros colegas, porque se odian pero en el fondo de quieren, inconscientes de que ya están mayores para llevar esas pintas, con frecuentes miradas al infinito (observen el poster) y diálogos de manual de autoayuda que recitan como si los hubiese escrito Shakespeare. También aparece ese chavalín cabezón que es el nuevo Spiderman, que son los diez minutos entretenidos del filme.
Al rato DC nos tiró encima BATMAN V SUPERMAN: DAWN OF JUSTICE. The Dark Jaaarl V Jesucristo Supersteel. Aquí las miradas intensas se multiplican (observen el poster, again), está todo el santo día nublado como que se amenaza tormenta pero no, y vamos a desaturar mogollón, que así es como hay que dar más calidad y profundidad a la película. La peli de Zack Snyder, que una vez fue un realizador interesante, es un ladrillo interminable (sí, he visto la versión extendida) de frases grandilocuentes y cosas explotando dentro del que, seguramente, sea el guión más pérfido y patillero que se ha escrito para una de superhéroes, que ya es decir. La sucia excusa de "inspirarse" en esa obra maestra de Frank Miller, "El Regreso del Caballero Oscuro", hace que duela un poco más. Dentro de una trama ya de por sí absurda, esta cosa acumula momentos ridículos dignos de cualquier cosa de la Cannon. Todos somos Martha.
X-MEN: APOCALYSE es un catálogo de cosplay muy cercano a PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO pero sin canciones molonas y con más rayos lasers, del que ahora mismo sólo recuerdo muchos brillos de colores, como una pirámide por ahí con un villano que da penica, y una secuencia maja con Lobezno repartiendo estopa que es un cameo y no tiene nada que ver con la trama.
SUICIDE SQUAD parece un dependiente de Zara disfrazado de punki. Como que no. Aunque en lontananza se intuye que esto pudo ser una buena película, tenía los ingredientes y cierta intención, quizás en una dimensión paralela, el resultado es una confusión videoclipera que se queda larga en presentar a personajes y corta en no saber qué hacer con ellos, cosas que pasan cuando tu productor se mete en la sala me montaje. Sí, claro, Harley Quinn mola mil (sólo faltaba) pero a cambio nos regalan el Joker más ridículo y gratuito de la historia. Heath Ledger, puedes descansar en paz.
También llegó DEADPOOL, que es una gilipollez pero por lo menos tiene tono ligero, autoparódico y poco pretencioso, e incluso logra sacar alguna carcajada, aunque el mayor mérito es para su campaña publicitaria y sus creativos de marketing. Pasable.
Finalmente DR. STRANGE se convirtió en la relativa sorpresa del año. A pesar de que es un calco de IRON MAN en personaje y estructura (Tony Stark con capa, mayormente), por lo menos la obsesión de tirarte fractales a la cabeza todo el rato tiene su gracia, hay apuntes visuales interesantes y se deglute en un suspiro.
Conclusión: la cosa está muy gastada, aburrida y con el piloto automático dispuesto sólo a amasar dólares, muchos. Espero que la secuela de GUARDIANES DE LA GALAXIA nos saque de tanto hastío, o algo. Me aburro. Aunque me duela decirlo, lo mejor en estas lides se ha visto en la tele: la división catódica de Marvel acierta con sus curradísimas versiones de DAREDEVIL (de lejos su mejor encarnación hasta la fecha, y también las de Punisher y Frisk/Kingpin), JESSICA JONES (tirando más por el noir clásico, con uno de los mejores climax finales del año) y LUKE CAGE (que minimiza a tope el tema de los superpoderes). Quedamos a la espera de Iron Fist y el crossover de todos ellos. De DC y su LEGENDS OF TOMORROW mejor ni hablo que me da epilepsia.
REMAKING THE WORLD
La fiebre por el sableo continúa. Yo sólo voy a reseñar dos. THE MAGNIFICENT SEVEN, un remake de otro remake, obra el milagro: pillas a Antoine Fuqua, un realizador que fue brillante en esto de la acción (TRAINING DAY, KING ARTHUR), le rodeas de un elenco sólido (Denzel Washington, Ethan Hawke, Chris Pratt, mi querido y orondo Vincent D´Onofrio), le das un pastizal como para empanar el Bernabeu y haces un bodrio sin paliativos. No es que no tenga comparación posible con la original de Kurosawa, es que hasta el anterior remake de Yul Brynner le da mil vueltas. Pura grasa. La otra es BLAIR WITCH, tela marinera. Tratar de remakear un pequeño clásico del terror, que marcó escuela y tendencia (eso de found footage), ya tiene delito. THE BLAIR WITCH PROJECT fue una peli honesta, barata y muy inteligente, que supo jugar sus cartas para acojonar al respetable en medio mundo, y lo consiguió. El remake del prematuramente endiosado Adam Wingard es una sopa fría sin tropezones, un caldo industrial que ni se esfuerza en aportar una sola idea interesante. Bueno sí: la soberana estupidez de llevarse un dron volador a una excursión por un bosque maldito. Insípida, aburrida, sin alma. Lo que en la original supuraba verdad (y horror ancestral con cuatro cosicas, como un señor castigado mirando a la pared) aquí deriva en artificio, fotocopia desenfocada y tedio. Mala.
MOJONES DE TERROR
Grandes truñacos en mi género preferido, claro que sí. Afortunadamente la letal experiencia del visionado fue en buena compañía y con variadas toxinas, que siempre ayuda.
Comenzamos por supuesto con un titán, Nicholas Cage, ese crack sin criterio ninguno que en 2016 estrenó ¡seis películas!. PAY THE GHOST es una apática, gris y desteñida copia de INSIDIOUS en carnavales (aunque juran que es Halloween), aburrida como ella sola y tan absurda que su muy tontaco argumento no lleva a ningún sitio después de dar tropocientas vueltas. Da la sensación de estar paseando siempre por las mismas tres localizaciones.
THE FOREST va de una americana perdida en un bosque a las afueras de Tokyo buscando a su hermana ¿suicida?. Natalie Dormer se esfuerza por transmitir algo, pero el punto de partida sugerente en seguida se torna en un peñazo supino de paseos por la inquietante foresta, suspiros en la nuca a medianoche y un climax que se resume en mirada al frente, moco colgando, ¡¡uh!! y créditos finales. Rutinaria, vulgar y sí, muy aburrida.
