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LO IMPOSIBLE/España/2012
Celebro muy mucho que LO IMPOSIBLE haya sido un pelotazo a escala mundial. Me alegro de que su éxito le haya abierto las puertas a Juan Antonio Bayona al mercado internacional, y que ya tenga megaproyecto en ciernes en los USA. Y aplaudo que haya batido todos los records de taquilla en España y que miles de seres humanos se hayan deshecho en lágrimas y elogios con esta película. Sólo por ella (y por LAS AVENTURAS DE TADEO JONES) la recaudación anual no ha sido un desastre. Lo digo en serio, me alegro. Pero la verdad es que LO IMPOSIBLE me ha parecido una peli regulera. Técnicamente brillante, por momentos impresionante, la segunda obra de J. Bayona, que se presupone un drama humano con mayúsculas, cojea en lo más chungo: sus personajes y su (nula) construcción dramática. Apenas hay un esbozo desarrollado de sus protagonistas, plasmado en un prólogo que suena a impostura y a cartón piedra, poco creíble y nada empático. Y cuando la gran ola arrasa, la evolución de esos seres humanos es nula: es de suponer que tal experiencia cambia la vida de las personas, pero eso nos lo tenemos que suponer, precisamente. Con un guión renqueante, sus criaturas terminan igual que empiezan, amándose mucho, pero poco más podemos sacar en claro del trauma existencial que sufren en sus dolidas carnes. Si una buena historia (cualquier historia) es la crónica de una evolución, de un cambio, en LO IMPOSIBLE un concepto tan básico queda sepultado en un mar de lágrimas y gritos, literalmente. Porque Bayona, fruto de la inexperiencia vital o de la juventud, seguramente, no está cómodo con un relato tan tremebundo, y se limita a plasmar en imágenes esa tan publicitada "historia real", incapaz de trascender de lo particular a lo universal, utilizando los resortes más facilones del drama (personajes que constantemente gritan y lloran para mostrar su dolor, igual que en los culebrones) para arrancar la emoción rápida en el respetable. LO IMPOSIBLE acaba resultando una película pretenciosa porque nunca termina de despegar de verdad, y su ambición es mucho mayor que su escasa amplitud de miras, algo que roza la ofensa cuando toda la historia está centrada en esta familia de turistas, y las víctimas nativas, miles, apenas resultan figurantes o, en el mejor de los casos, secundarios sin frase. Si en toda buena película su director ha de imponer, como mínimo, un punto de vista sobre lo que está contando, aquí Bayona se esconde detrás de los propios hechos reales, confiando en que la potencia de la historia emocione por sí misma. Uno termina de ver LO IMPOSIBLE y, realmente, da la sensación de no haber aprendido nada nuevo acerca de este desastre. Eso sí, aplaudo su honestidad cuando le regaló en directo el Goya a Mejor Dirección a la María real de la historia, dejando a las claras que ella (y su familia) son LO IMPOSIBLE, y que él ha funcionado como un mero escriba de su historia. Pero eso, amigos, no es síntoma de cine de altura, ni de lejos. Se abre el debate...

- Lo mejor: todos los apartados técnicos, apabullantes, y la secuencia onírica hacia el final, un oasis de talento visual en  un desierto de lugares comunes

- Lo peor: no se profundiza ni se analiza ni se toma partido sobre nada de lo que se está contando, culpa de un guión mediocre y un dibujo de personajes inexistente

