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 JONAH HEX / EEUU / 2010
Batacazo de impresión el que se ha dado JONAH HEX en la taquilla yanqui amigos, tanto que ya se ha cancelado su secuela y es posible que no goce de estreno comercial por las europas, como tantas otras dentro de la categoría "próximamente en su Megaupload" (entre ellas, la última de Kevin Smith, que ya se ha confirmado su estreno directo en DVD... extraños tiempos...). Dicen que JONAH HEX es una flagrante traición a su homónimo publicado por DC Comics, pero como no lo he catado, me guío únicamente por el despiporre peliculero, que no es poco. El fantástico es el más caníbal de los géneros, y sus devaneos con el western no han sido muy explotados, aunque nos han dejado curiosas muestras a lo largo de los tiempos. Sin ser nada exhaustivo, tenemos desde delirios psicotrópicos sesenteros de la calaña de BILLY THE KID VS DRÁCULA (!) y JESSE JAMES MEETS FRANKENSTEIN´S DAUGHTER (!!), pasando por EL TOPO de Jodorowsky (aún más psicotrópico), ALMAS DE METAL de Michael Crichton, EL DESAFÍO DEL BÚFALO BLANCO de J. Lee Thompson, REGRESO AL FUTURO III de Robert Zemeckis, ATOLLADERO de nuestro Oscar Aibar, DUST DEVIL de Richard Stanley, la extraordinaria BLUEBERRY de Jan Kounen  y la popular WILD WILD WEST de Barry Sonnenfeld, con la que JONAH HEX comparte no pocos elementos. Además, siguiendo la fiebre zombie de los últimos tiempos, hay un par de muestras recientes que más vale olvidar, una que conviene rescatar (SURVIVAL OF THE DEAD, de George A. Romero) y luego otras tantas en las que entes sobrenaturales del viejo oeste irrumpen en el presente de forma más episódica, como en POLTERGEIST II, HOUSE II y en la maravillosa THE FRIGHTENERS, de Peter Jackson. Así pues, a lo que vamos: JONAH HEX pasa a engrosar la lista sin pena ni gloria, un nuevo producto netamente palomitero con muy poca personalidad, que despliega un ritmo y estilo atropellado y apresurado, que da la sensación de haber sido montada y remontada con desesperación, tratando de llegar con un mínimo de coherencia a los ajustados 80 min de rigor, algo de lo que la peli se resiente, y mucho, dando la sensación de que lo que estamos viendo en pantalla es más bien uno de esos productos "de estudio" en el que han metido mano demasiadas personas. Su guión es un mero esquema sin desarrollar que, al menos, está trufado de algunos momentos brillantes (los escasos insertos animados son muy chulos, en los que se nota la mano del director, que previamente trabajó en el medio en la deliciosa HORTON, y las conversaciones de Hex con los cadáveres están bien resueltas), y se beneficia de un Josh Brolin que hace lo que puede para dotar de personalidad y carisma al protagonista, que a la postre resulta bastante efectivo, y de un John Malkovich en uno de esos villanos de manual en el que, al menos, se nota que se lo pasa bien haciendo el chorra (al estilo de Kenneth Branagh en la nombrada WILD WILD WEST). De la lamentable presencia de la "más buscada en Google" Megan Fox mejor no hablar, insípida e inexpresiva a más no poder. Poco más que decir de esta hambuguesilla tejana que funciona como divertimento insustancial para una tarde de lluvia, que no es tan rematadamente mala como dicen por ahí, digna y entretenida para pasar el rato, y que guarda una sorpresa para la parroquia metalera: su banda sonora, firmada a la limón por Marco Beltrami y... ¡Mastodon!, que nos regalan cuatro temas instrumentales cañeros y bien integrados en la película, además de un cameo del pelirrojo Brent Hinds (buscadlo en el asalto al tren del comienzo).