Juro que hay gente que ha incluido LIGHTS OUT en su lista de diez mejores del año, incluso algunos la han puesto al mismo nivel que (atención) THE BABADOOK o IT FOLLOWS. Pues vale. Producida por el de pronto respetado James Wan, la cosa va de figuras entrecortadas en el umbral de las puertas con pose de haber sido atropelladas por un camión, que corretean por las paredes y los techos y asustan rompiendo tímpanos con gritos agudos, porque porque en el limbo espectral en el fondo se sufre mucho. En medio los protas andan despacio por la casa linterna en ristre y abren y cierran muchas puertas, y suben y bajan escaleras, muy despacio. La gran novedad llega cuando cambian la linterna por una luz química. Un dolor.
Y por supuesto... ¡DIOSES DE EGIPTO!
Tentado estuve de colar esta cosa en las DELICATESSENS porque semejante despropósito es tan demencial que mi corazoncito freak sólo puede quererlo. Pasándose un mínimo de rigor histórico por el forro, ¿por dónde empezar?: por la manceba pareja de protagonistas, un agujero negro de carisma y/o química; porque todos los personajes egipcios son blancos-surferos-californianos menos un negro, que es el error de casting más risible del año; por el gran Geoffrey Rush con una calva de coña tirando rayos lasers en una nave espacial; por un diseño de producción que trata de combinar Caballeros del Zodíaco, Transformers y el Carnaval de Tenerife delante de cromas dignos de cualquier producción de Asylum, que lleva el palabro "hortera" a una nueva dimensión; o por el pobre de Alex Proyas, ese director que una vez nos regaló DARK CITY y que, me temo, acaba de apuntalar su carrera a base de fistros diodenales con relucientes armaduras buscando el poderoso objeto peich para salvar al mundo. Uf.
13:53 |
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Lo prometido es deuda, aquí van ese conjunto de otras películas, tendencias y asuntos a destacar de este 2016 a las que suelo llamar delicatessen, especialmente dedicado para los más cafres buscadores de reliquias escondidas, a los pacientes y a los estómagos más curtidos. Como suele pasar, algunas de ellas podrían haber estado en Lo Mejor sin mayor problema. Vamos al lío.
ZOMBIS ORIENTALES
Pues sí, en un año en el que el reducto de los no muertos (o infectados plusmarquistas) se ha quedado mayormente en la tele (THE WALKING DEAD, FEAR DE WALKING DEAD, Z NATION, I ZOMBIE...) y la cosa ya huele un poco a podrido (je), desde oriente nos han dado dos alegrías. TRAIN TO BUSAN, coreana, es un corre-corre-que-te-pillo de lo más disfrutable y trotón, masas de infectados en tren con niña al fondo. Aunque no se esfuerza lo más mínimo por innovar, falta sentido del humor y hay momentos dramáticos que rozan el ridículo, la peli se deglute con el gozo propio del aficionado al higadillo bien sazonado. Tiene precuela animada, por cierto. I AM A HERO, nipona, ya es otro cantar. Adaptación de un manga de difícil catalogación (no nos gustan las etiquetas), la peli de Shinsuke Sato juega al desconcierto tonal (algo muy japo, por otra parte) y, aunque sufre alguna arritmia leve, sabe manejar los resortes del género con gracia y salero, tiene ideas muy locas (¡ese zombie saltador de altura!) y es capaz de aglutinar todo hacia un final inenarrable por su exceso que, para más inri, aporta calidez y poso humano. Imprescindible.
UNA AUTOPSIA
Vamos ahora con ese tipo de pelis que se quedan a las puertas de la excelencia. Tras TROLL HUNTER, uno de los mejores falsos documentales de la última década, el noruego André Ovredal da el salto a lo internacional con una cosa minimalista bien rebosante de cine. El cadáver de una joven sin identidad ni signos de violencia que llega a una humilde morgue y su autopsia dan pie a una primera parte absorbente, apasionante, magnífica, en la que un cuerpo humano es, literalmente, el centro de la investigación, un thriller "visceral" que, sospecho, haría aplaudir a mi amado John Carpenter por su elegante planificación y sentido del espacio, ritmo y buen uso de los silencios. Lástima que en su segundo tramo la cosa tira por terrenos más trillados, aunque efectivos. Brian Cox como siempre: enorme.
SALCHICHAS DESENCADENADAS
Pues sí: SAUSAGE PARTY es tosca, marrana, técnicamente pobre, de animación justita y con algunos de los diseños más espantosos del año. Ya está bien de alardes visuales, amigos. Fuera la perfección. Por todo eso hay que reivindicar esta bien medida grosería animada para adultos que acaba resultando una versión delirante de "Rebelión en la Granja", aventura existencial y alegato psicotrópico contra la existencia de Dios. Aquí de lo que se trata es de ser libres y follar. Necesaria como un esputo en un saloon del oeste, además de hilarante, contiene el mejor personaje (no) animado del año (Goma, por supuesto) y la secuencia más cerda. Bravo por ellos.
SANGRE, SUDOR Y POLVO EN LOS OJOS
Aquí meto una dupla absurda, lo sé. Confieso mi debilidad por Mel Gibson, sobre todo el de ahora. Si BLOOD FATHER se define por algo es por el carisma que transpira este señor en cada fotograma, consciente de su edad luciendo arrugas y barba de motero. Por otro lado, la película no se aleja ni un ápice de los cánones del thriller polvoriento de venganzas varias y huida por el desierto, pero la peli del francés Jean-François Richet reivindica su estatus de serie B sin complejos con una dirección enérgica, seca y brillante para este noir robusto y sólido como una roca. El movimiento táctico de Rob Zombie con su última película ha sido raruno: tras su obra maestra LORDS OF SALEM, regresa a su zona de confort y se financia, en parte, tirando de fans con un crowdfunding. El resultado es, efectivamente, una especie de vuelta a los orígenes, en especial a sus dos primeras obras: lo circense, lo setentero y lo grotesco de nuevo lideran la función sostenido bajo un argumento mínimo y una violencia máxima. Aunque todo huele un poco a forzado, y es un relativo paso atrás respecto a lo que apuntaba su anterior maravilla, 31 es un espectáculo enfermizo que se beneficia de su indiscutible potencia visual para incomodar y crear texturas del mismísimo infierno.