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MAMÁ/Canadá-España-Argentina/2013
El fabuloso prólogo de MAMÁ te deja pegado a la butaca como una babosa, brillante pieza de suspense y horror que tiene valor por sí mismo y anuncia lo que está por venir: un notable ejercicio de estilo que resulta de la tensión entre la tradición absoluta (o el tópico, si preferís) y la tímida pero efectiva innovación en ciertos detalles que la elevan por encima de la rutinaria media. MAMÁ asienta sus entrañas en las esencias más clásicas del cuento de terror gótico, trufado con otros elementos argumentales (el mito del "niño salvaje", mayormente, aquí por duplicado) y un dibujo de protagonistas preciso y creíble con el que es fácil empatizar y que no son simple carne de cañón, ¡aleluya!. Si en su primer tramo la película se apropia de los códigos genéricos propios de las casas encantadas, paulatinamente la cosa deriva hacia un drama gótico con una potente carga  emocional que, en esencia, es el enfrentamiento entre dos figuras maternales: la "mater" absoluta, terrible y mitológica, y la madre "por obligación", forzada por las circunstancias a desarrollar ese sentimiento. Así, la peli cuestiona no sólo el propio concepto de maternidad (ninguna de las madres es la madre biológica de las niñas) y dibuja un interesante perfil para las propias niñas, cuyo punto de vista y capacidad de elección son fundamentales en la resolución de esta hermosa historia, una vez, eso sí, que todos los personajes masculinos desaparecen, porque sobran. Jessica Chastain toma las riendas de la función defendiendo con garras y dientes a su potente y atípico personaje en un in crescendo dramático que el bueno de Muschietti sabe dosificar con algunas secuencias brillantes que exprimen a tope la capacidad de sugerencia (atención al plano fijo de la pequeña jugando con la toalla rosa en su habitación, y cómo utiliza el movimiento de los personajes en cuadro y la profundidad de campo: magistral, o cómo juega con algo tan sencillo como el cambio de dirección de la mirada para provocar pavor) pero, lamentablemente, también con otras demasiado rutinarias (hay unos cuantos y predecibles ¡tachán! que buscan el sobresalto por la vía rápida), incluidos esos molestos secundarios (el psiquiatra, la tía estirada) que se mueven con el piloto automático y no aportan nada a la función. Un poco de grasa que no enturbia demasiado este jugoso, hermoso y sabroso solomillo gótico, al que Guillermo del Toro, productor, regala un par de frases literales de cosecha propia (las que definen la propia naturaleza del fantasma, sableadas de EL ESPINAZO DEL DIABLO) y no pocos detalles visuales (los insectos, el look de Mamá, el poderío de la mirada infantil), marcando a fuego su personal visión del relato gótico, tal y como hizo recientemente con la estupenda DON´T BE AFRAID OF THE DARK. Sólida, elegante, inquietante y sorprendentemente emocional, MAMÁ es otro paso en firme en la faceta de Del Toro como productor, y que pone en el mapa al talentoso Andy Muschietti. Para disfrutar en buena compañía, amigos.

- Lo mejor: su poética y terrible belleza, la elegante puesta en escena de Muschietti y la interpretación de todas las féminas, en especial el sobrenatural trabajo de las dos crías

- Lo peor: los molestos resortes de siempre para lograr el susto fácil y los secundarios, rutinarios y con poca chicha

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FIN / España / 2012
Ahora que los cavernícolas en sus poltronas mediáticas arengan al espectador para que acuda a ver cine francés o yanqui a las salas, pero nunca español (curioso retorcimiento de ese patriotismo que tanto reclaman constantemente entre babas y gritos), sobando argumentos absurdos repetidos como loros, demostrando otra vez que no tienen ni puta idea de cómo funciona la industria española (ni la francesa, de paso), y como consecuencia insultando la inteligencia del espectador. Ahora que los premios Goya, a nivel cinematográfico, demuestran de nuevo que sólo se premia "lo que hay que premiar", con riesgo cero y clamorosas ausencias en las nominaciones. Ahora es el momento, por todo esto, de recuperar la que seguramente sea la película española de 2012 que más palos se ha llevado, a diestro y siniestro: FIN, debut en el largo del televisivo Jorge Torregrossa. Desconozco la novela que adapta, pero intuyo que tiene los mismos problemas que la película: una buena idea de base, llena de posibilidades, pero que es incapaz de desarrollarse a lo largo de la historia. FIN se encuadra dentro de ese cine fantástico más metafórico que literal que pone al respetable en una incómoda posición a causa de la absoluta falta de explicación de la trama. Esa frustración, creciente según avanza la película, se vuelve casi insoportable en su no-resolución, un final tan abierto como el mar en el que navega el velero, sugerente, sí, pero al que le falta una ración extra de peso dramático o alguna pista adicional que permita dejarnos poso. FIN presenta con acertado ritmo el tenso rencuentro de este grupo de amigos (a destacar el breve papel de Antonio Garrido/Rafa, actor de raza y presencia), apuntala con convicción el nudo de la trama cuando sus apocalípticas cartas se ponen sobre la mesa, con una puesta en escena más que competente, elegante, pero la cosa se queda ahí. No hay desarrollo, no hay sorpresas y no hay desenlace en realidad, pues los personajes se acaban comportando como autómatas. A su favor, una serie de ideas argumentales y visuales que encienden una chispa que nunca acaba de arder, algunas de ellas inquietantes (la desaparición de una estrella en el firmamento), incluso de poso loco y surrealista (el león en el embarcadero), pero que a un servidor, lejos de molestar (¿de qué narices huyen las cabras? ¿por qué están tan hambrientos los perros? ¿se para tu reloj cuando mueres? ¿a qué huelen las nubes?...) me agradan en su desvarío y absurdo. Fallida e incompleta, pero raruna por naturaleza y con los suficientes alicientes para echarle un vistazo.