- Lo mejor: Brolin & Malkovich & Mastodon

- Lo peor: imaginación bajo mínimos, historia manida, ritmo caótico

  CABEZAS

 A NIGHTMARE ON ELM STREET/EEUU/2010
Retomamos el expolio a los grandes hitos del terror de los ochenta con la que fue la más feliz e imaginativa consecuencia a la plaga slasher iniciada con el fundacional Michael Myers de HALLOWEEN: Freddy Krueger y PESADILLA EN ELM STREET, ya un icono generacional para los que crecimos en paralelo a la saga. New Line, propietaria de los derechos del personaje creado por Wes Craven, encargó al temible Michael Bay la producción de este remake, a sabiendas de que sus productos son baratos, resultones y siempre funcionan en taquilla. Y ¡voila!, en poco más de un año el Freddy para las nuevas generaciones estaba dispuesto a amasar sus buenos millones de $$, y así fue, tanto que este verano ya se anunció la previsible secuela de la nueva franquicia. Por lo tanto y para las arcas del estudio, prueba superada. Imagino que los "crepusculitos" habrán disfrutado tope guay con este producto tan correcto, medido y fashion, pero ¿qué pasa conmigo y con los que flipamos en tiempo real con las sangrientas andanzas del demonio del jersey a rayas? Pues que esta nueva pesadilla, como remake, es totalmente prescindible, no aporta nada nuevo, funciona en un 90% de su metraje con el piloto automático y se limita a repetir los hallazgos de la original, que supo plasmar en imágenes una idea central imaginativa y brillante en su concepto. Se percibe un intento por recuperar el lado más sórdido y terorífico del personaje, alejándolo del payasete sobrenatural en el acabó convirtiéndose a partir de la tercera entrega, y se añade al título el socorrido epígrafe EL ORIGEN (como ya se hizo con los remakes de LA MATANZA DE TEXAS y HALLOWEEN), pero en ambos frentes la película se queda en  una insípida tierra de nadie. La nueva caracterización de Freddy pretende ser más realista y adulta, pero la cosa se queda en un intento, a años luz del carisma socarrón que el bueno de Robert Englund derrochaba con ese maquillaje que era una declaración de amor al latex desparramado. Una pena, porque el estupendo Jackie Earle Haley poco puede hacer con un personaje esquemático, al que pretenden dotar de cierto espesor dramático con unos flashbacks apresurados que no funcionan y dejan con ganas de más, algo que Rob Zombie sí consiguió notablemente con su deconstrucción de Michael Myers, por ejemplo. Ni se profundiza en el pasado del psicópata ni, finalmente, se le otorga ninguna novedad reseñable en sus dominios oníricos que, como no podía ser de otra manera, están impecablemente rodados y fotografiados, especialmente en las transiciones entre sueño y vigilia, seguramente los únicos detalles visuales de cosecha propia que Samuel Bayer, mercenario con buen ojo para la planificación y la creación de atmósferas estilizadas, es capaz de colar en el producto final. Por supuesto, su insípido casting, más allá de la estrella de la función, está acorde con el resto del film: guapos y guapas dibujados con tres funcionales brochazos (sabemos que Nancy es "especial" porque pinta y lleva gorros de lana...) pero carentes del empuje y el carisma de los originales ochenteros. PESADILLA EN ELM STREET: EL ORIGEN acaba siendo una hija de su tiempo: un producto desvaído de consumo rápido para ver y olvidar al instante, perfectamente planificado y medido, técnicamente notable pero sin un ápice de talento, riesgo ni sorpresas delante ni detrás de las cámaras, cuyos únicos méritos ya fueron plasmados en celuloide mucho mejor hace 26 años. El viejo Freddy se merecía mucho más.

- Lo mejor: su envolvente y climática música, y la estilizada paleta cromática del conjunto

- Lo peor: todo está irritantemente calculado y medido para, al final, no ofrecer nada nuevo ni mínimamente personal

  CABEZAS




MACHETE / EEUU / 2010
Dirección: Robert Rodriguez y Ethan Maniquis 
Guión: Robert Rodriguez y Álvaro Rodriguez
Producción: Elizabeth Avellan, Robert Rodriguez y Rick Schwartz
Música: Chingon
Fotografía: Jimmy Lindsey
Montaje: Robert Rodriguez y Rebecca Rodriguez
Diseño de producción: Christopher Stull
Vestuario: Nina Proctor
Interpretación: Danny Trejo (Machete), Steven Seagal (Torrez), Michelle Rodriguez (Luz), Jessica Alba (Sartana), Robert De Niro (senador McLaughlin), Jeff Fahey (Booth), Lindsay Lohan (April), Cheech Marin (Padre), Don Johnson (Von)