TECHNO-LYNCH CON LENTEJUELAS
Sí amigos, la última película del loco danés Nicolas Winding Refn ha sido la más vapuleada del año. Muchos le descubrimos con DRIVE, y ha quedado claro que ésa era una anomalía en su filmografía, mayormente porque se entendía bien. THE NEON DEMON es un delirio psicotrópico a cuenta del mundo de la moda capaz de provocar un estado de hipnosis punteado por momentos epilépticos y esos arrebatos gore que tanto le ponen, todo a la vez. Nuestro amigo Nicolas agarra los modos y formas de David Lynch (bien), los adorna con manierismos a lo Darío Argento (¡bien!) y nos regala una primera hora que es un polvazo audiovisual de muchos quilates. Lástima que después uno descubre que en realidad la peli no va a ningún sitio y todo apesta a onanismo personal. Eso sí, aquí están alguno de los planos más hermosos del año, aviso. Para los más valientes.
SALCHICHAS DESENCADENADAS
Pues sí: SAUSAGE PARTY es tosca, marrana, técnicamente pobre, de animación justita y con algunos de los diseños más espantosos del año. Ya está bien de alardes visuales, amigos. Fuera la perfección. Por todo eso hay que reivindicar esta bien medida grosería animada para adultos que acaba resultando una versión delirante de "Rebelión en la Granja", aventura existencial y alegato psicotrópico contra la existencia de Dios. Aquí de lo que se trata es de ser libres y follar. Necesaria como un esputo en un saloon del oeste, además de hilarante, contiene el mejor personaje (no) animado del año (Goma, por supuesto) y la secuencia más cerda. Bravo por ellos.
SANGRE, SUDOR Y POLVO EN LOS OJOS
Aquí meto una dupla absurda, lo sé. Confieso mi debilidad por Mel Gibson, sobre todo el de ahora. Si BLOOD FATHER se define por algo es por el carisma que transpira este señor en cada fotograma, consciente de su edad luciendo arrugas y barba de motero. Por otro lado, la película no se aleja ni un ápice de los cánones del thriller polvoriento de venganzas varias y huida por el desierto, pero la peli del francés Jean-François Richet reivindica su estatus de serie B sin complejos con una dirección enérgica, seca y brillante para este noir robusto y sólido como una roca. El movimiento táctico de Rob Zombie con su última película ha sido raruno: tras su obra maestra LORDS OF SALEM, regresa a su zona de confort y se financia, en parte, tirando de fans con un crowdfunding. El resultado es, efectivamente, una especie de vuelta a los orígenes, en especial a sus dos primeras obras: lo circense, lo setentero y lo grotesco de nuevo lideran la función sostenido bajo un argumento mínimo y una violencia máxima. Aunque todo huele un poco a forzado, y es un relativo paso atrás respecto a lo que apuntaba su anterior maravilla, 31 es un espectáculo enfermizo que se beneficia de su indiscutible potencia visual para incomodar y crear texturas del mismísimo infierno.
TECHNO-LYNCH CON LENTEJUELAS
Sí amigos, la última película del loco danés Nicolas Winding Refn ha sido la más vapuleada del año. Muchos le descubrimos con DRIVE, y ha quedado claro que ésa era una anomalía en su filmografía, mayormente porque se entendía bien. THE NEON DEMON es un delirio psicotrópico a cuenta del mundo de la moda capaz de provocar un estado de hipnosis punteado por momentos epilépticos y esos arrebatos gore que tanto le ponen, todo a la vez. Nuestro amigo Nicolas agarra los modos y formas de David Lynch (bien), los adorna con manierismos a lo Darío Argento (¡bien!) y nos regala una primera hora que es un polvazo audiovisual de muchos quilates. Lástima que después uno descubre que en realidad la peli no va a ningún sitio y todo apesta a onanismo personal. Eso sí, aquí están alguno de los planos más hermosos del año, aviso. Para los más valientes.
23:39 |
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Vuelvo de entre los muertos amigos. Consciente de que me salté el 2015, aquí va la lista de lo que considero mejor de este 2016. En breve las DELICATESSENS y LO PEOR del año, como (casi) siempre.
10. THE NICE GUYS
Shane Black es un tipo curioso: guionista con prestigio que cada diez años dirige, su gusto por el policíaco clásico (eso que ahora llamamos thriller) recorre todo su trabajo, siempre recubierto por una pátina irónica, sarcástica y, a veces, amarga. THE NICE GUYS no es una excepción: imaginaos una peli de los Coen de los buenos tiempos apuntalada por gags físicos a lo Blake Edwards (pensé bastante en THE PINK PANTHER) pero con suficiente poso como para no resultar una simple patochada. Sumemos a un Russell Crowe en estado de gracia y a un Ryan Gosling muy Peter Sellers a ratos. Suficientes razones para reivindicar.
09. KIKI, EL AMOR SE HACE
Aunque en realidad es un remake de una peli australiana de 2014 (que no he visto), Paco León tiene la pericia de hacer suya en el fondo y en la forma esta historia de parafilias sexuales que tiene la mejor secuencia de créditos iniciales del año. KIKI es una película ligera, vitalista, fresca y profundamente humanista que en todo momento evita caer en lo chabacano o lo sensacionalista mediante un reparto intachable, ritmo trotón y muchas sonrisas (y alguna que otra carcajada sincera). Entre tanta oscuridad y apocalipsis, algo como KIKI resulta un luminoso canto a la diversidad humana que se agradece.
08. ROGUE ONE. A STAR WARS STORY
El primer spin-off oficial de Star Wars ha sido una agradable sorpresa y la confirmación de que los jefazos de Disney (de momento) están cuidando la saga galáctica como merece. Directores jóvenes curtidos en el cine independiente de género que alcanzan el equilibrio en la fuerza: aportar algo de frescura y mirada propia sin perder las esencias asentadas a lo largo de cuarenta años. Gareth Edwards (MONSTERS, GODZILLA) abraza el cine bélico, minimiza discursos místicos y pone toda la carne en el asador aventurero pero, oh sorpresa, aportando un (necesario) subtexto progresista en el discurso que encaja como un guante con la insurgencia rebelde. Muy bien.