- Lo mejor: el buen montón de detalles sugerentes que trufan todo el metraje

- Lo peor: la película se estanca a mitad de la función y ya no avanza en absoluto, ni argumental ni visualmente

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FAQ ABOUT TIME TRAVEL
Inglaterra/2009
Pequeña y agradable sorpresa me he llevado con esta peliculita inglesa de hace unos años, un telefilm producido por la HBO y la BBC, una delicatessen para cualquier aficionado a la ciencia-ficción en general y al siempre estimulante asunto de los viajes en el tiempo en particular. Planteada casi como el piloto de una sitcom, con ajustado presupuesto, escenario único pero mutante (un pub, ¡of course!), y un reducido elenco, demostración palpable otra vez que donde hay un guión con chispa y talento, buenos intérpretes y una óptima utilización de recursos, lo demás (estrellas en el casting, despiporre de efectos digitales, metraje desmesurado...), pues sí, sobra. Imposible no dejarse vencer por la catarata de diálogos sabrosones disparados a la velocidad de la luz por los tres amigotes, que manejan con soltura conceptos de física especulativa con constantes guiños a la cultura pop y, por ende, a nosotros mismos, consumidores voraces de todas las referencias que en esta joyita se acumulan una detrás de otra. Imposible no disfrutar como un macaco en celo de las peripecias espacio-temporales de estos mastuerzos bebedores de pintas, progresivamente más y más hilarantes y que, como tiene que ser, culminan en un delirium-tremens conceptual en el que la propia esencia de las paradojas cuánticas se desmadra exponencialmente en todas direcciones. Lo que en otras manos (norteamericanas, por ejemplo) hubiese dado como resultado un pastiche paródico sin mucho más que ofrecer que el chorreo constante de citas a otras películas, FAQ ABOUT TIME TRAVEL supone uno de los ejemplos más divertidos, trepidantes e inteligentes de este pantanoso subgénero. Y, quién me lo iba a decir, tengo que destacar la entregada y algo surrealista interpretación de Anna Faris y, por supuesto, el constante tono entre frikismo, sarcasmo y absurdo, tan inglés y tan gozoso, todo ello condensado en unos 80 minutos que pasan volando. No es una obra maestra de la ciencia-ficción, ni lo pretende. A recuperar a la voz de ya.

- Lo mejor: su frescura, rapidez y progresivo delirio, que te dejan con ganas de más