 Vaya mes de octubre que llevo amigos. Entre el curro, que me tiene totalmente abducido, y un par de fines de semana de total juerga fuera del hogar, apenas he tenido un rato de relax para sentarme a escribir por estos lares, así que voy a intentar darle un pequeño empujón al asunto y retomo con una que seguro ya habeis visto todos/as. Aunque no era el trailer más sorprendente de los cuatro insertados en GRINDHOUSE, ese insólito retro-proyecto perpetrado a cuatro manos entre Tarantino y Rodriguez que aquí nos llegó mutilado en dos partes, perdiendo así su esencia y gran parte de su gracia, el falso trailer de MACHETE, digo, sí que se hizo el más popular entre la parroquia, tanto como para empujar al buen Robert Rodriguez a rodar la película completa. Dicho y hecho. Sólo tres años después de su hilarante PLANET TERROR (y con SHORTS en medio, otra de sus pelis infantiles), el vengador mexicano con la agrietada jeta de Danny Trejo llega a la gran pantalla por todo lo alto, y dispuesto a no dejar títere con cabeza. Si nunca has comulgado con el cine de Robert Rodriguez, si los conceptos  explotation o serie B setentera no forman parte de tu vocabulario, mejor pasa a otra cosa.


Robert Rodriguez rueda mucho, rápido y barato, epítome palmario y real de lo que en otro ámbitos más "intelectualizados" se viene a llamar cine independiente. En su rancho de Texas, Rodriguez & Familia disfrutan de un completo miniestudio (los Troublemaker) que abarcan todos los procesos de producción hasta el corte final, por lo que sólo se relaciona con las majors para labores de distribución de sus películas. Este control total del desarrollo de sus obras supone, sin aditivo alguno, otorgarle la categoría de autor total, o dicho de otra modo: Rodriguez es creador y responsable absoluto de sus películas, para lo bueno y lo malo. MACHETE da exactamente lo que promete, en grandes dosis y con una notable falta de vergüenza y contención. Hija directa del concepto que se reivindicaba con fervor en GRINDHOUSE (acaso la única, pues Tarantino viró a su propio mundo en MALDITOS BASTARDOS), el prólogo de esta historia (de lo mejor de la peli) pone las cartas sobre la mesa con su ritmazo tremebundo, su tendencia a la hipérbole sangrienta, tetas y culos, torrente de referencias, desparramo visual, violencia comiquera y, aquí viene la gran novedad, un discurso militante más allá del divertimento puro y duro.


Todos sabemos que el chicanoamericano no es precisamente amigo de las sutilezas, por lo que todo en MACHETE está expuesto con la delicadeza de una patada en la entrepierna, desde los diálogos a la puesta en escena, pasando por el montaje (soberbio, porque no es casual que su montador figure como co-director en los créditos, un detalle que honra a Rodriguez, al igual que hizo con Frank Miller en la fabulosa SIN CITY), las desmesuradas y excelentes actuaciones y ese mensaje pro-inmigración mexicana que, de tan evidente y caricaturesco, quizás pierda algo de efectividad. Picando de aquí y de allá en su película, tan multirreferencial como siempre, pero centrándose en el "cine de venganza" de los 70, Machete, el personaje, es un trasunto chicano, feo y malencarado de cualquier Charles Bronson de esos tiempos, trasmutando la evidente ideología neofascista de aquellas películas en su polo opuesto a base de mala leche y humor negro,  al modo que Paul Verhoeven utilizó en los informativos televisivos insertados en ROBOCOP y STARSHIP TROOPERS (sobre todo), de los que los tronchantes anuncios protagonizados por Robert De Niro en MACHETE son herederos directos, tanto o más reveladores cuando buceando por Youtube uno puede encontrar similares comerciales "reales" protagonizados por algunos senadores untraderechistas texanos. Así pues, el discurso militante de Rodriguez, tan delicado como unos gallumbos de esparto, insisto, juega la baza de la "discriminación positiva" en clave de esperpento, pues todos los personajes mexicanos de MACHETE militan en el bando de los íntegros, mientras que casi todos los blancos norteamericanos resultan un repugnante catálogo de desperdicios éticos (a excepción del personaje de Jessica Alba), impresión que, además, Roberto subraya con un  climax final que juega con cachondearse de la mítica batalla de El Álamo por pura acumulación (secuencia en la que se juntan TODOS los personajes de la peli, transformados y trastornados, a cada cual más delirante), sustituyendo a los nativos norteamericanos por una panda de chicanos revolucionarios muy enajenados que no dejan piedra sobre piedra.