07. AN HOLOGRAM FOR THE KING
De producción alemana, la última peli de Tom Tykwer ha sido injustamente ninguneada, a pesar del evidente gancho de contar con el protagonismo absoluto de Tom Hanks, últimamente hiperactivo y rubricando las mejores interpretaciones de su dilatada carrera. Comedia amarga en el fondo, la odisea personal de un hombre perdido en Arabia Saudí en una situación poco menos que kafkiana resulta una enérgica, anómala y personal reflexión existencial del vacío y la angustia, con cierta pátina onírica, afán de compromiso, ganas de remover algunas conciencias y luz al final de túnel. A recuperar a la voz de ya.
Que Laika es el estudio de animación mainstream con mayor capacidad de riesgo ya no es ningún secreto a voces. Bajo el estandarte del stop-motion, posiblemente la técnica de animación más compleja, KUBO da un paso adelante en dinamismo visual y libertad de movimiento de la cámara, usando técnicas mixtas (3D, 2D, mattes) para configurar una fábula medieval oriental cuyo mayor mérito es la asombrosa atención al detalle y el mimo y cariño artesanal que destila cada fotograma de esta absoluta delicia para los sentidos, que bebe tanto de la ilustración japonesa tradicional como de Kuwosawa. Una delicatessen.
05. DON´T BREATHE
Hay películas que tienen un algo que las eleva por encima de sus competidoras directas. DON´T BREATH podría haber sido un pasatiempo terrorífico de usar y tirar, pero Fede Álvarez la convierte en un juguete audiovisual que es puro cine. Todo, desde la puesta en escena hasta la fotografía (esa iluminación ácida, eléctrica), el ritmo y el sonido, todo digo son herramientas bien cabronas en manos del uruguayo, que tiene un único objetivo: tensar nuestros nervios bajo su batuta, y vaya si lo consigue. Por algo a este oficio se le llama "dirigir". Bravo Fede.
04. THE WAILING
Los coreanos (del sur) lo siguen petando muy duro. Amigos mayormente del thriller urbano hipervitaminado, el bueno de Na Hong-jin traslada la acción a un entorno rural y tiñe la alambicada trama de una sensación de premonición y peligro constante con ribetes sobrenaturales que se mete bajo la piel. Asumiendo que su metraje es generoso, y que los bandazos tonales son los habituales (aquí vamos del drama a la comedia, pasando por el terror... o incluso el western!), la confusión y la capacidad de sorprender juegan a su favor para, a la postre, construir una película hipnótica, extraña, sobrecogedora y, ante todo, muy hermosa.
03. SWISS ARMY MAN
Dicen que lo sublime es hermano de lo ridículo. Esta película lo demuestra con creces. Carne hipster por definición (Sundance forever), las gafapastiles influencias de los Daniels (el dueto que firma la cosa), que a veces rozan la autoayuda simplona, se ven mitigadas por la tronchante, incensante y militante obsesión de formular una especie de comedia existencial absurda, que no hace ascos a lo infantil combinado con lo macabro, fantasía y la escatología en un mismo plano. No es para todos los paladares, pero una peli en la que los pedos de un muerto son parte esencial de la trama hay que verla sí o sí. Algo casi kamikaze.
05. DON´T BREATHE
Hay películas que tienen un algo que las eleva por encima de sus competidoras directas. DON´T BREATH podría haber sido un pasatiempo terrorífico de usar y tirar, pero Fede Álvarez la convierte en un juguete audiovisual que es puro cine. Todo, desde la puesta en escena hasta la fotografía (esa iluminación ácida, eléctrica), el ritmo y el sonido, todo digo son herramientas bien cabronas en manos del uruguayo, que tiene un único objetivo: tensar nuestros nervios bajo su batuta, y vaya si lo consigue. Por algo a este oficio se le llama "dirigir". Bravo Fede.
04. THE WAILING
Los coreanos (del sur) lo siguen petando muy duro. Amigos mayormente del thriller urbano hipervitaminado, el bueno de Na Hong-jin traslada la acción a un entorno rural y tiñe la alambicada trama de una sensación de premonición y peligro constante con ribetes sobrenaturales que se mete bajo la piel. Asumiendo que su metraje es generoso, y que los bandazos tonales son los habituales (aquí vamos del drama a la comedia, pasando por el terror... o incluso el western!), la confusión y la capacidad de sorprender juegan a su favor para, a la postre, construir una película hipnótica, extraña, sobrecogedora y, ante todo, muy hermosa.
03. SWISS ARMY MAN
Dicen que lo sublime es hermano de lo ridículo. Esta película lo demuestra con creces. Carne hipster por definición (Sundance forever), las gafapastiles influencias de los Daniels (el dueto que firma la cosa), que a veces rozan la autoayuda simplona, se ven mitigadas por la tronchante, incensante y militante obsesión de formular una especie de comedia existencial absurda, que no hace ascos a lo infantil combinado con lo macabro, fantasía y la escatología en un mismo plano. No es para todos los paladares, pero una peli en la que los pedos de un muerto son parte esencial de la trama hay que verla sí o sí. Algo casi kamikaze.
Cuando algún incauto me asalta con sentencias tipo "el cine yanqui sólo son dólares" o "el cine indie murió hace años" (con el tono ese de "tú antes molabas más"), yo pronuncio dos palabras: Jeff Nichols. Con sólo cuatro películas en su haber, este tío ya es uno de los imprescindibles, y con MIDNIGHT SPECIAL finalmente se zambulle en el fantástico, el género de todos los géneros, algo que ya latía en la estupenda TAKE SHELTER. Es momento pues de reivindicar esta elegante e intrigante road movie, homenaje a dos maestros: Steven Spielberg (minimizando sus ñoñerías) y el gran John Carpenter. Segunda muestra de ciencia-ficción maciza del año. Gran película.