- Lo peor: su plana e impersonal factura televisiva

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THE ABC´S OF DEATH / 2012
26 cortos para 27 directores del mundo entero, toda esta tropa: Kaare Andrews (ALTITUDE), USA, Angela Bettis (ROMAN), USA, Ernesto Diaz Espinoza (MIRAGEMAN), Chile, Jason Eisener (HOBO WITH A SHOTGUN), Canada, Bruno Forzani and Helene Cattet (AMER), Belgium, Adrian Garcia Bogliano (SUDOR FRÍO), Mexico, Xavier Gens (FRONTIERE(S)), France, Jorge Michel Grau (SOMOS LO QUE HAY), Mexico, Noburo Iguchi, (ROBO GEISHA), Japan, Thomas Malling (NORWEGIAN NINJA), Norway, Anders Morgenthaler (PRINCESS), Denmark, Yoshihrio Nishimura (TOKYO GORE POLICE), Japan, Banjong Pisathanakun (SHUTTER), Thailand, Simon Rumley (RED, WHITE & BLUE), UK, Marcel Sarmiento (DEADGIRL), USA, Jon Schnepp (METALOCALYPSE), USA, Srdjan Spasojevic (A SERBIAN FILM), Serbia, Timo Tjahjanto (MACABRE), Indonesia, Andrew Traucki (THE REEF), Australia, Nacho Vigalondo (LOS CRONOCRÍMENES), Spain, Jake West (DOGHOUSE), UK, Ti West (HOUSE OF THE DEVIL), USA, Ben Wheatley (KILL LIST), UK, Adam Wingard (A HORRIBLE WAY TO DIE), USA, Yudai Yamaguchi (YAKUZA WEAPON), Japan. Las reglas: a cada uno se le asigna una letra del abecedario para asociarle una palabra clave y a partir de ahí total libertad creativa, con un raquítico presupuesto medio por corto de 5 mil $, sin que ninguno sepa qué están haciendo los demás y una sola idea de base: la muerte. Resultado: una caraja de impresión. 26 historias, lógico, dan para mucho (o para muy poco). Cada una de su padre y su madre. Irregular por su propia naturaleza, la sensación general es que excepto un par de historias, sus responsables no se han tomado demasiado en serio el proyecto, y si hay algo común es la tendencia al despiporre, el humor grueso y la autorreferencia propia y de género. En general los nombres más reconocidos pinchan (E is for EXTERMINATE de Angela Bettis y B is for BIGFOOT de Adrián García Boliano son malas, G is for GRAVITY de Andrew Traucki y en especial M is for MISCARRIAGE de Ti West auténticas tomaduras de pelo), los orientales siguen con sus graves desequilibrios mentales y sus ultragores desparramos de vísceras, escatología porno y absurdeces delirantes, algunas cachondas, otras muy cargantes. Luego un buen puñado de historietas simplemente simpaticotas en los territorios de la serie B y Z (S is for SPEED de Jake West tiene su puntito grindhouse con buena resolución y lo de Y for YOUNGBUCK de Jason Eisener no tiene nombre...). Destacar también que los tres fragmentos de animación son de lo más divertido de la función, con diferencia. Y finalmente ese grupúsculo de joyitas escondidas entre tanto delirio. Las más mejores: A is for APOCALYPSE de nuestro Nacho Vigalondo, agresiva, efectiva y con ese puntito socarrón tan personal; D is for DOGFIGHT de Marcel Sarmiento, impactante, relevante y con una realización asombrosa; O is for ORGASM de Bruno Forzani & Héléne Cattet, una virguería audiovisual que es pura orfebrería sensitiva y X is for XXL de Xavier Gens, brutalidad pura al estilo galo con suficiente carga de mala leche nihilista como para no pasar desapercibida. Así pues, esto es lo que hay: un batiburrillo de género más bien corto de ambición que se mira demasiado el ombligo, sólo apto para caníbales del horror como nosotros, pero que contiene entre sus tripas algunos (escasos) destellos de puro genio que justifican su visionado. A vuestra elección queda.

- Lo mejor: no da tiempo a aburrirse, cuando estamos sufriendo algo pésimo en seguida se cambia de tercio y a otra cosa