Finalmente, no puedo dejar de insistir en el tremendo casting de la peli, apuntalado por unas interpretaciones sencillamente extraordinarias, una panda de actores y actrices que se nota que gozan sobremanera dentro de este desmadre, todos y todas sabiendo en la liga en la que juegan. No es la primera vez que Rodriguez trufa una de sus pelis con un batallón de estrellas (ahí está ÉRASE UNA VEZ MÉXICO como ejemplo negativo para una mediocre película en la que le salió el tiro por la culata), pero esta vez ha dado en el clavo por completo. Si la presencia del nombrado Robert De Niro es hasta cierto punto sorprendente, con su mejor interpretación en años (teniendo en cuenta que toda la peli ha costado lo que este señor cobra por cualquiera de sus comedietas sobre familias disfuncionales), es que Steven Segal está sorpendente (y orondo) como villano repulsivo adicto a las katanas, peleandose en cada secuencia con su acento chicano; Jeff Fahey y Don Johnson bordan sus respectivos desechos humanos con medida autoparodia; las chavalas, excepto Lindsay Lohan, cuyo papel es puramente publicitario, están tremendas, en especial Michelle Rodriguez, que destila potencia y encanto a partes iguales, hasta cuando no lleva una ametralladora encima; y para redondear el pastel tenemos los agradecidos papelitos para Cheech Marin y Tom Savini, sendos freaks habituales de la casa. Y no, no me olvido de Danny Trejo, puro carisma y parquedad gestual de granito bien entendida, al estilo de Clint Eastwood en sus años mozos, que debe decir menos de quince frases en toda la peli, en el que es su primer protagonista tras veinticinco años de carrera. Así pues y contra todo pronóstico, MACHETE, puro pulp tex-mex ideologizado, es una de las mejores y más disfrutables pelis de la ya dilatada e irregular filmografía de Robert Rodriguez, un tipo al que se le pueden señalar muchas carencias, pero no la de la honestidad.

PD: por supuesto y más que nunca,  imprescindible en v.o.s.



- Lo mejor: el elenco al completo se divierte y nos divierte, ¡chapeu!

- Lo peor: ritmo irregular en su tramo central y un guión, en el fondo, algo fofo

  CABEZAS



 HUMAINS/Francia-Suiza/2009
Otro survival franchute al canto amigos: un grupo de científicos (y otro de domingueros) coinciden en los Alpes suizos, los primeros para investigar un hallazgo que puede cuestionar la evolución humana, los otros para disfrutar en familia de un fin de semana campestre. Tras el obligado accidente, perdidos en el monte, tendrán que organizarse para sobrevivir a la amenaza que les acosa. Y esto es todo amigos. Sustituyan los habituales rednecks caníbales / mutantes / endogámicos (táchese lo que no proceda) por un grupo más bien escaso de Hombres de Neanderthal, y esta es toda la novedad novedosa que esta cansina película nos ofrece. Por lo demás, guión raquítico que pretende vuelta de tuerca final sin sorprender a nadie, personajes dibujados de un sólo trazo, sobreactuaciones a mansalva realmente cargantes con sobredosis de gritos y alaridos de un terror que sólo ellos sienten (incluída la del pequeñín Dominique Pinon, habitual de Jean-Pierre Jeunet), realización más bien chusca, ramplona, y por momentos confusa, especialmente imberbe en las (escasas) secuencias de acción, carestía total de nervio y empuje en el ritmo, alarmante ausencia de violencia y sangre siendo sus culpables franceses, unas caracterizaciones Neanderthales con las que los actores acaban pareciendo Ron Perlman sin caracterizar, y una sensación agobiante de aburrimiento y "ya visto" que hace que sus escasos 80 minutos acaben pesando como una losa. Tenía que ocurrir y ha ocurrido: tras años atesorando un nivel técnico y creativo que era la envidia de las europas en cine de género, HUMAINS es el primer fiasco total que estos ojos han visto con marchamo francés. Totalmente prescindible.

- Lo mejor: el apabullante despiporre paisajístico y algunos planos aislados

- Lo peor: aburrida, torpe y reiterativa en todos sus aspectos

  CABEZAS