01. THE ARRIVAL
Que el señor Denis Villeneuve viene pisando fuerte lo llevamos avisando unos cuantos años (por aquí ENEMY fue de lo mejor de 2014). Con THE ARRIVAL ha confirmado que es uno de los pocos realizadores capaz de moverse como pez en el agua en películas de gran presupuesto sin ceder ni un ápice su manera de entender en cine y de narrar historias. ¿Superproducción de autor? No sabría decir, pero lo que sí sé es que esta película de ciencia-ficción en su sentido más amplio y puro (cuando es una lucha de ideas y no de fuegos artificiales) agarra por las solapas desde el principio, te lleva de la mano con ritmo sedante y tensión contenida y luego, si has sido observador, te suelta en medio de un puzzle conceptual que, oh milagro, no destierra la pura emoción humana, a pesar (o gracias a) una narración fragmentada que se ajusta como un guante al fondo de la cuestión. Hectópodos, posos de café y amor cuántico para la peli del año, seguramente.
13:31 |
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Primicia mundial recién salida del horno: primer teaser de
JUST THE BEGINNING
Desarrollado por THE BEAT #7, la productora de ESDIP, escuela de arte, un proyecto ambicioso en el que colaboran alumnos, profesores y profesionales de la animación. Habrá que esperar hasta noviembre para disfrutarlo en todo su esplendor, mientras tanto... seguiremos informando.
Permanezcan atentos a sus pantallas.
Parque temático:
Animación,
asuntos internos,
Ciencia-Ficción,
Comedia,
Cortometrajes,
Trailers
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0:22 |
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Otra serie policíaca, un neo-noir contemporáneo. Dos seres complejos que hablan masticando las palabras, muchas veces dentro de un coche yendo y viniendo a sitios. Un interrogatorio a dos bandas, una larga conversación, una historia fracturada en la mitad. Un flashback que hace sonar sus ecos en tiempo presente. Dos tipos sentados frente a una cámara, confesando (mascullando) dos existencias entrelazadas con ritmo sereno. En este thriller las pistolas impactan por su mesura. No hay persecuciones, sólo un par de gritos. Hay que esperar cuatro horas para el vislumbrar el primer (y único) tiroteo, abandonados en medio de un plano-secuencia para los anales.
Detectives en los pantanos dentro de un ritual eterno. Los códigos de TWIN PEAKS (simbología, misterio, trascendencia) asimilados por David Fincher (desolación, desaturación, nihilismo). Ecos de Lovecraft, Nietzsche, Robert Chambers (el Rey Amarillo) y, por supuesto, Ambrose Bierce, padre de Carcosa. TRUE DETECTIVE. Hermoso final. La única historia: el pulso ancestral entre la luz y la oscuridad. Cuando la pantalla de la tele se queda muy pequeña. No necesito segunda temporada. Excepcional.
18:04 |
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Noche de duetos en las DELICATESSEN de Sesión Golfa, ya sabéis, ese grupúsculo de películas que por diversas, y subjetivas razones (algunas en plan hooligan) se merecen ovación y otra birra. Sin categorías ni clasificación ni orden ni concierto. Muchas de ellas podrían haber estado perfectamente entre LA MEJORES. O no.
BIG BAD WOLVES / CHEAP THRILLS
Dos thrillers jugetones, con humor negro como brea caliente. Según Tarantino, BIG BAD WOLVES es la mejor película del año. No es para tanto, pero nadie puede negar que esta sorpresa israelita engancha desde el minuto uno con un ejercicio de estilo y mala leche reconcentrada, donde los conceptos morales revolotean como buitres esperando devorar la carroña humana de la que se nutre la película entre golpe y hachazo. Larga, mezquina, cruel, y muy divertida, con sus salidas de tono bastante incomprensibles (como mi colega Emil, yo tampoco entiendo lo del palestino a caballo). Menos thriller y más comedia, CHEAP THRILLS comparte espíritu cafre pero añade un punto de gamberrismo y desmadre extra. La premisa, que ya de por sí es cojonuda, sabe desarrollarse con ritmazo y mala baba constante en un macabro concurso que juega con los límites éticos de un par de personajes despreciables con los que es fácil conectar. Todos tenemos un precio, punto y pelota. La presencia de la encantadora Sara Paxton acaba por redondear una película brillante y vibrante, cuyo único (y relativo) "pero" es no querer trascender del puro divertimento sangriento.
THESE FINAL HOURS / AL FINAL TODOS MUEREN
Si un apocalipsis acabase con el planeta en una cuenta atrás, ¿qué harías en tus últimas horas de vida? Ese juego mental que todos hemos hecho ebrios y con los colegas es la premisa argumental sobre la que se cimentan dos películas que no pueden ser más distintas. THESE FINAL HOURS, australiana (ergo polvo, mugre y mucho sol, a espuertas) presenta una road movie como de cercanías que gusta de manosear el thriller e incluso el drama romántico cuando le viene en gana, creciendo según avanza la sencilla pero efectiva trama (con niña, advierto). Y la cosa funciona la mar de bien, incluso con un plano final "del copón" en el que otros hubiesen hecho el ridículo. AL FINAL TODOS MUEREN es una marcianada española de muchos quilates. Como toda película de episodios, ésta también es irregular, y aún más cuando cada uno de los cuatro responde a un género distinto, de la comedia al terror. Enmarcados entre un prólogo y un epílogo de Javier Fesser, simplemente brillantes, esconde alguno interesante y uno que es oro puro: el último, que transcurre en una tienda de cómics con tan sólo dos personajes. Merece la pierna darle una oportunidad.
COHERENCE / PREDESTINATION
¿Quién dijo que la física teórica no era divertida? En el extremo opuesto de la ya cargante megalomanía de Christopher Nolan con INTERSTELLAR, COHERENCE es una filigrana doméstica con escaso presupuesto y sobredosis de ideas geniales. Imaginad un relato de Agatha Christie versionado por Stanislaw Lem, o una partida de Cluedo con reglas basadas en la física cuántica y os acercareis algo a la fascinante propuesta de COHERENCE, un diabólico engranaje con ideas visuales brillantes y un final jodidamente... coherente. Redonda dentro de su modestia. PREDESTINATION se tira de cabeza a los derroteros de la serie B más rumbosa (señor Philip K. Dick, paso al frente) a cuento de las paradojas temporales propias de rasgar el continuo espacio-tiempo, ya sabéis, y lleva el concepto de identidad a su máxima expresión-confusión, en un tour de force que pretende acabar con el género paradójico con un triple mortal insuperable por su desfachatez. Y además con agencias secretas del gobierno y terroristas y bombas de por medio, y el siempre eficiente careto de Ethan Hawke liderando el cotarro. Un disfrute, vamos.