- Lo peor: calidad media bastante regulera y tono demasiado tontorrón

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SILENT HILL: REVELATION 3D EEUU / 2012
SILENT HILL, la potente adaptación que Christophe Gans hizo del videojuego más aterrador de todos los tiempos (y uno de los más innovadores), fue un pequeño triunfo. La secuela no podía tardar, pero la cosa acabó dilatándose 6 años y, ya puestos, sumándose a la moda estereoscópica. Planteada como una continuación más o menos directa, con los ganchos del pobre Sean Bean, con un papel tonto y patillero, poco más que un Macguffin, y Radha Mitchell (idem), todo se resume básicamente en repetir el esquema de la primera película con una nueva pareja de jovenzuelos, tomando imágenes aisladas de SILENT HILL 2 (el videojuego), y arrojar a la cara del respetable cuchillos, machetes, cadenas y salpicones digitales cada 5 minutos. Todo embutido en un batiburrillo mesiánico-oscurete-sórdido-yeyé que trata de proporcionar mucho más "impacto" con mucho menos talento y presupuesto, y que salvo en un par de secuencias potentorras (la de las enfermeras-zombis-sadomaso es bien molona) no se acerca ni de lejos a la agobiante atmósfera de la primera, por no hablar de las estratosféricas cotas de tensión, acojone e infartos de miocardio que lograba el videojuego, todavía una obra maestra insuperable del mal rollo interactivo, con un guión sencillamente magistral. Es una pena que el talento del tipo que dirigió aquella joyita reivindicable llamada DEATHWATCH haya acabado desintregado en el maremagnum industrial del cine de género de usar y tirar. Aprobada por los pelos.

- Lo mejor: los cinco minutos de gloria de un desatadísimo Malcolm McDowell, que se lo pasa teta haciendo el cafre con los ojos desorbitados

- Lo peor: que algo en esencia tan aterrador, inquietante y atrevido se haya convertido en una fórmula de multisalas para un público muy poco exigente

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GRABBERS/Irlanda/2012
Arranco con la delicatessen irlandesa GRABBERS una batería de comentarios express de un buen montón de pequeñas y grandes caspas cinéfagas que he deglutido estos días. De la mano de Jon Wright llega otra comedia de terror con aroma a pub, pescadores ebrios y flema inglesa, una monster-movie rural de manual en su desarrollo pero con un par de ideas brillantes y un curioso tono "familiar" que, sorpresa, la hace apta para cualquier público, y que me recuerda muy mucho a algunas joyas ochenteras del palo de CRITTERS o la olvidada TEMBLORES. Siempre en las turbulentas aguas de la Serie B, por supuesto. Y si GRABBERS no es una más, sino algo tan modesto como especial, es por el fabuloso y efectivo diseño de las criaturas en sus distintas fases de crecimiento (de evidentes resonancias lovecraftianas "de tebeo"), con un curro de efectos estimable, y por ese detalle que la hace tan disfrutable (va spoiler, amigos): el habitual punto débil del monstruo es, en este caso... ¡el alcohol!. Así pues, mediado el metraje, todos los personajes de ponen hasta la pata de whisky, pintas y brebajes caseros para evitar ser devorados por las bestias tentaculares, nada traumático teniendo en cuenta que los irlandeses sólo igualan su capacidad para tragar Guinness con la de reirse de sí mismos. Mención especial para la chica de la función interpretada con toda la gracia del mundo por la chispeante Ruth Bradley, la abstemia obligada a emborracharse para sobrevivir, seguramente una de las pocas heroínas ebrias de la historia del cine, que se lleva la película de calle, y que tiene su cénit en la tronchante referencia a la teniente Ripley en ALIENS en determinada escena. Así pues, una joyita simpatiquísima y entretenida, perfecta en sus pretensiones para disfrutar con amigotes y hasta con la abuela si se tercia, con un par de pintas mediante. Recomendada con los ojos cerrados.


- Lo mejor: ese par de detalles que la hacen destacar y el hilarante y entrañable trabajo de Ruth Bradley

