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THE WOMAN IN BLACK/Inglaterra/2012

La histórica Hammer, nunca suficientemente valorada, está de vuelta con intención de quedarse. Trataré de controlar el entusiasmo que este hecho me provoca para calibrar con justicia THE WOMAN IN BLACK, pues la mera presencia de esa marca en los créditos ya, de entrada, me la pone morcillona. Un estudio que supo, en un momento crítico para el género, revalorizar (y en algunos casos revolucionar) los totems clásicos con una claridad de ideas pasmosa (sangre, sexo y subtexto social: ecuación ganadora), empujado por una troupe de artistas y técnicos de todo pelaje, que tuvo como resultado un nutrido puñado de obras maestras sin fecha de caducidad, eternas. En esta nueva etapa, tras más de 35 años desde que echaron el cierre en pantalla grande con TO THE DEVIL A DAUGHTER (1976) (aka LA MONJA POSEÍDA: Nastassja Kinski de novicia satánica... ñaaam), y tras algunos devaneos irrelevantes, deciden continuar allá donde lo dejaron: terror clasicote, goticista y victoriano, y además con estrellita al frente y un tipo sensacional tras la cámara. Parece una apuesta segura. La cosa no arranca nada mal, con esa tensión y elegancia con la que James Watkins sabe sobrecargar cada plano. ¿Cómo, que no habéis visto aún EDEN LAKE? Ya tardáis, herejes, porque os estáis perdiendo una de las mejores pelis británicas de terror (puro y duro, real hasta el dolor) de la pasada década. Aquí, en su segunda peli, tenemos pueblucho en la campiña y caserón encantado aislado por las corrientes marinas. Forastero rebuscando entre una maraña de papeles. Y, por descontado, una vieja maldición secreta. ¿Se puede ser más canónico? Y precisamente éste uno de los dos problemas principales de LA MUJER DE NEGRO: no aporta nada, tan sólo buen oficio. Si lo que se buscaba, desde luego, es ese difuso sentimiento viejuno y algo rancio, tan victoriano él, aquí hay una película notable. Muy hammeriana por momentos, sí. Pero si uno encara esta historia con una mínima exigencia, tratando de encontrar ese detalle brillante, ese giro sorprendente, esa secuencia de quedarse clavado, esa mirada que pone los pelos de punta... pues bueno, la cosa se queda en el aprobado justito. Todo está medido y calibrado para que el juguete funcione, sin salidas de tono ni alardes por la cara. Y aquí llega el otro gran problema de la peli: Daniel Radcliffe. Desconozco su labor en la archifamosa saga del mago adolescente (sólo he visto la primera), pero en THE WOMAN IN BLACK está muy flojo, flojísimo. Entre pasmado y ausente todo el rato. Incapaz de otorgar tensión a un personaje que, aunque sólo sea por su constante presencia, es un caramelo para cualquier intérprete. Respeto su decisión de quitarse de encima la losa potteriana, pero su interpretación en esta película es tirando a lamentable. Con todo esto, resulta difícil valorar LA MUJER NEGRO como algo más que "Harry Potter con una vela por un pasillo" pues, a la postre, ésa es la sensación que deja. Una pena, porque si la peli no es un desastre es por el buen oficio y las tablas del director (atención a la elegancia con la que compone en scope). Una vez más, el artesano detrás de las cámaras es capaz de salvarle el culo a una película que, por guión e interpretación, hace aguas por doquier. Otra vez será, James. Seguimos vigilando, Hammer.

- Lo mejor: el buen ojo de Watkins para sacar petroleo visual de un erial

- Lo peor: Harry Potter

  CABEZAS

1 vituperios:

padawan dijo...

La peli tenía una premisa interesante, aunque, bueno, las casas encantadas siempre han estado ahí y se han tratado mil veces, es complicado aportar algo al género. Y la ambientación que le dan al pantano, la casa, el pueblo... es espectacular.

La película en sí me dio la sensación de ser como el tren de la bruja: sabes cuándo van a venir los sustos y son super obvios pero no dejan de ser efectivos.