DARIO ARGENTO y TOBE HOOPER, los putos amos de NOCTURNA 2014
Pues sí, disfrutar en pantalla enorme de las dos obras maestras de estos maestros, THE TEXAS CHAINSAW MASSACRE y PROFONDO ROSSO, y de su presencia en cuerpo y alma en el festival, no tiene precio. Uno de los momentos cinéfilos más emocionantes del año en el marco del magnífico NOCTURNA 2014, un festival que en su segunda edición ha crecido moderadamente, como debe ser, y que se asienta y desarrolla dentro de sus modestos parámetros. Un evento que todavía es capaz de mantener ese aroma íntimo y personal, diseñado especialmente para cinéfagos como nosotros. Aunque en 2014 han dejado el listón muy alto en lo que a invitados ilustres se refiere, ya esperamos con ansia viva la edición 2015, para disfrutar en la mejor compañía. ¡Cthulhuuuuuu!
DEAD SNOW 2: RED VS DEAD / WRONG COPS
Terminamos con dos demencias fílmicas titánicas, de esas para atesorar y disfrutar codo con codo con los camaradas, cerveza en ristre. Aunque no tienen nada que ver, ambas comparten mala leche reconcentrada, barbarie audiovisual e irreverencia a paladas. RED VS DEAD, la esperadísima secuela de DEAD SNOW no sólo no defrauda sino que supera sin esfuerzo a la primera. Tommy Wirkola logra la cuadratura de círculo con una comedia gore de acción para los anales, que prescinde de molestos tiempos muertos (no es un chiste) para ir al grano (de pus) desde el minuto uno. Holocausto zombie- nazi perfecto, amigos. Queremos cierre de la trilogía ya. Por su parte, Quentin Dupieux sigue a lo suyo, y si todavía no sabéis qué es lo suyo, ya estáis tardando. Inclasificable e irreductible, WRONG COPS desarrolla el particular universo de este galo esquizoide a base de tocar los cojones mediante la risa ofensiva y el absurdo de la existencia dentro de un mundo absurdo. Diamante en bruto (y a lo bruto) que, sin ser su mejor película, mantiene el tipo como una desconcertante patada en la entrepierna. Para paladares con exquisita halitosis.
THESE FINAL HOURS / AL FINAL TODOS MUEREN
Si un apocalipsis acabase con el planeta en una cuenta atrás, ¿qué harías en tus últimas horas de vida? Ese juego mental que todos hemos hecho ebrios y con los colegas es la premisa argumental sobre la que se cimentan dos películas que no pueden ser más distintas. THESE FINAL HOURS, australiana (ergo polvo, mugre y mucho sol, a espuertas) presenta una road movie como de cercanías que gusta de manosear el thriller e incluso el drama romántico cuando le viene en gana, creciendo según avanza la sencilla pero efectiva trama (con niña, advierto). Y la cosa funciona la mar de bien, incluso con un plano final "del copón" en el que otros hubiesen hecho el ridículo. AL FINAL TODOS MUEREN es una marcianada española de muchos quilates. Como toda película de episodios, ésta también es irregular, y aún más cuando cada uno de los cuatro responde a un género distinto, de la comedia al terror. Enmarcados entre un prólogo y un epílogo de Javier Fesser, simplemente brillantes, esconde alguno interesante y uno que es oro puro: el último, que transcurre en una tienda de cómics con tan sólo dos personajes. Merece la pierna darle una oportunidad.
COHERENCE / PREDESTINATION
¿Quién dijo que la física teórica no era divertida? En el extremo opuesto de la ya cargante megalomanía de Christopher Nolan con INTERSTELLAR, COHERENCE es una filigrana doméstica con escaso presupuesto y sobredosis de ideas geniales. Imaginad un relato de Agatha Christie versionado por Stanislaw Lem, o una partida de Cluedo con reglas basadas en la física cuántica y os acercareis algo a la fascinante propuesta de COHERENCE, un diabólico engranaje con ideas visuales brillantes y un final jodidamente... coherente. Redonda dentro de su modestia. PREDESTINATION se tira de cabeza a los derroteros de la serie B más rumbosa (señor Philip K. Dick, paso al frente) a cuento de las paradojas temporales propias de rasgar el continuo espacio-tiempo, ya sabéis, y lleva el concepto de identidad a su máxima expresión-confusión, en un tour de force que pretende acabar con el género paradójico con un triple mortal insuperable por su desfachatez. Y además con agencias secretas del gobierno y terroristas y bombas de por medio, y el siempre eficiente careto de Ethan Hawke liderando el cotarro. Un disfrute, vamos.
DARIO ARGENTO y TOBE HOOPER, los putos amos de NOCTURNA 2014
Pues sí, disfrutar en pantalla enorme de las dos obras maestras de estos maestros, THE TEXAS CHAINSAW MASSACRE y PROFONDO ROSSO, y de su presencia en cuerpo y alma en el festival, no tiene precio. Uno de los momentos cinéfilos más emocionantes del año en el marco del magnífico NOCTURNA 2014, un festival que en su segunda edición ha crecido moderadamente, como debe ser, y que se asienta y desarrolla dentro de sus modestos parámetros. Un evento que todavía es capaz de mantener ese aroma íntimo y personal, diseñado especialmente para cinéfagos como nosotros. Aunque en 2014 han dejado el listón muy alto en lo que a invitados ilustres se refiere, ya esperamos con ansia viva la edición 2015, para disfrutar en la mejor compañía. ¡Cthulhuuuuuu!