- Lo peor: un desarrollo demasiado lineal y sin sorpresas 

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CLOUD ATLAS / EEUU-Hong Kong-Singapur-Alemania / 2012
Dirección: Tom TykwerAndy Wachowski y Lana Wachowski
Guion: Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski; basado en la novela de David Mitchell
Producción: Stefan Arndt y Grant Hill
Música: Tom Tykwer, Johnny Klimek y Reinhold Heil
Fotografía: John Toll y Frank Griebe
Montaje: Alexander Berner
Dirección artística: Uli Hanisch y Hugh Bateup
Vestuario: Kym Barrett y Pierre-Yves Gayraud
Interpretación: Tom Hanks (Dr. Henry Goose / Manager del hotel / Issac Sachs / Dermot Hoggins / actor / Zachry)Halle Berry (mujer nativa / Jocasta Ayrs / Luisa Rey / invitada a la fiesta hindú / Ovid / Meronym),Jim Broadbent (Capitán Molyneux / Vyvyan Ayrs / Timothy Cavendish / músico coreano),Hugo Weaving (Haskell Moore / Tadeusz Kesselring / Bill Smoke / enfermera Noakes /Boardman Mephi / viejo Georgie)Jim Sturgess (Adam Ewing / Huésped del hotel / padre de Megan / Highlander / Hae-Joo Chang / cuñado de Adam/Zachry)Doona Bae (Tilda / madre de Megan / mujer mexicana / Sonmi-451 / Sonmi-351 / prostituta),Ben Whishaw (grumete / Robert Frobisher / dependiente / Georgette / miembro de la tribu)Susan Sarandon (madame Horrox / Ursula Mayor / Yusouf Suleiman / abadesa)Hugh Grant (reverendo Giles Horrox / pesado del hotel / Lloyd Hooks / Denholme Cavendih / Seer Rhee / jefe Kona)


Son curiosas las sinergias de opinión que provienen de Hollywood y que llegan como tsunamis, dignas de estudio. Por ejemplo: ahora toca inflar de prestigio crítico y premios por doquier a una película tan apañada y funcional como ARGO, proclamar que esta peli tan entretenida es poco menos que una obra maestra y alabar sin medida su inteligencia en mimetizar los modos del thriller setentero, un ejemplo sólido de buen cine de estudio, pero que asume cero riesgos. Por otra parte, parece que también toca ignorar por completo (cuando no despreciar abiertamente) CLOUD ATLAS, titánico esfuerzo fruto de la marciana alianza entre los Wachowski Bros (ahora él y ella, Andy y Lana) y el germano Tom Tykwer, un ambicioso proyecto de financiación independiente tirando de coproducción internacional al margen de los grandes estudios yanquis, que a punto estuvo de cancelarse en dos ocasiones, y que sólo pudo salir adelante por el apoyo incondicional de Tom Hanks al frente de esta insólita película, que consiguió distribución de la Warner cuando parecía que todo se iba al garete. Resultado práctico: fracaso total de taquilla en los USA, cachondeo crítico por doquier, ninguneo completo en plena temporada de nominaciones y oropeles, y finalmente, desconcierto general de los fans de MATRIX (y hasta de SPEED RACER, que hay de todo en este mundo) ante una película que exige demasiado al espectador habitual de superproducciones de multisala, productos de usar y tirar  y blockbusters en general.


CLOUD ATLAS es una historia de historias que suceden en distintos escenarios espacio-temporales. Seis relatos entrecruzados que por su propia naturaleza engloban todos los géneros posibles, y el género que los engloba a todos: la fantasía. CLOUD ATLAS no quiere ser experimental, pero mucho menos complaciente.  Su prólogo da buena prueba de ello: el desconcierto amenaza al respetable, un caudal de información visual y sensaciones que arrancan las seis historias por su final a ritmo frenético, para entonces replegarse, desacelerar y presentar cada una de ellas de la forma más clara posible. En esta constante y creciente tensión entre clasicismo y ruptura, entre verdad y artificio, reside el grandioso poder magnético de CLOUD ATLAS. Mientras se desarrollan sus historias, los lazos entre ellas se estrechan y el tiempo subjetivo, el nuestro, pasa como un suspiro, pegado a la pantalla como una lapa. Podemos tener la sensación de estar asistiendo simultáneamente a una especie de teatro de máscaras y narices de goma y a un delicado relato audiovisual que supura honestidad y pasión dentro del artificio. La historia va ganando en densidad, cohesión y tensión a la vez que transcurre con desarmante ligereza durante sus tres horas de hipnótico metraje. La sensación de asistir a una representación, una especie de "teatro de la vida", tal y como lo contaban "los antiguos", es oro puro. Y llegado el tercio final, nos percatamos de que las seis historias son sólo una, que CLOUD ATLAS, por arte de magia, ha enfilado su conclusión fusionando los relatos a través de un montaje cada vez más violento (un curro de diez, empalmando y alternando lineas temporales mediante voces solapadas, bruscos cortes y audaces planos-contraplanos), resonando cada uno dentro de los demás como un todo. Un eco milenario que redunda en la idea de arquetipo que plantea la película, una humanidad que se encuentra en un constante eterno retorno de lucha contra sí misma, una interminable batalla colectiva en la que determinados valores universales inherentes al ser humano siempre hay que volver a pelearlos y alcanzarlos, una y otra vez. Una película que también habla de responsabilidad individual, de igualdad y de pequeñas revoluciones y también, por supuesto, de belleza, otro arquetipo que planea sobre la historia con la forma de la composición musical que la titula. Todo esto mientras los actores hacen hasta seis personajes cada uno, con muchas narices de goma.


Afortunadamente, tanto el magnífico reparto como todos los apartados técnicos acompañan en la aventura. El elenco al completo está a la altura de las circunstancias, cada uno entregándose a su(s) papel(es) con renovadas energías (todos estupendos, mención especial para Tom Hanks y Jim Broadbent), y sacando de su registro habitual a otros cuantos (atención a lo que llega a hacer aquí Hugh Grant), en un trabajo coral tan excéntrico como apasionante una vez que asumes, efectivamente, lo de las narices de goma. Mola ver a toda esta panda de ellas y ellos (también travestidos) perfectamente alineados con el tono del proyecto y disfrutando a manos llenas, como si estuvieran en la obra de teatro escolar más grande y cara de la historia. Entre todos, junto con la indistinguible labor de los tres directores, perfectamente acompasada en sus historias y entre sí, obran el raro artefacto que es esta película, en suma una honesta reivindicación del mismo placer de contar historias en torno al fuego desde los tiempos de las cavernas, como bien se visualiza en su hermoso prólogo y epílogo, un relato que va desde la prehistoria hasta las estrellas.


Pero lo importante con CLOUD ATLAS es que esta mañana me he levantado con sus imágenes y sensaciones aún revoloteando en mi cabeza, un bálsamo de belleza mientras un presidente del gobierno hundido daba una rueda de prensa sin prensa tratando de negar la evidencia. Otra patada en los cojones de desoladora realidad, otro escalón más en la podredumbre totalitaria. Pero las suaves notas de piano de la preciosa banda sonora de Tom Tykwer resonaban en espiral y lograron disipar el nubarrón: la belleza gana la batalla amigos, y el tipo de azul se hacía cada vez más pequeño e insignificante frente a mí, perdido en su pequeño universo intrascendente. Es posible que esté un poco blandito amigos, o aún ligera y agradablemente intoxicado, pero todo eso carece de importancia cuando una peli te llega por sorpresa, te agarra, se esconde dentro de tí y te acaricia la patata. Y eso no es algo que suceda todos los días, precisamente. Si una película quizás parcialmente fallida como CLOUD ATLAS puede fascinar tanto es que camina por la delgada linea roja de la genialidad, en el borde mismo de lo que podría ser un despropósito. No me extraña de Andy y Lana hayan roto su cripticismo habitual y ahora se dediquen a hacer el ganso en los photocalls, regalar sonrisas y hacer entrevistas ingeniosas llenas de orgullo por su criatura. Ya pueden estar orgullosos. Aunque CLOUD ATLAS necesitará el veredicto del tiempo (y de un segundo visionado) para calibrarla como una puñetera obra maestra o un bluff sin sustancia, aquí y ahora me ha dado el mayor subidón cinéfago de lo que llevamos de año. Para mi sorpresa, y sin acabar de entenderlo muy bien, resulta que adoro esta película.

El atlas casi al completo: de izquierda a derecha Susan Sarandon, Tom Twkyer, Lana y Andy Wachowski, Tom Hanks, Halle (ñamñam) Berry, Doona Bae y... Hugh Grant a lo suyo

- Lo mejor: la demostración palpable de algo que puede ser fallido y genial,pretencioso y honesto, profundo y ligero, todo a la vez 

- Lo peor: la acumulación de narices de goma puede distraer un poco al principio, y el tufillo New Age de algunas lineas puede intoxicar a algunos

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