DEAD SNOW 2: RED VS DEAD / WRONG COPS
Terminamos con dos demencias fílmicas titánicas, de esas para atesorar y disfrutar codo con codo con los camaradas, cerveza en ristre. Aunque no tienen nada que ver, ambas comparten mala leche reconcentrada, barbarie audiovisual e irreverencia a paladas. RED VS DEAD, la esperadísima secuela de DEAD SNOW no sólo no defrauda sino que supera sin esfuerzo a la primera. Tommy Wirkola logra la cuadratura de círculo con una comedia gore de acción para los anales, que prescinde de molestos tiempos muertos (no es un chiste) para ir al grano (de pus) desde el minuto uno. Holocausto zombie- nazi perfecto, amigos. Queremos cierre de la trilogía ya. Por su parte, Quentin Dupieux sigue a lo suyo, y si todavía no sabéis qué es lo suyo, ya estáis tardando. Inclasificable e irreductible, WRONG COPS desarrolla el particular universo de este galo esquizoide a base de tocar los cojones mediante la risa ofensiva y el absurdo de la existencia dentro de un mundo absurdo. Diamante en bruto (y a lo bruto) que, sin ser su mejor película, mantiene el tipo como una desconcertante patada en la entrepierna. Para paladares con exquisita halitosis.
21:52 |
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Hola. Tras unos meses de ausencia Sesión Golfa regresa, efectivamente, con las listas. Como es tradición popular, arrancamos la cosa con LO MEJOR del año que termina, un 2014 en el que servidor no ha tenido una clara aspirante al número 1, ni por asomo, por lo que esta lista ha sido un jodido dolor de cabeza. Doce meses un tanto fofos en cuanto a cine incontestable (excepto HER, que de ser de 2014 hubiese sido la más mejor), pero preñado de un buen número de curiosidades y marcianadas de variado pelaje. Un año tan raro que en vez de 15 son 17, y por vez primera premio ex aequo. Algunas ya fueron reseñadas por estos lares, así que probad a pinchar los posters. En breve seguiremos con la DELICATESSEN y las siempre esperada lista (cuchillos en mano) de LO PEOR. Vamos al lío.
15. HONEYMOON
Brillante opera prima de la cineasta Leigh Janiak, HONEYMOON es una de esas de las que es mejor no saber nada antes de verla. Su primera media hora puede despistar al ávido consumidor de horrores viscerales, pero es necesaria para encarar el resto del metraje, todo un prodigio del "menos es más" que logra inquietar, y mucho, gracias a una pareja protagonista perfectamente construida e interpretada dentro de un trama en la que lo ominoso infecta como un virus la plácida cotidianidad de la historia. El único "pero" es que el espectador con más tablas, quizás, resuelva el enigma demasiado pronto.
14. THE HOBBIT: BATTLE OF FIVE ARMIES
Que si Jackson ha perdido la magia, que si EL HOBBIT es peor que los ANILLOS, bla, bla. No voy a negar que el orondo neocelandés se autocita a cascoporro, pero también es innegable que el cierre definitivo a la Tierra Media destila calidad y sentido de la aventura a paladas, siendo ésta la mejor de las tres por su sabia combinación de momentos épicos con intimistas, algo paradójico en una peli que es, básicamente, una batalla de dos horas y pico donde los personajes encuentran su hueco para respirar y emocionar al respetable. Gracias por el viaje Peter.
13. AUTOMATA
Aunque la han puesto mayormente a parir (todavía algunos esputan "serie B" como un insulto, ilusos), la segunda película del español Gabe Ibañez, sin ser ni mucho menos una obra redonda, tiene los suficientes alicientes como para no dejarla escapar. Cierto es que los referentes son demasiado evidentes (esos que van de Asimov a Arthur C. Clarke, pasando, obviamente, por BLADE RUNNER), pero Ibañez, con una exquisita puesta en escena, una factura técnica impecable y las ideas muy claras, logra elevarse por encima de todos ellos con una película honesta y cálida a pesar de sus aristas.
12. THE ROVER / YOUNG ONES
La primera dupla de la lista arrejunta dos películas post-apocalípticas que juegan a dos manos con los resortes del western clásico de hálito existencial, dos filmes polvorientos, sucios y secos con curiosos destellos cercanos a una ciencia-ficción "práctica" en un mundo desolado, en especial YOUNG ONES, repleta de pequeños detalles bien curiosos. Ambas son películas recias y rocosas, de personajes duros y bien definidos, beneficiadas por un casting excepcional en el que Guy Pearce y Michael Shannon respectivamente (ahí es nada) dominan el cotarro, sin olvidar a un cada día más sorprendente Robert Pattinson post CREPUSCULO, un tipo que en THE ROVER rubrica su mejor interpretación hasta la fecha. Dentro de estos parámetros, THE ROVER tira más hacia el thriller con visos de road movie (ojo al australiano David Michod, que ya nos regaló hace unos años la magnífica ANIMAL KINGDOM), mientras que YOUNG ONES es una personal revisión, como comentaba, del western de colonos y granjeros. Recomendadas ambas con los ojos cerrados.
11. THE BOXTROLLS
Tras esa obra maestra titulada CORALINE y la estupenda PARANORMAN, la gente de Laika nos regala otra joyita para los anales. En la vanguardia de la animación mundial hoy en día (cuidado gente de Pixar, que os pisan los talones), Boxtrolls triunfa en su fastuoso diseño de producción y en una trama que, aunque demasiado previsible, sabe sacar oro de los detalles más sombríos/delirantes y al cínico subtexto político. Si gente como Eric Idle (Monty Python) o Simon Pegg se han implicado en la película por algo será. Para toda familia con niñ@s inteligentes.
10. GUARDIANS OF THE GALAXY
Que la más redonda y difrutable película Marvel hasta la fecha sea también la primera comedia coral Marvel, y que la haya dirigido (y guionizado) un cretino hijo de Troma ya es, de por sí, motivo para el aplauso. Pero si además estamos ante el mejor blockbuster del año y algo parecido a la space opera perfecta post-Star Wars ya es de traca. James Gunn sabe insuflar espíritu de serie B (o Z) en cada fotograma de esta gozosa fiesta audiovisual de dos horas de ritmo trotón pero nunca apelotonado. ¡¡Rock n´roll!!
09. TUSK
Ultimamente al ídolo indie Kevin Smith no hacen más que decirle eso de "tú antes molabas más", como a Tarantino. Parte del fandom le ha dado la espalda, indignado, justo cuando el bueno de Smith está rodando sus películas más arriesgadas, pringando su sentido del humor de puro cine de género. TUSK bascula entre la comedia indie con mala leche a paladas (of course), el torture porn y, directamente, el esperpento (ese detective). TUSK es pura demencia, amigos, así que no busquéis info antes de verla: lanzaos sobre ella sin paracaídas.
08. LOCKE
Ejemplo de thriller minimal en su máxima expresión, LOCKE sólo necesita un coche, un teléfono y un viaje nocturno en tiempo real para tenerte pegado a la pantalla como una lapa. Eso y la magnética, sobrenatural presencia e interpretación de Tom Hardy, un animal que con esta película adelanta con autoridad a otros guaperas de su generación. A pesar de algunos detalles discutibles y un final algo anticlimático, LOCKE puede ser el mejor thriller del año, sin policías corruptos, justicieros de la vida ni pistolas de por medio. Bravo.
07. found.
Aunque hubo películas muy interesantes en el pasado Nocturna 2014, found. se lleva la palma por bruta, incómoda y radical hasta sus últimas consecuencias. Pervirtiendo varias normas del "cine con niño" (a Spielberg le daría una embolia), found. ataca por impregnación y poco a poco se te mete bajo la piel, escarbando en las cloacas de la clase media yanqui (y por ende, mundial), apuntando donde nadie quiere mirar, al horror ético que anida bajo la superficie. Y con un plano y frase final grabado en las retinas para siempre. Para vosotr@s, valientes.
06. UNDER THE SKIN
Más allá del publicitadísimo (y valiente) despelote integral de la Johansson, UNDER THE SKIN es un reto. Sci-fi cerebral sin asideros para el espectador (nada se explica), prácticamente sin diálogos, con secuencias-espejo que se repiten dentro de una narración gélida, Jonathan Glazer planta su película en un punto equidistante entre el cine experimental y abstracto (atención a la intro) y el terror de autor. Aunque algunos de sus logros sean discutibles, sólo por su valentía kamikaze merece estar aquí. Kubrick hubiese aplaudido algunas de sus más impactantes secuencias. Bravo.
05. THE GRAND BUDAPEST HOTEL
Reconozco que la primera vez en pantalla grande me dejó un poco frío, pero su segundo visionado la ha elevado a los altares del año. Wes Anderson sigue en sus trece y firma cada plano de esta hermosura de película con su sello personal e intransferible, con una estética y una composición exquisita sólo al alcance de unos pocos. Con un casting de ensueño, Anderson inunda de melancolía nuestros ojos mientras nos cuenta una fábula sólo amable en la superficie, que esconce amargura y nostalgia a partes iguales. Mayúscula.
04. ONLY LOVERS LEFT ALIVE
Tras algunas películas un tanto chusqueras, autocomplacientes y sí, aburridas, Jim Jarmush vuelve a ponerme cachondo con su particular visión del vampirismo, con una de esas películas con las que conectas o no conectas, simplemente. A mí ha logrado persuadirme, hipnotizarme con estos chupasangres conscientementes demodé, de una exquisitez y delicadeza poética, todo impregnado de cierto aroma a desengaño pero que, albricias, te transmite euforia por estar vivo. Curioso para un no-muerto. Grande Jarmush.
03. THE BABADOOK
Sin duda, una de las sorpresas del año. La directora australiana Jennifer Kent (segunda realizadora en la lista, bien) debuta con un modesto cuento de terror infantil que es mucho más de lo que aparenta en un principio. Jugando con muy pocos elementos, una sensación constante de asedio mental y una precisa iconografía, THE BABADOOK poco a poco va desgranando todo un recital de horrores en los que anida en el dolor, la pérdida, la obsesión y otros demonios cotidianos, activados por una imaginación salvaje. Mucho más Polanski que James Wan. Casi redonda.
02. SNOWPIERCER
Olvidada demasiado pronto, es hora de reivindicar a gritos la mejor película de ciencia-ficción (o no) del año. Bong Joo-ho triunfa sin matices con su semi-salto a las hechuras hollywoodienses con una claustrofóbica epopeya futurista con un pie en el puro espectáculo de acción (sep, los coreanos siguen siendo los putos amos en esto de coreografíar ballets de balas) y otro en la reflexión política. La lucha de clases vagón a vagón dentro de un tren desbocado sin rumbo da pie a un espectáculo cautivador, enérgico, dramático y bello, tan hipercinético como cerebral. Hay que moverse hacia delante.
01. ENEMY / THE DOUBLE
Por primera vez en Sesión Golfa, premio ex aequo y un nº 1 por el que me ha costado horrores decidirme. Adaptaciones (poca broma) de José Saramago y Fiodor Dostoievski respectivamente, supongo que están aquí por mi fascinación personal por el tema de ambas: el doble (y porque son dos peliculones, tan distintos como complementarios). Denis Villeneuve ya lo llevaba avisando, y con ENEMY confirma todo su poderío tras las cámaras. Una pesadilla cocinada a fuego lento que hunde sus fauces en el thriller psicológico más denso y lynchiano, abrazando sin tapujos lo onírico, psicótico y existencial, con una innata capacidad para crispar los nervios y desnortar al respetable (sigo flipando con ESE plano final). Mr Gyllenhaal responde al reto con un trabajo soberbio. Por su parte THE DOUBLE tira por la comedia muy negra en un entorno distópico con evidentes hechuras kafkianas, una especie de fábula retrofuturista (¿alguién ha gritado BRAZIL?) que sorprende, mosquea y engancha desde la primera secuencia. Una película sumamente inteligente que también coquetea, incluso, con la comedia romántica más raruna y la sátira social. Richard Ayoade logra armonizar todos estos ingredientes en su peculiar y personal guiso y nos regala un plato exquisito que, sospecho, será reivindicado en un (retro) futuro próximo. Y ese chaval, Jesse Eisenberg, cada vez mejor, oiga. No la dejéis escapar.
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